Mark.

Aeropuerto Internacional de Estambul, zona de jet privados de altos mandatarios, y ejecutivos de grandes corporaciones, Estambul, Turquía, Principios de Noviembre 2024.

Decididamente este ha sido el viaje, más extraño y divertido qué he hecho en mi vida, según mis cálculos, que suelen ser muy exactos, entre vuelos y escalas, llevamos treinta dos horas, cuarenta y tres minutos, cincuenta y dos segundos, y veinticinco milésimas de segundo viajando.

Gracias a las escalas, los ritmos de sueño, o como lo suelen llamar, el jet lag, aún no nos ha afectado, también es verdad que ha tenido mucho que ver la programación que mi mamá hizo antes de que nos subiéramos en el avión, obligándonos a dormir en los momentos adecuado, así como manteniéndonos despiertos en ocasiones, que nuestro cuerpo pedía descansar.

De todas formas para mí este vuelo tiene un significado muy especial, desde el principio sabía que iba a encontrarme con mi padre, de hecho, solo saber esto, ha hecho que me man