Talia debe pensar que soy bipolar o algo por el estilo. Lo que no me sorprendería dado que mi padre era esquizofrénico y otras cosas.
La reunión es en ruso, lo que ayuda a que ella no entienda, en especial porque estoy tratando un tema delicado, luego de haber pasado la noche con ella y que Natalie montara un drama digno de un Oscar, mi elección fue sencilla, y luego de las duras palabras de mi madre... Bueno, tenía que tomar una decisión.
La pelirroja se mantiene todo el tiempo en silencio, sentada en mi regazo (era usual para mis socios verme de esta manera, después de todo una reputación no se construye sola) y su mirada vaga todo el tiempo, maquinando algún plan.
— Puedo conseguir las armas, pero tiene su precio, Diablo — dice Egor finalmente, el ruso es imponente y duro de roer, levanta finalmente el maletín y lo pone sobre la mesa — Vladimir envía recuerdos, por cierto.
Pongo los ojos en blanco, antes de tomar el maletín y poderlo a mis pie
Alenna cumple su promesa de mantenerme a salvo, pero en cuanto llegamos a la habitación, arremete contra mí, con un simple "piensa rápido" yantes de darme cuenta, estoy siendo atacada por ella. — Tienes entrenamiento — se queja, dándome tiempo de recuperarme y arrojando sus armas al suelo — demuéstralo. — ¿Qué demonios? — pregunto, levantándome y poniéndome a la defensiva, es verdad, sé defensa personal y un par de técnicas militares... Pero esto es ridículo — Ya viste el tipo de cosas que enfrenta mi hijo — dice, enviando un puñetazo en mi dirección, pero, aunque estoy bastante fuera de práctica, consigo evitar que me dé con fuerza en las costillas, y claro, en dos movimientos estoy de nuevo evitando estamparme contra el suelo. Pero la mujer es rápida, y solo juega conmigo, lo que me cabrea — Si quieres sobrevivir, tienes que pelear — insiste, antesde impulsarse y volver a atacarme. Estoy esquivando más que defendiéndome, pero por un segundo, rec
Cierro la puerta de una patada y tomo a Talia por las caderas, sus besos son jodidamente embriagadores y me estoy dejando llevar, su piel de porcelana, aunque magullada por las peleas y mis estupideces, preciosa, y sus labios suaves y cálidos.Acaricio su boca con mi lengua, suave y posesivo a la vez, cada vez más ansioso por su cercanía, su propuesta es más que bienvenida, yo mismo había estado pensando en ello, ella no es una de mis chicas y tal vez sabía más del asunto que yo (al menos en cuanto Saltsman)Sus manos se mueven rápido en busca de los botones de mi camisa, besando mi pecho expuesto y tirando de mi cabello de una forma tan sensual que podría hacerme explotar. Pero la aparto con cuidado solo para arrancar su ropa, sorprendiéndola tanto por mi ferocidad como por mi fuerza. Pero maldita sea, estaba jodidamente caliente, cuando la levanto sobre la encimera del baño, suelta un peque&
Scott ahora es totalmente diferente, y me refiero a... Por completo, y no estoy segura de si eso es bueno o malo, después de todo, ahora estoy en con él en una bizarra pero platónica relación, me ha comprado más ropa de la que necesito y carta blanca para hacer lo que se me venga en gana, pero siempre vigilando mis gestos, como si supiera que le oculto un secreto. He decidido entrenar, y claro, él se ha aprovechado de cada mínima derrota para tocarme de manera erótica, y eso colma mi paciencia a la vez que mis hormonas, especialmente porque después de que llegamos a NY, no ha vuelto a acostarse conmigo y tampoco luce dispuesto hacerlo, aun cuando me he puesto en bandeja de plata más de una vez solo para asegurarme, y aunque sus pantalones son prueba viviente de que no es inmune a mis encantos, su mirada consigue quemarme... De frío. Es lunes por la mañana y él ha salido sin dedicarme siquiera una mirada, está más silencioso de lo usual, lo que me preocupa, pero a la
Soy un idiota, uno grande. Confíe en ella, y al igual que todos los bastardos en este negocio, me había traicionado, definitivamente había llegado a un nuevo nivel de estupidez, no debí meterme con ella en un principio, estoy enamorado desde los once años, claro que me iba a ver la cara de estúpido, y maldita sea, estaba cabreado, en especial al descubrir que en el paquete había seis cintas de video, etiquetadas como "la zorra Petrova" Talia está sedada y atada sobre la cama, sin posibilidad de escape, no la subestimaría, es hija de Anthony Connors después de todo.
Despierto en medio de una bruma, mis extremidades sintiéndose pesadas y torpes, mientras mi cuerpo se bambolea de un lado a otro, algo duro presionando contra mi abdomen y costillas.Mi cabeza pulsando tan fuerte que me cuesta abrir los ojos, hay ruidos que me aturden y solo empeoran mi malestar, vagamente consigo preguntarme dónde demonios estoy, cuando lo sé.Consigo abrir los ojos y el panorama frente a mi está de cabeza, literalmente, alguien me sostiene en su hombro, el duro hueso es lo que lastima mis costillas, y las horribles baldosas del suelo las he visto antes.Estaba en la mansión de Saltsman, y mi último recuerdo era Scott, mirándome con resentimiento.Siento como si algo se quebrara en mi interior, un dolor sordo se instó en mi pecho, extendiéndose y lastimándome, me sentía como un cascarón resquebrajado... Scott me había entregado, las lágrimas
En otras circunstancias, esto habría sido excitante, pero es jodidamente asqueroso y degradante, la música electrónica es demasiado fuerte y opaca la mayoría de los gritos, hombres de toda clase están follando a extrañas en "glory holes" de diferente tamaño, la mayoría tiene fotos de las chicas, pero a Talia solo la reconocí por una cosa... El tatuaje en su pierna... Y debo admitirlo, el precioso culo enrojecido.El sujeto que acabo de quitar de su lado ha ido a por los guardias, así que debo actuar rápido, Talia tiembla y hay sangre seca alrededor de sus tobillos, lo que consigue cabrearme, renovando mi ira y mis ganas de matar a alguien
Mis muñecas sangran, al igual que mis tobillos y mi pierna, mi corazón late a mil por hora y hay un hombre muerto a mis pies.Quiero vomitar, he matado a alguien, y su sangre llena el piso a mis pies, estoy encerrada en el pequeño cubículo en el que habían metido, Scott me había entregado un pequeño pero filoso gancho con el que había soltado mis manos, gracias al entrenamiento de mi padre, me las había arreglado para fijar estar inconsciente cuando soltaron mis piernas, y finalmente vi la luz cuando abrieron una pequeña puerta a mi izquierda y un hombre entró listo para llevarme lejos, y fue como si algo se adueñara de mí cuerpo, clave mis uñas en su rostro y patalee hasta que conseguí clavar el gancho en su garganta, y ahora, el cuerpo frío yace frente a mí, y estoy demasiado aterrada para moverme, pero cuando la música se detiene, recuerdo que Scott
Escupo sangre en el suelo, negándome a darle alguna señal de debilidad, me han capturado y golpeado durante un par de horas, hasta que el mismísimo Saltsman decide aparecer.— Tienes pelotas, chico — dice con sorna mientras se quita la chaqueta lentamente y la deposita en una mesa metálica a la izquierda — venir aquí, solo... ¿Realmente creías que te saldrías con la tuya?— Tengo mis momentos — digo intentando sonreír, aunque mi boca está hinchada y sangrante — Tienes suerte de que es fin de semana, pude haber venido con otras intenciones