Capítulo 30
Letwin, eres tú.
Las llamas estuvieron a centímetros de tocar mi cara, estoy segura que si no me hubiera cubierto con mi brazo me habría quemado. De repente la cocina estaba en llamas y comenzaba a alimentarse de los gabinetes de madera. Agarré la manguera del fregadero y eché el agua a las llamas, sin embargo parecía alimentar el fuego, agarré un mantel y comencé a sacudirlo hacia el fuego, pero consumió la tela hasta quemar mis manos, el humo estaba ahogándome, así que hice lo más lógico. Corrí a mi habitación, busqué mi teléfono y llamé a los bomberos.
Capítulo 31Una vida junto a Letwin.Abrí los ojos poco a poco, estaba en una cama, había una televisión, un baño, no me tomó mucho tiempo entender que era una habitación. Me quité la cobija de encima y me levanté sintiendo un leve mareo, el piso estaba frio bajo mis pies, ¿Dónde había puesto mis zapatos?, caminé hacia
Capitulo 32Los idiotas nunca cambian.Al llegar nuevamente a la habitación, le arrebaté a Letwin la caja musical que seguía con su lento sonido del lago de los cisnes, y me puse de rodillas en la cama para examinar la caja con exagerada atención. Abrí la tapa, y la bailarina dio vueltas en su mismo eje.
Capítulo 33Momento que me trague la tierra.Al dia siguiente, Letwin no estaba cuando me desperté. Mi ropa estaba seca, por lo que me la coloqué otra vez, tendría que comprar ropa nueva, pero primero iría con mi plan A de la operación:abrir la caja musical encantada.Así que tomé de entre las cosas de Letwin el gorro negro que le había prestado hace muchos meses atrás y me lo coloqué para ocultar mi cabello, seguidamente me coloqué unos lentes oscuros que encontré y un suéter de bob esponja, que me quedaba como un mini vestido, así que me quité la ropa dejando solo mi ropa interior y me quedé luciendo solo el suéter.<
Capítulo 34No soy buena con los animales.Su mirada pasó del asombro alrealasombro, que incluían: ojos enormes, cejas alzadas y boca en una perfecta "o", se acercó a nosotros sin apartar la mirada de mí. Entonces supe lo que debía hacer, me levanté y la abracé.-¡Señora Furléz! –Sollocé-, nunca pensé que la volvería a ver, fue horrible, usted no se imagina, hubo un incendio y luego no recuerdo qu... qué rayos pasó...
Capítulo 35Primera vez.Nos ubicaron en tres habitaciones diferentes para más comodidad, la mia era muy amplia, y lujosa; bañera de oro, jabón con olor a moras, y la cama era un espectáculo, con un mosquetero y fina decoración en el edredón, había hasta muebles y una mesa con libros, lapices, juegos de intelecto, y la alfombra era algo celestial que acariciaba mis pies, era muy bueno para ser real.Me había bañado, y curiosamente al recordar que podría morir tratando de recuperar el relicario del rey me hizo vomitar lo poco que había co
Capítulo 36La cueva.Yo misma agüé mi fiesta cuando recordé que podría morir la mañana siguiente.Abrí los ojos recordando que ya no era virgen, que había estado con Letwin. Su brazo rodeaba mi cintura, estaba desnuda, no fue un sueño; fue real. Sonreí con una alegría irracional en mi cara. Entonces mi sonrisa se borró, después de nuestra muestra de amor, estaba segura que Letwin no me dejaría ni acercarme a la guarida de la quimera, él había dicho: << no permitiré que haga esto...>> deb&iacu
Capítulo 37¿Victoria o muerte?Tomé la moneda y me levanté del suelo con exagerada lentitud, todo me daba vueltas, mi nariz tenía un olor agrio, no sabía si el líquido en mi frente era tierra gelatinosa o mi sangre, tampoco sabría decir si me dolía un solo sitio, porque todo me punzaba. Nunca creí estar en esta situación.La varita, me acordé que eso curó mi pie, eso podría curarme la jaqueca. Cuando comencé a trazar un ala de la mariposa, escuché un silbido insufrible y luego algo me empujó hacia atrás, choqué contra una de esas cápsulas, asombrosamente pomposas, y reboté cayendo de rodillas en la tierra.Reaccioné lo suficientemente rapido para evitar otro golpe de ese extraño tentáculo. La varita seguía aferrada a
Capítulo 38Momento infernal.Sus palabras parecían lanzarme golpes en el estómago, tragué saliva, no debía tratarme así, odiaba su carácter, odiaba que fuera tan osco, lo odiaba a él, pero aunque odiara admitirlo, tenía razón en todo lo que decía.<<Ahora es una carga. >>La habitación quedó en silencio por un momento y el rey aclaró su garganta.-