Capítulo 37

Sylvana:

Camino por las calles de Indianápolis. No sé a dónde rayos me dirijo. Llevo conmigo la maleta pequeña que han traído para mí. 

Tomo asiento en la banca de un parque cercano. He caminado por lo que parece una eternidad. 

Abro la maleta y no hay nada de comida y mis tripas suenan como locas. Pero si hay una botella de agua, y… 20 dólares. 

Decido que es hora de descansar un poco. Coloco la bolsa de ropa como almohada y extiendo mi cuerpo por la banca sin percatarme me quedo dormida. 

Es nuestra antigua casa, mi padre baja las escaleras y me recibe con un abrazo.

—¿Por qué estás aqu

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