A puro dolor y frustración

- ¡Esto no puede ser! - grito mientras lo empujo y me quedo petrificada en frente de  Jake.

- ¿Qué pasó?

- Es que no está bien,  estoy muy incómoda con todo esto, creo que sería mejor que te vayas

- Primero comes y después me voy...

- ...Pero...

- Nada, come, tienes que comer y si yo me voy , tu no pruebas bocado

- Está bien - exclamó entornando los ojos, me sirve un poco  y se sienta a comer en frente mío.

- Te seré sincero, Ricardo me pidió esto - exclama mientras come.

- ¿Qué? - pregunto sin comprender el comentario.

- Después de que volviste con él, me dijo que te cuide cuando faltase, le respondí que lo haría, pero me pidió que no solo te cuidará sino que intente hacerte olvidar tu sufrimiento, que veas que existen otros hombres además de él, en serio me reí mucho, le dije que hace un tiempo me celaba contigo y ahora te entregaba a mí - dejo el tenedor en el plato por mi sorpresa, ¿Que dijo que?- sé que te iras y estas decidida a hacerlo, pero no quiero alejarme de ti sin intentar - Ricardo hacia las cosas de una manera tan atropellada que asusta, ¡es una locura! - Sé que lo hizo en un momento de desesperación.

- Ya terminé - exclamó colocando a un lado el plato - gracias por la comida, ahora ve a ver a tu hijo y a Judy.

- Sutil manera de botarme. Exclama sonriendo sarcástico.

- Jake - exclamó parándome de la silla.

- Ok, me voy pero mañana vendré, intenta comprender que no es como tú lo está viendo - comenta mientras toma su chamarra se acerca a mí me da un beso en la nuca y sale por la puerta.

****

Es sorprendente como las cosas han cambiado en estos días que Ricardo ya no está a mi lado, pedirle esa locura a Jake, un poco más y darme en bandeja de plata, preocupado por mi soledad, siempre le gustó manejar mi vida y esto es una muestra muy clara de eso.

Estoy deprimida, sinceramente mis piernas no me logran sostener, necesito dormir un poco así que decido meterme de vuelta a la cama pero tristemente esa pesadilla no me permite descansar tranquila, esto me está costando demasiado, necesito ir a lo más pronto posible.

Como no logro dormir prefiero pararme y  guardar cosas en las cajas, quiero irme  de esta pesadilla, solo quiero escapar de este departamento que nos vio felices juntos, nos vio separados, nos vio sufrir y nos volvió a ver juntos esperando a nuestro hijo, esos recuerdos me atormentan y hacen que mis lágrimas caigan una vez más. Suena mi teléfono, perdí la noción del tiempo, ya es de mañana y no me di cuenta.

- ¿Hola? - respondo sin pensar.

- ¿Darla como éstas? ¿Porque Sigues llorando?

- Hola Judy - saludo desganada.

- Se te escucha llorosa, debes dejar de hacerlo, esto te va a matar, Jake está preocupado con tu depresión.

- Lo sé, Judy...Pero Jake solo vino a colaborarme con el traslado a Búffalo.

- No necesitas darme explicaciones,   estamos separados.

- ¿Separados?

- Sí, separados, decidimos que cada uno haga su vida, es mejor.

- Pero...- pregunto dubitativa, ¿será por mí? - ¿porque?

- Porque, nos dimos cuenta que lo nuestro es costumbre, Darla, no amor...

-... Hay Judy, no creo que se separen, dense un tiempo, algunas veces es el mejor consejero.

- ¿Cuándo te vas?

- Me voy dentro de cuatro días, me iré en auto no puedo ir en avión por él bebé

- Mañana te iré ayudar,  tengo trabajo hoy y como Jake tomó vacaciones, la jefatura necesita Detectives.

- ¿Quiénes se están haciendo cargo de nuestros casos?

- Nuevos detectives Darla, novatos que el capitán eligió...

- ...Oh, bueno tu eres ahora la mano derecha del capi.

- Pues sí, me da pena que te vayas.

- Es necesario Jud, no puedo seguir acá, me asfixia este lugar, además allá tengo a mi familia y...

- Lo sé, bueno chica, voy a trabajar, cuida al ahijado o ahijada, nos vemos mañana.

