Al día siguiente se despertaron tarde, los recien casados estaban felices, después de pasar una noche llena de pasión con su esposa, eran las cinco de la tarde, cuando se reunen en el restaurante, para cenar juntos.

Los padres de Cecilia, al saber que su yerno es un rey, mo sabían cómo dirigirle la palabra, Pedro los ve confundidos, les dice:

—"Sigo siendo el mismo, no veo por qué debemos de cambiar nuestro trato, menos ahora que somos familia, no los pienso separar de su única hija.“—

Los padres de Cecilia, conmovidos por su actitud, con lágrimas en los ojos le dice la madre:

—"Gracias por tenernos en cuenta, no estamos preparados para perder a nuestra hija, no queremos ser una carga para nuestra hija."---

—"No piensen en nada de eso, hagan cuenta que están de luna de miel.”—

El padre de Cecilia le comento:

—”Cuando nos casamos, los dos éramos muy jóvenes, cuando yo era mesero, no tuve para llevar a mi esposa de luna de miel.”—

El rey Pedro le dice con una sonrisa:

—"Nunca es tardé