QUERIA COMPLACERLOS CON UN PEQUEÑO PARATON EN TODAS MIS HISTORIAS, ESTOY FELIZ DE COMPARTIR UNA NUEVA HITORIA CON USTEDES LAS VENGANZA DE RIO, ESPERO LA DISFRUTEN
Marie Moreau—Daniel, ¿me llevas al hotel? Por favor. — Le digo a el ingeniero que está contento porque al parecer los hombres del pueblo comienzan a ceder ante mi inminente matrimonio, yo no quiero casarme y menos con una persona que me ha tratado tan mal.Enseguida, Mateo continua hablando con los hombres y sonriendo por haber logrado el acuerdo y Daniel me pregunta — ¿Dejaremos a tu prometido?——No te preocupes por él, — Susurro subiendo al auto con ganas de gritar como una loca, contengo las lágrimas, ¡estoy desesperada!, según él nos casamos mañana, ¿Cuándo hemos hablado nosotros de matrimonio?Al llegar al hotel, me doy un baño y me visto allí mismo, no hay privacidad como para andar en los pasillos con una toalla en el cuerpo, me miro al espejo y me encuentro pálida— ¡Felicidades, eres muy afortunada al casarte con un hombre tan poderoso y guapo como el señor Acosta!— Me dice Carolina, abrazándome sin permiso en el pasillo del hotel.—Gracias. — Respondo al separarme incomoda,
Marie MoreauEn la noche, después de meditar toda la tarde le digo –No me puedo casar contigo. ——Por favor no puedes echarte atrás a estas alturas, no sabes lo duro que fue organizar todo en una horas. — Me dice él con las manos en la cintura—Esto solo complicara las cosas. — Le respondo mordiéndome el labio de la ansiedad.—Somos adultos, estamos claros en todo. — Me dice y yo respiro profundo pensando que no, no tenemos claro nada.—Solo será un papel, cuando regresemos a Chicago, nos comportaremos como si eso no existiera. — Me dice y yo no le creo nada.—Vamos solo es un negocio. — Me dice sujetando mi mano entre las suyas.—Me arrepentiré más tarde por lo que voy a hacer, pero es muy difícil decirle que no a Mateo, el ten envuelve como la serpiente del edén...—De acuerdo me casare contigo. — Respondo en un susurro apenas audible, el me levanta en sus brazos dando un par de vueltas y me dice:—No te arrepentirás. — Viéndome a los ojos ¡Carajos ya me estoy arrepintiendo! Tengo ga
Marie Moreau—Vámonos querida, debemos descansar. — Me dice Mateo arrastrando las palabras.—Está bien. — Digo nerviosa, cuando nos retiramos empiezan a bromear sobre lo que haremos esta noche y yo enrojezco hasta la raíz del pelo.Estamos casados, pero tener intimidad no está incluido en nuestro acuerdo, avanzo en silencio como res a matadero.— ¿Haremos el amor?— Me pregunta, mirándome a los ojos—No. — Respondo con dificultad sin verlo.—Solo una vez. — Me dice tomándome de la cintura y viéndome a los ojos, tiene los ojos oscurecidos y acercándose a mí, con el rostro a pocos centímetros del mío… ¡Dios! ¿Cómo me mandas esta prueba?, Pienso resistiendo las ganas de acortar la distancia y besarlo.— ¿No me deseas ya?— Me pregunta poniéndome contra la pared de la habitación, en el pasillo no hemos entrado aun, respiro agitada, pero debo resistir, caer en la tentación no me traerá nada bueno.—Esto no está bien. — Susurro, resistiéndome lo mas que puedo.—Marie. — Dice él con voz aterci
Marie MoreauMe despierto presa entre los brazos de Mateo que duerme con una sonrisa satisfecha en el rostro, con cuidado salgo de la cárcel de sus brazos y voy al baño, me levanto y veo la hora son las cinco de la mañana, ¡Quisiera ir a bañarme! Por lo que me visto, y llevo un cambio de ropa además de la toalla.No dejo de pensar en todo lo que paso ayer, todavía no puedo creer que hoy soy la señora Acosta, un matrimonio con Mateo, solo estaba enterrado con mis viejas fantasías, es increíble como algunas se vuelven realidad, pero eso no me hace feliz, porque a pesar que mi matrimonio ante la ley es perfectamente legal, mi corazón me grita que él no me ama y eso me duele ¡en el alma!.—Debiste quedarte acostada, debes estar agotada. — Me dice Carolina viéndome con una sonrisa cómplice.Sonrió con timidez, no sé que responderle, entro al baño y cierro desde adentro con seguro, me doy un baño de unos quince minutos, y alguien comienza a aporrear la puerta.—Tengo que ir a trabajar, por
