El viaje fue más largo de lo que Shi esperaba, salir de la ciudad en mitad de la noche sin avisarle a nadie le causaba un poco de gracia, muchas veces se había imaginado escapando de la manda junto a Kiyan cuando eran más chicos, y ahora ahí estaban, viajando en silencio por el camino que les alejaba de la ajetreada ciudad con rumbo a lo desconocido, al menos para él. Kiyan se mostraba bastante seguro hacia donde se dirigían, seguía insistiendo en mantener su destino como un secreto, pero mientras más se acercaban más aumentaba la curiosidad de Shi. Adentrarse en el bosque en mitad de la noche le recordaba a todas las veces que Kiyan y el jugaron en las afueras de la manada a mitad de la noche, con sus padres asustados buscándolos porque terminaban durmiendo a orillas de un lago. Era perfecto. Y ese recuerdo le hizo suspirar. - ¿Estas bien? - La voz de Kiyan le sacó de sus recuerdos, no se había percatado que se había quedado en silencio mientras el alfa seguía hablando, sólo asintió
-Todo comenzó cuando tenía 17 años, me desterraron de mi manada y no tuve otra opción que vivir por mi cuenta. Había muchas cosas que no sabía hacer, no sabía sobrevivir por mi cuenta, pero lo intentaba- Mientras hablaba los recuerdos fueron llegando como si de una tormenta se tratase, inundando por completo sus pensamientos, las imágenes reproduciéndose en su cabeza como si fuera solo una película. La lluvia caía con fuerza haciendo difícil el correr, incluso para alguien como un lobo correr en mitad de una tormenta de esa magnitud era algo complicado, sus patas se resbalaban por el fango haciendo complicado que escapar fuera fácil. Sumado a eso el dejar un camino de sus huellas no le facilitaban las cosas. Debía encontrar un lugar donde esconderse de aquellos cazadores, tenía que hacerlo sí quería vivir. Un ruido fuerte retumbó en el silencio de la noche, un ligero ardor en una de sus patas traseras le dejó en claro que no se trataba de un trueno, los cazadores habían comenzado a di
-Así que esa fue la forma en que tú y Kion se conocieron, jamás pensé que se encontrarían bajo tan terribles circunstancias- Por supuesto, Shi había omitido algunas cosas importantes de su pasado que no debía comentarle al alfa por supuesto, era mejor mantener unas cosas en secreto, como su verdadero nombre o que buscaba venganza -Kion salvo mi vida, le debo más de lo que me gustaría admitir. No sólo somos amigos, es la persona a la que le debo mi vida- El delta terminó recostándose nuevamente en el pasto, cerrando sus ojos mientras suspiraba, dejando sus brazos a cada lado de su cuerpo antes de levantarse de golpe y sonreír, observando al alfa -Pero fue suficiente de estar conversando cosas tristes, vamos al lago - ¿Al lago? ¿Estás loco? Está empezando a refrescar -Vamos, no seas aburrido. No puedes hacer esto todos los días, ¿o sí? Anda- Shi comenzó a sacarse las botas y calcetas, dejando estas dentro de las botas para correr después al lago, sabía que este era profundo y podrían
La mañana llegó tranquila, el viento fresco entrando por la ventana apenas abierta hacía que el delta se acurrucara más entre las sábanas y el cuerpo del alfa, sabía perfectamente que debía despertar, el gruñido en su estómago le estaba pidiendo que se levantará a buscar un poco de comida, pero su cansancio y lo agradable que era estar así junto al alfa le obligaba a mantenerse en su lugar, quería seguir recibiendo más de esas suaves caricias en su espalda. No iba a negar la comodidad que estaba sintiendo en ese momento. - ¿No crees que deberíamos levantarnos ya? - La respuesta que obtuvo el alfa fue no más que un quejido mientras se acurrucaba más contra su cuerpo, sacándole una risa -Vamos, hasta acá escuche tu estómago gruñir. Además, tenemos que ver como se encuentra Kion, me preocupa algo que dijo el consejo- Ese comentario hizo que finalmente el delta abriera los ojos, aunque aún se veía bastante adormilado al fijar su vista en la del contrario, en la mente de Kiyan parecía como
