Narrado por Dulce.

Ron no le daba la misma importancia que yo a aquel asunto. Mientras yo recorría el bar, buscando a mi amiga, llamándola al móvil, que inexplicablemente estaba apagado o fuera de cobertura, temiéndome lo peor, Ron torcía el gesto, como si no pudiese ver el lado malo en todo aquello.

Yo, por mi parte, no podía dejar de verla en mi cabeza, haciendo una locura, teniendo sexo con aquel tipo con el que había desaparecido, en cualquier baño, o incluso en su coche.

¡Por Dios! Estaba tan terriblemente preocupada por ella, que cuando volvíamos a casa, en la camioneta de Ron y recibí un mensaje por su parte, diciéndome que ya estaba en casa, que A