Marie MoreauApenas subo al avión privado, con Mateo al lado cierro los ojos para evitar hablar con él sobre lo que paso en valle encantado.—Marie. — Me llama él, me quito el antifaz.— ¿Dime?— Pregunto rogando que no siga con el tema, porque es algo difícil para mí.—Podríamos intentar…— Comienza a decir y levanto la mano para que se detenga.—Mateo, solo fue una noche de sexo, tu nunca has querido casarte, te juro que en este momento yo tampoco quiero atarme a ningún matrimonio, simplemente haz de la vista gorda, lo que paso en valle encantado debe quedarse en valle encantado.— Pronuncio, sin tener idea que esa noche tuvo sus consecuencias.—El endurece su mirada y asiente, será como tú quieras señora Acosta. —Me dice el—No me digas así. — Chillo, sé que estoy casada con él pero escucharlo de sus labios hace que se sienta algo real.—Ni creas que te voy a tratar por tu apellido de soltera. — Me responde colocándose su antifaz, ambos tenemos ojeras enormes que no sabremos explicar
Marie Moreau Después de la incómoda cena tuve una conversación con mi “suegro” jamás pensé que el fuese quien me pediría que me alejara de su hijo por el bienestar de su nieta. Me encierro en mi habitación, llena de odio, ¿Por qué yo siempre tenga que ser quien se queda viendo para los lados? Me pregunto viendo al cielo Si Mateo era algo complicado para mí, ahora es inalcanzable, en algún momento pensé que su papá apoyaría una relación entre su hijo y yo. Paso parte de la noche pensando en la situación que estoy viviendo y no le encuentro solución, creo que lo mejor es iniciar el proceso de divorcio lo antes posible Siento que Mateo está en la puerta, da dos toques suaves y se queda allí parado, por largo rato esperando que le diga “adelante” pero no lo hago. — Lo siento.— Susurra a la puerta y después de un rato parado allí, se va por donde vino. Lloro aferrada a mi almohade, señora Acosta, nadie se enterara que fui la esposa de Mateo, no sé a qué hora me duermo, pero me despi
Marie MoreauMe despido de Michael y llego a la empresa en mi auto, me cuesta salir del auto se que no me espera nada bueno allí adentro.—Felicidades, —me dice la chica de recepción, al parecer todo están contentos por que logre convencer a la gente del pueblo para que continuara con la construcción de nuestra sede.—Gracias.— Respondo con una sonrisa genuina sin detenerme subo al ascensor que está solo y llego a el piso de presidencia.—Felicidades señora.— Me dice Holmes desde su escritorio frente a la oficina de Mateo, y las alarmas se me activan—¿Cómo me llamaste?— Pregunto y la puerta se abre –Entra.— Ordena Mateo y yo lo sigo, pero mi corazón esta latiendo con un mal presentimiento.—¿Qué hiciste?—Cuestiono.—Toma asiento, no hice nada, cuando llegue todos lo sabían, alguien del pueblo publico fotos de nuestra boda y se hizo viral... Me dice como si nada siento, que el mundo se me cae a pedazos.Seguramente Don Joseph va a pensar lo peor de mi, después de esto, me siento en u
Marie MoreauPasamos por la mansión buscando la ropa, Cristal nos saluda afectuosa como siempre, en la sala esta Alice, con la niñera y Camilla, que en este momento está tranquila jugando sobre la alfombra,—Hola, pensé que llegaban más tarde. — Dice ella, levantándose y colgándose del cuello de Mateo con la intensión de besarlo, él la esquiva.—Ya para por favor, madura tuve mis razones para marcharme, pero tenemos una razón para estar juntos, nuestra Camila. — Le dice ella, el toma mi mano y le responde.—No es suficiente, tomaste la decisión de tener una hija conmigo, bien asumo mi responsabilidad con ella, pero el tu y yo no entra en la ecuación. — Le dice el sin inmutarse, por la cara de perplejidad de ella.—Es un chiquilla insolente, que ni siquiera sabe lo que quiere. — Chilla señalándome.—No te metas con ella. — Le advierte Mateo.. —Delante de tus narices acepto a otro hombre. — Le dice ella, para que el cambie de opinión hacia mí, viéndolo desde su punto de vista, me hace