El mesero llegó justo en ese momento con nuestras ordenes, callando las palabras de Katie de inmediato. Siento sofocar con mi propio aire ya que hace mucho no me encontraba en una situación tan incómoda y casi mortal para mi nervioso corazón. Incluso las manos no me dejan de sudar, delatando los nervios tan grandes que siento por dentro. Vamos, Keith, no es momento para acobardarse, y menos cuando la mujer que tienes a lado tuyo está mirándote con ternura y comprensión.
—Soy toda oídos, papá — dijo Katie una vez el mesero se marchó—. ¿Qué sucede? Te escucho.Tomé una gran bocanada de aire antes de empezar con mis palabras. Bajo el mismo nerviosismo, limpié mis manos sudorosas con mi pantalón, y Melanie atrapó una de mis manos con la suya. Acarició el dorso de ella, brindándome un poco de tranquilidad y fuerza, pero—Debe calmarse y comprender muchas cosas por sí sola, es mejor que piense un poco antes que hablemos con ella. ¿Por qué mejor no te vas a descansar? Ha sido un día muy largo y agotador.—Ven conmigo, también debes descansar — le pedí.—No, primero debo hacer algo muy importante — dejó un pequeño beso en mis labios—. Prometo ir contigo después.—Está bien, mi amor — aunque quise saber a dónde iba, la dejé ir. En sus ojos se delata el infierno en ellos y, a su vez, tratan de encontrar un poco de calma.Salió del restaurante limpiando discretamente sus lágrimas, con la cabeza baja y el corazón contradictorio y lleno de infinitas tristezas; su dolor es tan suyo como m&i
—Entonces un pequeño, pero significativo cambio llegó de momento; se quitó la horrible barba de su cincelado rostro. Luego, con el pasar de los días, aunque no lo notara, empezó a echarse más de la cuenta esa loción tan varonil que desprende de su cuerpo. Las sonrisas eran cada día más amplias y frecuentes. Las miradas vacías a la nada y tristes adquirieron un brillo descomunal de jovialidad. Dejó de beber. Dejó de trabajar por largas semanas seguidas. Dejó de llorar como niño en búsqueda de protección. Dejó de vagar por la casa en busca de su amor perdido. Dejó de sentirse solo y vacío. Dejó que su corazón sanara poco a poco con la gracia y belleza que una chica joven con enormes virtudes y de gran corazón calara en su vida — negó riendo ligeramente—. Pensé que estaba loca cuando lo vi tirarte una s
KEITH—¿Qué le parece el nuevo proyecto, Sr. Morrison? Como sabrá darse cuenta, mi empresa se sigue expandiendo con el correr de los días. Necesito con suma urgencia aquella fabrica, y que mejor que de la mano de la mejor constructora.Contemplé el plan de negocios una vez más, prestando mi entera atención a la mujer frente a mí. No lo voy a negar, es una mujer que ha progresado velozmente hasta posicionarse en la cima, por lo que trabajar con ella nos ha hecho ganar buena clientela. Un segundo proyecto sería desgastante, pero nos dejarían gran beneficio a la constructora.—Es un proyecto sencillo, no lo voy a negar. Lo vamos a hablar en la reunión con los demás directivos.—Piénselo muy bien, Sr. Morrison. Me encanta trabajar con ustedes — sonrió de oreja a oreja.—Perfecto — extend&iac
Aquella burbuja de contemplación divina explotó al ver como Jordán pasó uno de sus brazos por sus hombros y estallaron untos en una carcajada mientras la madre superiora negaba varias veces con la cabeza. ¿Qué hace el menor de los Mackenzie en este lugar? Por su vestimenta formal y pulcra, supongo que trabaja con mi bonita en el orfanato.Para que mentir, sentí un dolor punzante y agudo en todo mi ser, haciéndome imposible, aunque sea mover un solo musculo. Jordán la mira con tremendas ganas de devorarla por completo, mientras que ella ajena a esa ferocidad le dedica una sonrisa brillante que hace ahogar a mi corazón en el fondo de un pozo.—Que gusto encontrármelo en un lugar de estos, Sr. Morrison. No sabía que fuera benefactor en este orfanato— incluso escuchar esa voz coqueta y chillona hizo que mi día se terminara de joder—. Veo que su novia es
Sus palabras lograron tranquilizarme un poco, más sus besos hicieron que de mi mente se esfumara aquellas inseguridades que me dominaron hace unos momentos. Con la misma intensidad, correspondí su boca, olvidando por breves segundos en el lugar donde nos encontrábamos. Estrechándola contra mi cuerpo, descendí las palmas de mis manos por su cadera, apretando suavemente mientras le hacía notar todo mi deseo. Un gemido y una risita fue su única respuesta. Muero por hacerla mía.—Tenemos largos minutos mientras todos disfrutan del almuerzo.—¿Qué quieres decir con eso, bonita?Se puso de puntillas, halando del cuello de mi camisa hasta que sus labios rozaron mi oreja. Una fuerte corriente provocó su aliento al chocar directamente en mi piel.—¿Y si vamos al auto? Solo tomarán unos minutos. Debo mostrarte algo con suma urgencia.<
MELANIEPerdida en mis pensamientos, empecé a jugar con el collar que cuelga de mi pecho, y los recuerdos de aquel cumpleaños tan diferente llegó a mi mente. Desde mi último cumpleaños, donde mi padre aún se encontraba junto a nosotras, no había sido tan feliz como ese día y en manos del hombre que amo.¿De verdad es amor lo que siento por él? No sabría decir a ciencia cierta si lo es o no, lo único que tengo claro es que le roba latidos a mi corazón y suspiros de añoranza e ilusión a mi ser. Él llegó para hacerme sentir y vivir lo que el destino me quito y un hombre no supo entregarme en su debido tiempo. Había jurado que Rubén seria mi primer y único amor, pero me equivoqué cuando descubrí con Keith cientos de sentimientos que j
—Ven, Mel, siéntate a comer — dijo Keith tan pronto me vio—. ¿Cómo te sientes?—Un poco mejor — me senté en la mesa con el rostro sumamente avergonzado—. Siento mucho mi espectáculo de anoche, pero en mi defensa, era la primera vez que tomaba tequila.—No le des vueltas, bonita — sonrió ladeado—. No le veo ningún problema que mi novia quiera devorarme cuando ella así guste.—No hables tan fuerte, en cualquier momento Kat bajará. No me gustaría que te escuchara.Su risa me avergonzó de sobremanera.—Verte encima de mi padre fue lo más desagradable que he visto en la vida. No estaba preparada mentalmente para ver su intercambio de afecto — Katie se unió a la mesa, desplomándose en la madera como pluma—. No sé cómo permitiste que bebi&
KEITHTan pronto llegué a casa, un chico que muy conozco a simple vista se encontraba en un debate interno de si tocar el timbre de la casa o no. Resignado y bajando los hombros dio media vuelta estrellándose de frente con mi mirada inquisitiva. Desde un principio Brian me pareció un buen muchacho, además de educado y muy animoso, a pesar de que su auto último modelo le dé una impresión contraria. No sé por qué razón se ve tan afligido, puesto que Kat y él parecían estar solos en el mundo.—Buen día, Sr. Keith, ¿cómo se encuentra?—Hola, Bri. Estoy muy bien, ¿y tú como estas? ¿Estás buscando a Kat? Déjame abro la puerta y… — estaba a punto de abrir la puerta cuando sus palabras