—Te entiendo, amor. Pero tenemos que encontrar una solución. De alguna forma tenemos que vencer todo lo que está sucediendo…—gimotea pensativo Caleb. —Cásate conmigo, Amor. —pide de nuevo y yo siento que seguiré llorando a mares, cuando lo veo arrodillarse.
—No, Caleb. No de nuevo…—lloro triste. —Quiero que cuando nos casemos sea por dicha, Cal. No porque te parece que será, de alguna forma, la solución a nuestros problemas. — digo y veo cómo el ánimo de Caleb decae.
—¿Qué más da que sea ahorita o luego?—pregunta comenzando a molestarse y yo gimo, porque sé lo que se viene.—¡Igual sé que eres la única mujer con la que quiero compartir mi vida, Dulce! ¿Por qué te niegas cada vez que te lo pido?—pregunta dando un paso atrás que se me antoja abismal.
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—Oh. —suelto sorprendida ante las palabras de Jared.¿Cómo “La Avery Wilson archienemiga declarada de Jared”?J0der, ¿ahora qué está sucediendo aquí?Me llega una notificación y ansiosa, reviso si es del detective, pero no lo es y mis ánimos decaen.¿Qué rayos sucedió con el detective? Van dos días que no responde y temo que el tiempo sea crucial en ésta situación, pienso al ver cómo nos alejamos de la escena que Louise Dryden está montando ante nosotros. Ésa mujer parece estar ganando terreno en esta batalla y me preocupa que esté empeñada en alejarnos a Caleb y a mí.Como si conociera lo que pienso, Caleb me acerca más a su pecho y suspira cuando meto mi cabeza en el hueco de su cuello.No podemos dejar que el mal gane la ba
El bar no es para nada como me lo imaginé, pienso nada más entramos al lugar.Lo primero que se me ocurre es: ¿Cómo rayos pretende charlar Duncan en éste lugar?Las luces se pasean de aquí para allá al ritmo de la música. Música que por cierto retumba haciéndome vibrar los órganos y temblar en los zapatos.Está demasiado alta.Las personas bailan sensualmente al ritmo de una canción que no conozco y de pronto comienzo a sentir que ha sido una muy mala idea venir aquí.Duncan solicita una mesa V.I.P. y un hombre con uniforme nos guía hasta unas escaleras oscuras.Totalmente oscuras, la verdad.Subimos las escaleras detrás de él y nos indica una mesa vacía.Sorprendentemente, el lugar arriba es un poco más silencioso, lo que me hace creer que las paredes tienen algo que ma
Ha sido una muy mala idea aceptar un par de tragos a Duncan, lo juro, pienso molesta al sentir que las bebidas (que antes estaban en la mesa) me empapan la parte delantera del vestido. El frío me congela los huesos. Intento alejar la mesa de mí y gimoteo. La mesa de seguro me dejó un moretón en la pierna cuando me cayó encima. — ¿Cómo te atreves a ponerle un dedo encima, imbécil?—grita la voz de Caleb y salgo bruscamente de mis pensamientos. ¿Qué hace aquí? ¿Cómo supo si ni siquiera me respondió los mensajes? — ¿Y tú de dónde mierdas saliste?—grita Duncan en respuesta, parece no entender nada de lo que sucede mientras Caleb lo tiene contra el suelo. —De tus peores pesadillas, pedazo de imbécil. — gruñe Caleb al tiempo que le asesta un tremendo puñetazo. Veo cómo Duncan echa la cabeza hacia atrás, como en cámara lenta y me asusto demasiado al verlo sin reaccionar. Caleb parece dispuest
