Narrado por Abby.
Me pasé el resto de la semana rayada, sin comprender bien qué me ocurría, ¿por qué me moría de ganas de volver a verle? ¿No se suponía que aquello era un error? Ese tipo me ocultaba algo, no podía involucrarme con alguien como él, no quería volver a sufrir, no quería…
- Abby – me llamó mi mejor amiga - ¿me estás escuchando?
- ¿Qué?
- Estás en otra parte ehh – se quejó, y al mirarme vio algo que yo ni siquiera reflejé, pero yo era como un libro abierto, siempre solía reflejarlo todo en mi cara. Se llevó las m
Narrado por Abby.Me pasé el resto de la semana rayada, sin comprender bien qué me ocurría, ¿por qué me moría de ganas de volver a verle? ¿No se suponía que aquello era un error? Ese tipo me ocultaba algo, no podía involucrarme con alguien como él, no quería volver a sufrir, no quería…- Abby – me llamó mi mejor amiga - ¿me estás escuchando?- ¿Qué?- Estás en otra parte ehh – se quejó, y al mirarme vio algo que yo ni siquiera reflejé, pero yo era como un libro abierto, siempre solía reflejarlo todo en mi cara. Se llevó las m
Narrado por Abby.Estaba en mi habitación, comprobando los mensajes que tenía, desde mi computadora, despreocupada, tumbada sobre la cama, mientras escuchaba la música de Queen a toda pastilla, cuando una pequeña vibración me hizo girar la cabeza hacia mi derecha, justo donde se encontraba mi teléfono móvil. Lo agarré entre mis manos y volví a darme cuenta de que tenía un mensaje de ese imbécil, y me molestaba terriblemente que tuviese mi número de teléfono, pues yo no se lo había dado.Imbécil:Acabo de salir de trabajar, ¿te apetece que nos veamos un rato?Su mensaje me hizo reír. ¿Pero qué se había creído? ¿qué podía llamarme cada vez que necesitase un buen polvo?Yo:No.Sonreí, satisfecha, después de enviar ese mensaje.Imbécil:¿Aún estás enfadada por lo del otro día?Ni siquiera contesté a eso, es obvio, ¿no?Imbécil:Vamos, Abby. Sólo era una puta.Yo:Me da igual quién sea. Si estás aburrido llama a Vanessa, pero a mí déjame en paz.Imbécil:Baja y te lo compenso.¿Cómo? ¿Ese
Narrado por Dulce. Estaba feliz, pues a Ron y a mí nos iba super bien juntos, después de tanto tiempo quién me diría que podría ser feliz con él. Pero, a pesar de ello… no podía ser feliz del todo, pues todo el tema de mi amiga me preocupaba en exceso, y Ron lo sabía. Por eso me dejaba contestar a los mensajes que recibía en esos días, sin enfadarse de que estuviese más pendiente del móvil que de él. - ¡Oh Dios Mío! – exclamé al recibir el archivo que Harry acababa de pasarme. No podía creérmelo, aquello tenía que ser una broma pesada. - ¿Quiénes son estos tipos? – preguntó Ron, sin comprender a qué venía tanto escándalo, tan pronto como vio aquella foto – al del medio lo conozco, es el hermano de Abby, pero los otros dos… - Necesito ver a Abby inmediatamente – le aseguraba, enviándole un mensaje a mi amiga para vernos en seguida. - ¿No vas a contarme nada? – preguntó, molesto de que no lo hiciese partícipe de aquello. - El de la derecha es el inspector Alex O’Connor, el de la i
Narrado por Abby. Cuando desperté era mi hermano el que estaba a los pies de mi cama, no sabía cuánto tiempo había dormido, pero una cosa estaba clara, ya no estaba en su apartamento, ya no estaba junto a él. - Rogger – le llamé, haciendo que él girase su cabeza para observarme, dándose cuenta de que al fin estaba despierta - ¿qué…? – negó con la cabeza, y entonces me callé, momento que él aprovechó para hablar. - No quisimos despertarte – comenzó - así que te traje con cuidado y te acosté – se detuvo, y me sonrió amablemente antes de seguir hablando – Jamie Gray es un cabrón – declaró, dejándome aún más curiosa, pues se suponía que ellos no se conocían, se suponía que… pero entonces recordé la foto, recordé todo acerca de nuestro pasado. Era más que obvio que se conocían, aunque hubiesen pretendido que no, desde el principio. ¿Por qué lo habían hecho? Y aún más importante ¿Por qué me habían mentido? – se suponía que debía cuidarte, guiarte por el buen camino… pero cuando le vi en
Narrado por Abby.Necesitaba poner mis ideas en orden, necesitaba ser reconfortada, y sólo conocía a una persona que podía hacerlo, por eso cuando llegué a casa de Dulce y la encontré en la puerta, despidiéndose de Ron, no pude evitarlo, me lancé a sus brazos y rompí a llorar, mientras ella me abrazaba, intentando reconfortarme.- Te llamo mañana – aseguró Ron, mientras ella le asentía. Sabía que aquel tipo era un buen hombre, que cuidaría de mi mejor amiga, y me alegraba mucho que ella al fin hubiese encontrado un buen tipo… Pero yo … yo nunca podría seguir adelante, no después de todos los palos que me había dado la vida.
Narrado por Dulce.Mi mejor amiga me puso al tanto de absolutamente todo, y me aseguró que sólo se acercaría a él para descubrir más sobre Jamie Gray, que no tenía nada que ver con sentimientos, que sólo iba a usar a ese tipo. Pero yo la conocía bien, sabía que había algo más, aunque ni siquiera ella se diese cuenta de ello.La observé acicalarse, justo después de haberse quedado a cenar, junto al espejo de la entrada.- ¿De verdad vas a ir a casa de ese tipo tú sola? – pregunté, preocupada con toda aquella situación – podría ser peligroso.- Estaré bien – me calmó, dándome un cálido abrazo – se cuidar de mí misma.- Llámame cuando termines, quiero saber que llegas bien a casa.Ella asintió
Narrado por Dulce.Abby me pidió que siguiese investigando sobre todo aquello, y eso fue justo lo que hice. No sabía qué era lo que quería encontrar, pero a medida que avanzábamos en aquello, a medida que descubríamos más cosas sobre Jamie y su hijo, mi amiga se iba hundiendo más, aunque fingiese que no.Por eso aquel día, cuando ella llegó a la galería de arte para ver mi exposición, con una gran sonrisa, alegrándose por mí, no pude evitar sentirme en paz. Verla sonreír así era bueno, quería decir que ella se olvidaría de su dolor por unas horas.Todos estaban allí, apoyándome en a
Narrado por Abby.La exposición fue un éxito, mi amiga vendió toda su colección y tenía muchas ofertas de colaboración. Una de ellas ya la había aceptado, gracias a nuestro amigo Jason.Estaba realmente feliz por ella, así que aquella noche dormiría realmente bien, o así lo pensaba, mientras me peinaba el cabello, en mi tocador, justo después de haberme duchado, ya con el pijama puesto, con el pensamiento de irme a la cama.La propuesta de Alex no me importaba lo más mínimo, estaba más que dispuesta a pasar de él, a no volver a sucumbir al deseo que él me proporcionaba. No quería volver a caer en su juego, no