Un grupo de lobos llegó corriendo a la dirección que Adalrik les había indicado, la preocupación de que su líder estuviera herido y en peligro de muerte, el alivio se hizo presente en todos cuando se percataron que el accidente había sido menos grave de lo que habían imaginado. Shi estaba recargado contra el hombro de Kiyan, sus ojos estaban cerrados y su respiración estaba un poco agitada por contener el dolor que sentía, Kiyan también tenía sus ojos cerrados, concentrándose en liberar feromonas para calmar al delta a su lado y calmarse a sí mismo también. Por su parte Adalrik seguía en el suelo, respirando con calma, controlando el dolor que sentía. De los cuatro era quién menos heridas graves tenía, eran más fáciles de soportar y estaba más calmado que el resto de lobos. -Líder, encontraron al lobo cerca de la zona de caza. Estaba inconsciente y mal herido. Lo hemos llevado a la casa para tratar sus heridas- Un lobo castaño se acercó a Kiyan, cargaba consigo un pequeño maletín del
El silencio reino entre los lobos, ahora que estaban solos finalmente podían hablar respecto a lo que pasaría a partir de ahora con Dark claw, podían discutir que pasaría con el plan de Shi y todo lo que haría ahora que Kion ya no estaría, pero ninguno se atrevía a hablar de ello, en realidad ninguno se atrevía a hablar en absoluto. Era su último momento juntos, ambos sabían que hablar de cosas de la manada sería una pérdida de tiempo para ellos, pero, tampoco estaban seguros de que era lo que podían hablar. Los minutos pasaron mientras ese silencio podían hablar. Los minutos pasaron mientras ese silencio se hacía cada vez mayor, hasta que finalmente Kion soltó un suspiro, negando con la cabeza. -No esperaba pasar mis últimos momentos contigo estando en silencio. Creía que podrían ser un tanto más… Agradables- Shi soltó una ligera risa, buscando una de las manos del beta para sujetarla suavemente, Kion por su parte la apretó con una sonrisa triste -Esperaba que pudiera pelear a tu lad
El sonido de una máquina fue lo primero que escucho al recuperar la conciencia, ¿no estaba muerto? No, claramente no estaba muerto, más bien, ¿por qué no estaba muerto? Kiyan había apuntado directo a su corazón, conocía perfectamente bien cómo funcionaba el apuntar a alguien con intención de matar y era consiente que alguien como Kiyan también sabría cómo hacerlo así que, ¿por qué estaba vivo? ¿por qué estaba conectado a una máquina? ¿qué estaba pasando? ¿qué demonios estaba pasando? Ese lugar no era un cuarto de la manada del alfa que estaba con Shi, definitivamente no estaba en esa manada, eso era un cuarto de hospital o lo que al menos parecía un cuarto de hospital. Se levantó con esfuerzo, todas las heridas que tenía estaban ya curadas, a excepción de la herida de bala que se encontraba en su pecho, el único parche colocado cuidadosamente sobre esa zona le dejaba en claro que la bala no había salido, ¿era posible que la bala se hubiera movido dentro de él y no hubiera tocado su cor
La noche era tranquila, para la zona donde vivían era normal que las noches fueran tranquilas y calmadas, a diferencia de la ciudad donde la lluvia caía sin parar, el campo era más relajado. Los sonidos de los insectos nocturnos eran el único ruido que podía escucharse en la zona, nada más que eso. Pero entre la calma del lugar, entre el silencio de la noche también se lograron escuchar leves pisadas de los miembros del ejército que iban a cumplir su misión, el sigilo siendo solo para lograr que nadie en ese lugar sospechara que estaban ahí. Tenía una misión clara que seguir, ir por los niños que vivieran en ese pequeño pueblo e irse sin dejar ningún tipo de evidencia, y eso significaba encargarse de los padres. Los militares corrieron en dirección a las casas, pateando las puertas con fuerza para abrirlas y abrirse paso dentro de estas, de inmediato las familias que vivían ahí dentro despertaron, entrando en pánico al ver a los uniformados armados invadir su hogar, buscando a los hij