"¿Qué libros escogiste?", me preguntó Axel mientras regresábamos a mi habitación.

"Solo son unos libros de historia", le mentí.

"¿Te gustan esos?"

"No había mucho para elegir", le mentí de nuevo.

"Es verdad", estuvo de acuerdo. Me alegré de que cambiáramos de tema rápidamente. "Una criada vendrá pronto con algo de comida para ti. ¿Cuándo fue la última vez que comiste?"

"Hace unos días".

"¿Días?"

"Estoy acostumbrada". Hice una pausa, decidiendo si debía decirle esto. "Siempre fui una omega, estoy acostumbrada a pasar días sin comer".

"A las omegas también se las debe alimentar, como a todos las demás".

"Pero en la manada Vientosur no es así".

"Aquí el trato será diferente", me prometió Axel.

Unos minutos después, hubo un suave golpe en la puerta. Era la criada, y entró con una bandeja en las manos.

Hizo una profunda reverencia, colocando la bandeja sobre la mesa antes de salir rápidamente de la habitación.

"Lo que sea que haya ahí huele muy bien".

"Son albóndigas y puré de papas", me di