Madre mía, apareció de nuevo el detective. Me siento un poco nerviosa porque de pronto recuerdo que aún no le he dicho nada a Caleb. Traigo atorada en la garganta toda la información que sé gracias a anónimo y al Detective Samuel. Pero recuerdo que estoy molesta, y que ni siquiera todo lo que he averiguado es seguro aun, así que decido mantener la información para mí por un tiempo más. Al menos hasta estar segura, me digo. Guardo el teléfono sin leer el mensaje aun y veo a Caleb en el mismo lugar, esperándome pacientemente. De la nada, saca un segundo casco y me lo ofrece extendiendo la mano. Es igual de grande como el suyo y con llamas en azul y rosado a los lados de la cabeza. Cruzo la calle un poco emocionada por el casco. —Lo había mandado a pintar la semana pasada, pero no tuve antes la oportunidad de retirarlo. — dice y se encoge de hombros. —Iba a llevártelo cuando Jared me dijo que acab
CALEBMe desperté bien temprano para pedirle a los de reparaciones que me abrieran la oficina de mi dulce una hora antes de su llegada. Y aquí estamos.Todo está en su lugar cuando entramos.Suspiro y les indico a los trabajadores de la floristería dónde quiero que acomoden cada ramo de rosas.Veinte minutos después, la oficina está lista, llena de rosas para Caddie.Se me ocurrió anoche porque sé que no debí dudar de ella. Y comprendo que tenga razón de molestarse.Ella ha soportado la situación con Rachel sin siquiera rechistar, lo menos que podía hacer yo era escucharla. Aunque no me arrepiento de haberle dado sus buenos madrazos a Duncan. Él sabía que Caddie y yo teníamos algo, lo vio en la Isla.¿Ahora de buenas a primeras intenta besarla como si no supiera?¡Ig
Le doy toda la información que manejo a la policía. Jhonathan se queda con ellos por orden del abuelo que ya sabe de la desaparición de Caddie.Yo, muy en contra de mi voluntad, regreso a la mansión y me encuentro a papá esperándome en la fachada.— ¿Cómo está el bebé?—pregunto preocupado.—Rachel sigue inconsciente, pero el doctor dice que por ahora el corazón del bebé tiene un latido fuerte. —me informa y yo suspiro.— ¿No crees que deberíamos, entonces, llevarla a hacerse ecografías y todo eso para descartar cualquier cosa relevante?—pregunto.—Sí, el padre de la criatura debería. Adelante, tienes todo un mundo de opciones para atender a la madre de tu hijo…—dice papá molesto.—Papá…—comienzo a decir.—Anda, que yo i
CALEBEntrar a la habitación y encontrarme con una escena tan horrible me petrifica por unos segundos.Rachel está acostada sobre la cama, parece muerta.Se ve pálida como un papel mojado y apostaría que si la toco estará terriblemente fría.— ¡Intento detener el sangrado, pero es casi imposible!—escucho exclamar al doctor que la ha venido atendiendo, luce muy nervioso, como si ya no supiera qué hacer.— ¿No se supone que usted debería detenerlo?—pregunto enfureciéndome poco a poco.Intento ayudar a acomodar mejor a Rachel pero suelta un quejido aun con los ojos cerrados.—Pues eso intento… Pero, ¿qué más quiere que haga? Creo que deben internarla para una mejor atención, porque requiere de estudios que obviamente no puedo hacerle aquí. —murmura demostrándome
¿Estoy soñando? Esto tiene que ser un sueño, pienso mordiéndome la lengua a ver si me despierto. No ocurre nada. ¡Tengo que estar soñando, joder!, la desesperación me aborda e intento respirar pausadamente. De seguro estoy soñando y esto no es más que un reflejo de lo que hay en mi subconsciente o algo así… tiene que ser eso. —Pero, ¡¿cómo en la tierra es posible?!—escucho preguntar a la voz que identifiqué como anónimo. — ¡Santa m****a!—exclama alguien. —Joder, son idénticos. — murmura otro más. —Con razón el jefe la quería ver con tanta premura. — agrega alguien más. Yo sólo me quedo ahí, congelada. ¿Qué se supone que es esto? ¿Otra broma de mal gusto? Joder, siempre pensé que Rachel y yo nos parecíamos, pero… Nuestro parecido no es ni la mitad del que hay entre este extraño y yo. Dónde Rachel es más alta y corpulenta, yo soy delgada