28

Edmond empujó. Tiró. Agitó y sacudió. Pero la ofensiva pieza de metal no cedió.

De pronto oyó una melódica risa detrás de él.

—¿Tiene que ser precisamente ese carro?— rió Belinda mientras le veía luchar por liberar el oxidado artilugio. —Porque creo que este también puede servir—. Con facilidad ella sacó un carro de la fila de al lado.

—Hey, te dije que esto no se me da bien,— Edmond alzó la mano en forma de rendición. Aceptó el carro de Belinda y observó como liberaba otro para ella.

Anthony bailaba entre Edmond y Belinda, mientras se abrían paso hacia el supermercado. Después de que Edmond lo apartara del camino de otros clientes en varias ocasiones, Belinda le ofreció llevarlo en su carro, y él aceptó a regañadientes.

—¿Si me quiero bajar en un rato, puedo?— preguntó Anthony.

—Por supuesto,— le aseguró Belinda.

—El pasillo de los cereales,— dijo Edmond. —Querrá bajarse para poder inspeccionar los juguetes que hay en las cajas de cereales.—

Belinda rió. —Me acuerdo que me volvían lo
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo