56

Capítulo 56

Amores que matan.

Cuando abrí los ojos lo primero que hice fue ver el reloj con una presión en el pecho inigualable. Descubriendo que eran las 6 pm, solo habían pasado dos horas para mi alivio. Entonces vi mi brazo, descubriendo que no había ninguna sutura, voltee a ver el otro brazo porque tal vez mi cerebro me jugaba una mala pasada, pero no tenía ni un rasguño, me sentía excelente.

Mi pierna no tenía el yeso, ¿acaso lo había imaginado?, ¿se trataba de un milagro de la luna?

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