- Ok, bye. - Cuelgo el teléfono, prósigo con mi trabajo, es muy duro, nunca creí sentirme tan débil pero ese vacío crece más y más dentro mío y me quita energía.

Aunque desee no llorar, lo hago, lloro y lloro con cada recuerdo, es nostalgia de mejores momentos ya pasados, he guardado el cincuenta por ciento de las cosas, empiezo a guardar  cds y como tenía que suceder el cd de Al Green aparece, mi canción, nuestra canción, la coloco en el reproductor empieza a sonar y esa nostalgia crece y crece, mis lágrimas caen por millares, me desparramo en el piso, las fuerzas se me van, escucho el timbre pero no quiero abrir sólo deseo estar a solas con mi dolor.

- ¿Darla? – escucho la voz de Jake, vuelve a tocar el timbre con más insistencia– Darla, sé que estás ahí, escucho la música, por favor ábreme.

- ¡Vete Jake, lárgate, quiero estar sola! - consigo responder.

- No me iré...

- ¡Vete!- gruño, pero Jake abre la puerta nuevamente con la llave de repuesto.

- No me voy a ir - exclama entrando y cerrando la puerta

- ¡Porque no me dejas en paz! - chillo frustrada.

- Porque no, no me voy y punto – me incorpora e intenta abrazarme.

- ¡Aléjate! – grito – ¡Vete!

- Darla, por favor tranquilízate.

- ¡No! Déjame en paz, lárgate.

- No lo haré...

- ¡Déjame en paz! - sigo llorando, apretando mis puños – déjame, ya no quiero esto, quiero que pare, quiero que pare el dolor – vuelve a tratar de abrazarme – ¡suéltame! – me alejo de él con un último empujón.

- ¡Sácalo! - alza la voz.

- ¿Qué? - pregunto con el ceño fruncido.

- Saca toda tu rabia, todo tu rencor, toda tu frustración, acá estoy, úsame como tu saco de arena, tienes todo mi consentimiento.

Lo miro sin comprender  escucho las notas de nuestra canción en el reproductor y todo empieza a salir, toda esa frustración, esa rabia por el abandono de Ricardo, todo empieza a llenar cada recoveco de mi cuerpo, apretó mis puños, Jake me mira y da un paso hacia mí, no me muevo, da otro paso, mi respiración se vuelve más rápida, al tercer paso cuando trata de abrazarme, empiezo a empujarlo con fuerza.

- ¡No, no quiero! No me abraces, no quiero!  – sigue intentando abrazarme – ¡me dejó! - empiezo a luchar con Jake, solo deja que lo haga no se mueve, lo pego, lo golpeo – ¡porque me dejó! ¡Lo odio! – sigo empujándolo, sigo luchando llena de lágrimas hasta que me voy tranquilizando Jake se acerca poco a poco, hasta que me rodea con sus brazos  quiero desparramarme otra vez en el piso pero Jake me sostiene.

- Ya pasó – me acaricia el cabello – ya pasó, respira Muñeca, para de llorar.

No puedo parar, Jake me levanta la cara y hace que lo mire, mis ojos están llenos de lágrimas, Jake se acerca a mí y me besa, intento huir pero estoy tan débil, tan frustrada, no puedo negar sus besos, delicadamente sus labios corren a mi cuello, sigo sollozando pero no hago nada por parar, parezco zombi mientras me besa el cuello me va desabrochando los botones de la blusa, mi subconsciente grita que lo pare pero mi consiente no actúa, mi cerebro está desconectado de mis otros sentidos,  sus labios bajan a mi pecho me sigue besando y yo estoy petrificada, no respondo, sigue besándome el cuerpo tal vez intentando que responda, pero no puedo, no siento, estoy como una piedra, fría y distante.

- Siente, Darla – exclama con torpeza me besa otra vez, sus manos acarician mi pecho – Ven – me jala al cuarto – sé que no estas acá, pero te voy a hacer el amor, piensa que soy Ricardo...

Cierro los ojos, pienso en Ricardo, mi mente ya no está en mi cuerpo, el vacío crece más Jake acaricia mi vientre, y lo besa, me baja la calza y las bragas, solo tengo en mi mente imágenes de mejores tiempos con él así olvidar que es Jake quien está haciendo esto, pasa unos minutos,  coloca una almohada en mi espalda y me lleva al borde de la cama, acomoda mis piernas y entra en mí, no abro los ojos toda mi mente está ocupada en mis recuerdos de las millones de veces que hice el amor con Ricardo, Jake entra y sale de mí, acariciando mi cuerpo sé que está intentando de que reaccione pero estoy dormida, mi cuerpo se durmió, siento todo físicamente pero no logro responder como, debería hacerlo, además esto jamás estuviera pasado si Ricardo no hubiera muerto.

