Los Wulka, era una tribu de las Amazonas, guerreros y con muchos rituales y tradiciones.

Vivian en clanes en medio de la selva, se alimentaban de frutos, y los hombres practicaban la pesca y caza.

Tenían un jefe llamado Ultha, el hombre más fuerte y rápido en la caza que se ganó el título en la prueba de iniciación, que era una prueba cruel, exigente y de mucha resistencia, donde los hombres más fuertes se internaban en la selva en busca del animal más grande.

Fue así que Ultha volvió con un jaguar a sus espaldas, llevándose el título de gran jefe de la tribu Wulka.

Desde muy niño al quedar huérfano, tuvo una personalidad fuerte e independiente, de carácter frío. Todos los hombres mayores lo “adoptaron” enseñándoles cada uno distintos oficios como la pesca, cacería, agricultura, también a combatir y conocer la selva como ninguno. El niño Ultha cada día se fue volviendo más diestro en cada una de las actividades, desarrollando una agilidad, destreza y fuerza como nadie. A los pocos años, pese a su juventud era el mejor cazador, pescador, nadador y guerrero de la tribu Wulka, lo cual sin ser aún el jefe era respetados por los grandes jefes mayores, nombre que se les daba a los ancianos que habían sido gran jefe de la tribu.

Ultha inspiraba temor solo con su presencia, aparte de su gran porte y musculatura, vestía con piel de jaguar, acompañado a su lanza afilada.  

El día del accidente sintió una fuerte explosión que lo llevó a ir en busca del avión, junto a sus hombres.

Antes de salir, Ultha se despidió de la anciana curandera que era como una madre para él.

Salieron muchas mujeres a despedirlo, todas enamoradas de él, sabiendo que pronto él debería elegir a alguna para casarse, pero a Ultha no le interesaba ninguna.  

Caminaron largas horas, más de 30 hombres, los más fuertes equipados con largas lanzas, flechas y arcos y cuchillos muy afilados.

Sigilosamente se acercaron por la orilla del río cuando vieron el avión, hicieron unos sonidos entre ellos y se desplegaron cuidadosamente. Uno de ellos, vió las carpas, estaba amaneciendo y todos dormían tranquilamente.

En unos cuantos minutos los 30 guerreros Wulka estaban rodeando las carpas a punto de atacar.

Su jefe el gran guerrero Ultha dio la orden y en cada carpa entraron 5 guerreros, haciendo que los pasajeros gritaran del susto.

Antonio cubrió a Kate, pero el mismo Ultha lo apuntaba con su lanza

Arriba – señaló Ultha

Antonio se puso de pie y detrás de él Kate, quien se despertó con los gritos. También despertó Benjamín quien se agarró de las piernas de Kate.

Ultha dio una mirada a sus guerreros y estos entendieron y apartaron a Antonio y le amarraron las manos.

Antonio trató de forcejear, pero fue inútil y fue sacado de la carpa, por 4 guerreros

Desde afuera gritaba – ¡¡¡si le haces daño te mató!!! Kateeee

Adentro solo quedó Kate quien abrazaba al pequeño, quien lloraba de susto

Ultha miró al pequeño y por instante se vió en él, cuando se quedó huérfano a su misma edad.

Volvió un guerrillero para amarrar las manos a Kate, pero Ultha hizo un gesto para que no lo hicieran.

Se acercó a Kate y le tomó la barbilla, vió su belleza de inmediato en sus lindos ojos azules.

Afuera – dijo Ultha a Kate apuntándola con la flecha.

Al salir de la carpa se encontró con todos los pasajeros, atados de manos que iban caminando en fila con algunos de los equipajes, internándose en la selva, resguardados por los guerreros, todos siendo rehenes de la tribu Wulka

El único que se resistía era Antonio que no quería dejar a Kate ni a Benjamín atrás, sin embargo, a golpes los guerreros lo hacían caminar

Kate al verlo, tomó la mano de Benjamín y corriendo fue donde él gritando – déjenlo, no le hagan nada.

Un guerrero la detuvo apuntando con una lanza

Ultha detrás de ella a pie firme, hizo un gesto al guerrero para que bajara el arma.

Kate se acercó a Antonio y le dijo - estoy bien y lo abrazo

Ultha con voz grave dijo -¡caminen!

Asustados todos se dispusieron a caminar.