MARCO
Ahora todo comenzaba a hacer clic en mi cabeza, todo esto era fruto de un acto satánico o algo así, Ginger si era una bruja o hizo un pacto con alguna entidad mayor, ella dio a su hijo; su hijo era Zen, y esta isla se llamaba Zen, quería decir que la isla era su hijo, y que ella se ocupaba de que nadie se fuera, que permanecieran aquí por siempre pero…
¿Por qué?Charlotte quitó mi mano de su rostro y bajó la mirada hacia la mano que yo tenía presionando su estómago, creí que me diría que la quitara pero parecía estar navegando en sus pensamientos.MARCO-¿Estas bien? –preguntó Charlotte, a lo que había dentro del tumulto de hojas.No comprendía si se había vuelto loca o qué mierda.-Charlotte, ya basta –le reprendí, ya comenzaba a asustarme, primero cantaba como pájaro y ahora le hablaba a un hueco oscuro. Charlotte pareciendo ya obstinada, se echó a un lado y fue cuando la vi.Era una pequeña chica que comenzaba a salir de la cueva con la ayuda de Charlotte, era robusta y su ropa estaba llena de suciedad. Alzó la vista y sus oj
MARCOGritó, Charlotte gritó tan fuerte que sentí su mano presionarme los dedos y su cuerpo tembló, pareció perder la fuerza de su cuerpo.No, no, no, calmate, no te desmayes.La jalé por la mano y al ver que se iba a desmayar la cargué como si se tratara de un bebé, sin embargo el payaso me empujó ocasionando que cayera en el suelo y Charlotte rodara por otra parte, las flechas y el arco desaparecieron en algún lugar del suelo, me levanté como un resorte, y me quedé sin aliento al percatarme que el payaso no estaba.-No es tu temor, Marcos –dijo Sirley con un poco de desprecio en su voz-, si no te metes no te hará daño.-Si le hace daño a Charlotte, me hará daño a mí –la miré con molestia hablando lleno de furia.Me arrodillé ju
MARCOGrité el nombre de Charlotte tantas veces que me dolía la garganta, desprendí la raíz que aprisionaba mi pierna y me puse de pie corriendo hacia donde creí haber visto al animal, mi corazón latía deprisa y el nudo en mi garganta me comenzaba a abrumar.No Charlotte, tú no por favor, no me dejes.Caí sin fuerzas en el piso y me llevé las manos a la cabeza comenzando a llorar con total furia.La perdí, me lo advirtieron e igual dejé que la matara un animal.Y lo peor era que ella me había salvado la vida, tal y como lo había dicho Sirley. El animal me quería matar y ella dio su vida por mí, nunca encontraría las palabras para gritar cuan enfadado estaba con ella por hacer aquello, la odiaba por haberse entregado en sacrificio. Mi camisa casi totalmente despedazada me enfur
MARCOCreí que había gritado, pero fue el grito de Sirley fue el que opacó el mío brutalmente con un timbre tan agudo que me erizó la piel, ella me soltó y salió corriendo, yo no me quedé atrás, también corrí. No estaba en buen estado físicamente, estaba débil por la falta de comida y agua, pero todavía corría lo suficientemente rápido como para alcanzar a Sirley y darle un poco de competencia a la bestia.El gruñido lo sentí justo detrás de mí cuello, antes de que la bestia me traspasara como si se tratara de una nube de humo en el aire, Sirley cayó en el suelo de la impresión; aguantándose de mí brazo, ocasionando que yo también cayera en la fría nieve.Alcé la vista para ver a la bestia despedazando una oveja, la indefensa ovej
CHARLOTTESolo murmuré un “por favor, no” cuando el horrible payaso me enseñó su horripilante sonrisa de dientes afilados y el filo del cuchillo atravesó mi pecho sin anestesia previa, sentí como el dolor en mi torso crecía y el sabor a sangre llenó mi boca, el payaso deslizó el cuchillo fuera de mi cuerpo lentamente y con una carcajada divertida me volvió a acuchillar.Momentos antes...El animal me arrastró sin yo poder hacer nada para detenerlo, las rocas y filos rompían la piel de mi espalda y estoy segura de que un mechón de mi cabello fue arrancado de mi cráneo por u
MARCOUna enorme sombra oscura tomó forma desde la tierra negra, la nieve a nuestro alrededor dejó de estar suspendida para comenzar a arremolinarse sobre la sombra, sentí que iba a desmayarme, estaba debil, mi corazón ya no podía con tantas impresiones, me preguntaba qué habia pasado con ese hombre del crucero que yo era, rebajado a esta mierda llena de miedo e inseguridad.-No te muevas –susurró Charlotte agachándose un poco a la defensiva como si se preparara para atacar.Tampoco es como si pretendiera moverme, si apareciera el puto Barnie gritando: “Buuh” a mis esp
MARCOSCharlotte me agarró del brazo, pero yo solo observaba como las yedras tenían a Sirley completamente enredada, ¿acaso habia estado ahí desde que el suelo se la tragó?, ¿desde que pensé que Charlotte había muerto?-Hay que sacarla –dije-, se está asfixiando. ¿No tienes un cuchillo en las bolsas o en la cocina de tu casa o algo así?La mirada que Charlotte me dirigió me dejó muy en claro que ya estaba harta de mis comentarios sarcásticos acerca de su comodidad.-No –se limitó a decir, mordió su labio inferior por uno
MARCO<<No quiero que sepas qué me pasó>>, puede que mi rostro haya cambiado a muchos colores de la cólera que sentí en ese momento, me puse de pie y golpee la pared con mi puño cerrado creándome un real dolor, pero era lo que menos me importaba, el dolor era parecido a mi molestia, hice un berrinche: golpee todo lo que estaba a mi alcance; a la televisión le rompí la pantalla en miles de pedazos creo que esa fue mi mayor estupidez.-¿Tan malo fue? –susurré sintiendo que mi molestia había aminorado y por fin pude mirarla sin sentir ganas de pegarla contra la pared y asfixiarla hasta que me dijera