DANESA

Recuperó la conciencia nuevamente sintiendo que estoy en algo cómodo y acolchonado, sábanas suaves y ambiente apropiado. Me duele un poco la cabeza pero mantengo los ojos cerrados, no quiero abrirlos porque los siento pesados.

—Danesa–escucho su voz que me obliga abrir los ojos —¿Mi amor te sientes bien?

Mis párpados ceden e impacto mis ojos con los de Egan que esta vez son azules, uno muy intenso igual a los míos. Nunca he podido entender el cambio drástico de su iris.

—¿Ey nena, como te sientes?

—Yo me siento un poco bien, ¿donde estoy?

Observó el lugar, es una habitación blanca que parece una sala de hospital.

—¿En el hospital? —lo sospechaba— te demasiaste y las chicas te trajeron aquí. Me asústate nena, ¿qué te paso? ¿que sientes?

—Ahora lo recuerdo bien, Me sentí mareada por un instante, ademas de la nada empecé a ver todo negro y después no me acuerdo absolutamente de nada. Se me borro la memoria, estoy un poco confundida.

—Tranquila, de todas formas ya estas