CALEB
Siento cómo la ira me arrolla como si de una bola demoledora se tratara.
Llevo más de cinco minutos buscando a Caddie por toda la mansión. Estaba comenzando a preocuparme, porque no daba con ella.
Hasta que por fin la conseguí y la preocupación le dio paso totalmente a los celos y la rabia.
Jared y Cadence están sentados en el suelo de la cocina, lo único que la ilumina es la luz que sale de la puerta abierta de la nevera. Tienen paquetes de galletas de chocolate desperdigados por el suelo y dos vasos de leche.
Pero lo que causa mi descontrol sentimental es el hecho de ver que Jared está abrazando a mi chica.
Está como… demasiado encima de ella para mi gusto, y de pronto quiero arremeter contra él como un toro y darle un par de puñetazos.
La culpa me invade porque jamás he sentido algo así contra mis hermanos.
Pero no puedo detener los celos una vez que los siento.
—Odio tanto
CADENCE No tengo idea de cómo llegué a aquí, pienso al entrar en mi oficina. Respiro profundamente, sorprendida al darme cuenta de lo mucho que extrañé estar aquí. Hago una nota mental de pedirle al personal de limpieza que entren hoy aquí, porque durante el tiempo que viajé no tenían acceso a la oficina. Un fuerte bostezo interrumpe mi nota mental. ¡Ni siquiera pude dormir nada!, pienso enojada Aun no puedo creer que anoche Caleb y yo peleáramos. Pensé que estábamos en la misma página, pero ya veo que no es así. Bueno, aunque ni siquiera tengo claro en qué página estoy. Quisiera que Caleb solucionara su problema pendiente y que las cosas en la casa volvieran a ser como antes, pero mi instinto me dice que esto sólo está comenzando, que nada volverá a ser como antes. Suspiro, encendiendo el ordenador. De pronto, alguien abre la puerta sin tocar.
Todos los documentos importantes, Caleb y yo los dejamos guardados en casa. Entonces… ¿puede que los estuvieran buscando? ¿Por qué se interesaría alguien en contratos y los estatutos de la empresa? Ajusto la puerta con una silla de las del escritorio y una vez que me siento segura dentro de la oficina, comienzo a revisar todo. Con las manos en las caderas, me paseo lentamente por la oficina, observando con atención. Esto debería ser fácil porque recuerdo exactamente cómo dejé todo. Suspiro. Piensa, Cadence, ¿Qué parece estar fuera de lugar aquí? Reviso la pequeña sala y todo luce como lo dejé, regreso al escritorio, reviso los documentos sobre él y no hay nada fuera de lugar. De pronto, me fijo en los compartimientos del escritorio y me quedo de piedra al ver que los compartimientos están sin su seguro. Me agacho un poco y mis alarmas se encienden al ver que l
Muero por decirle a Caleb todo lo que descubrí en su ausencia y por detallarle el suceso de que alguien (que asegura tener información sobre Rachel) intentó secuestrarme ésta tarde. Joder, parece una historia de telenovela. Debería escribir un libro sobre las cosas que hemos vivido en los últimos días. Comienzo a marcarle, pero no atiende la llamada. ¿Estará muy ocupado? ¿Qué habrá pasado con Rachel? Intento escribirle un mensaje a Caleb, pero de pronto, me llega una nota de voz suya. Le doy reproducir rápidamente. —Amor, Rachel tuvo una amenaza de aborto, tuvieron que internarla para darle seguimiento al embarazo por unos días. Estoy aquí con ella mientras la atienden con un tratamiento que le recetó el doctor. No creo que llegue a casa hoy. No sé cómo se enteraron, pero papá y mamá están aquí… no soporto que actúen como si nada extraño sucediera, como si llevaran la vida entera junt