- Darla, reacciona – exclama besándome, se nota desesperado a que lo haga pero no lo logro hacer, estoy desconectada.

Me muevo un poco para que él se acomode más dentro mío, trato de reaccionar, en mi mente solo Ricardo, mi cuerpo reacciona a esa idea fija de que me hace el amor es él y empiezo a sentir más.

- Así, Darla, se en quien piensas hazlo, no tengo problema, lo único que me importa es que sientas.

Sigue moviéndose dentro mío sus manos corren por todo mi cuerpo, Oh mi Ricardo todavía puedo sentirte,  todo termina  se acomoda a mi lado y me abraza con cariño.

Yo abro los ojos solo veo el techo, Jake tiene su brazo rodeándome, no dice nada tampoco yo, esto fue solo dolor, frustración y desesperación, pasamos un rato en esa posición y Jake se para, me incorpora pero no puedo mirarlo, además de todos esos sentimientos siento culpabilidad.

- Mírame – me levanta la cara con sus manos – toma – me pasa mi salto de seda – me lo coloco después Jake me alza y me acomoda dentro de la cama – duerme, yo estaré acá cuando despiertes, ahora duerme.

Intento dormir, es una locura esa mezcla de sentimientos me pone nerviosa, intento cerrar los ojos, no pensar en lo que acaba de pasar pero pasan unos minutos y vuelvo a ver la horrible imagen, otra vez la maldita pesadilla, esa pesadilla recurrente, está vez no puedo despertar sigo viendo imágenes de ese horrible día hasta que grito el nombre de Ricardo y aparezco sentada en la cama.

- ¿Otra vez? – pregunta rodeándome con sus brazos – debes tranquilizarte  – me echa en su pecho mientras empiezo a llorar, Jake me acuna en sus brazos y acaricia mi vientre, bodoquito se mueve torpemente dentro mio– Tranquilo bebé – me acomoda en su pecho empieza a acariciar mi cabello – vuelve a dormir, despiertas otra vez te hago dormir, va llegar el momento que descansaras y que la pesadilla desaparecerá.

Intento dormir otra vez pero es imposible, no sé si es mi subconsciente el que me juega malas pasadas y vuelvo a tener esa pesadilla, así estoy toda la noche, Jake intenta ayudarme a descansar pero es imposible después de varios intentos en que también perdí la noción del tiempo, despierto, miro a mí alrededor, es de noche y Jake no está a mi lado, tengo resaca moral ¿Que hice? Estoy muy mal mi culpabilidad está al límite, nunca pensé sentirme así.

- ¿Sigues luchando con la pesadilla? - pregunta Jake asomándose a la puerta.

- Sí - respondo frustrada - estoy cansada con todo eso.

- Levántate, vamos a comer algo, ya está todo listo.

- Está bien - respondo un poco avergonzada.

- Vístete, te espero afuera.

Me visto y salgo, Jake guardó muchas cosas en las cajas,  ya tiene la mesa lista para que comamos.

- Una deliciosa pasta – me agarra de la mano y me sienta – come, ese bebé debe estar de hambre.

Me siento y empiezo a comer pero estoy nerviosa yt culpable, tal vez deberíamos hablar del tema pero no sé cómo abordarlo, así que empiezo a morderme el labio mirando a mí plato de comida.

- ¿Estas preocupada por algo? - pregunta mirándome sobre sus pestañas.

- Ehhh...

- Sé que estás preocupada porque te muerdes el labio de esa manera ¿Que pasa?

- Estas muy tranquilo... después de...

- ¿Lo dices porque te hice el amor? – me muerdo el labio – bueno lo hice y ya, suficiente.

- Pero...

- Darla, déjate llevar, no te pido que me ames, ni que te quedes, solo déjate llevar, lo necesitas y no voy a decir más, ahora come.

Cuando dice eso con la convicción que lo dice me deja callada, es difícil estar en ésta situación, no es tan fácil mirarlo de esa manera, no logro hacerlo como él lo desea.

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