— ¡Caleb!—grito al ver su estado. Estaba apoyado en la puerta antes de que yo abriera y cayó como piedra en la alfombra de entrada. Gruñe adolorido (agarrándose la nariz) e intento ayudarlo a ponerse de pie, pero me es imposible hacerlo sola. — ¿Pero qué te pasó para que te emborracharas de esta manera?—pregunto sintiéndome molesta. Los vicios no son buenos para nadie, y Caleb tiende a intentar ahogar sus penas en alcohol desde que supo lo que era el licor. — ¡No quierro tener un bebé…—gruñe, aun sosteniendo su nariz. —…Con Rachel y me siento hodrible de solo pensarshlo!—exclama y se me antoja que es un borracho bien gracioso. Parece un bebé gigante. —Caleb, tienes que portarte como un hombre, en la vida algunas veces las cosas se dan de formas que no queremos, pero suceden y toca hacerle frente. —digo y poco a poco lo ayudo a acomodarse. Logra ponerse de pie con ayuda de la pared y como puedo, comienzo a subir hacia las escale
La mañana en el trabajo se me ha pasado en un abrir y cerrar de ojos, me costó esta vida y la otra concentrarme en otra cosa que no sea en lo que me dirá el investigador privado, la notable desaparición injustificada de Jhyn, las palabras de Louise y la actitud de John Dryden. Suspiro, un poco feliz de ver vacío mi archivo de cosas pendientes. Por suerte, logré terminar las cosas pendientes y adelantar lo que me corresponde entregar para mañana. Me frustra que ni siquiera he podido contarle a Caleb todo lo que sucedió ayer. Muy mala la noche que escogió para emborracharse. Caleb no vino a trabajar y asumo que es a causa de Rachel. ¿Qué habló con Rachel como para que ella le preguntara que por qué estábamos juntos? ¿Caleb está cediendo ante la presión? Ni siquiera sé qué pensar. Almuerzo mientras sigo dándole vueltas en mi cabeza a todo. El detective quedó en enviarme dirección
No sé por qué esas palabras me congelan un poco. Creo que el presentimiento de que algo muy malo está por suceder se va a materializar. ¿Sucederá algo peor de lo que me imagino con esa mujer? —La verdad es que no sé qué ha conseguido hacer esta mujer como para tener un historial inexistente en los últimos trece años. — suelta y yo siento que mis ánimos decaen bruscamente. Lo observo pensando en que, desde luego, sus palabras son ilógicas. —No entiendo nada, usted fácilmente acaba de desarrollar un resumen bastante rico en información sobre la vida de Rachel, de la que solamente le di el primer nombre, ni siquiera un apellido… ¿Pero no ha conseguido nada importante en los últimos trece años de vida de Louise Dryden?—pregunto más que asombrada, él asiente con serenidad y vuelve a sorber por la pajilla. — ¡Y perdóneme si se me antoja que es una reverenda locura, detective! ¡Pero me parece imposible eso!— exclamo indignada de sus palabras
CALEBObservo a Rachel en la cama y agradezco a Dios que por fin se compadeció de mí lo suficiente como para quedarse dormida después de tanto jaleo.Sé que debo dejar de quejarme de lo que estoy viviendo, el doctor dijo que los bebés (aunque parezca algo místico) sienten las vibras o actitudes de ambos padres, y juro que no quiero afectar a este bebé y menos si termina siendo mi hijo, pero… esto no es fácil.Sigo creyendo que es casi imposible que el bebé sea mío. No siento que yo sea parte de esto.Ni siquiera entiendo como algunas personas se casan y tienen hijos sin amarse… ¿Cómo sobreviven? Si yo ya me siento morir de tener que soportar a Rachel.No soporto tener que cuidar a Rachel mientras hace sus berrinches.Lo único en lo que puedo pensar (aun estando aquí) es en Cadence. Me pregunto si
Aceleré y en unos cuantos minutos estaba llegando a mi destino.Vi el bar de la ciudad vecina aparecer frente a mí y estacioné. Era el bar que frecuentaban algunos de mis amigos y decidí entrar de una vez por todas, para tomar un poco de whiskey.Al día siguiente tendríamos reunión, así que no debía excederme.De verdad lo intenté pero estaba tan dolido con Caddie… Con el pasar de los minutos, ese “poco de whiskey”, se convirtió en “mucho whiskey” y todo me comenzó a parecer un borrón. Las personas, la música y la mismísima bebida.De pronto, la vi.Caddie.Está aquí.—Mierda, la veo en todaz parrrtess.— recuerdo que dije con la lengua convertida en trapo y le frunzo el ceño a mi vaso de whiskey.La mujer se acercó y rápidamente e