Aiko y Karim viajaron primero en el elevador, para Aiko estar encerrada con él en ese pequeño espacio era incomodo, solía trabajar sin parar hasta tarde para esperar que Karim se fuese primero y evitar sus galanterías, porque desde el primer día que lo había visto el hombre le había parecido muy atractivo y su olor bajaba sus defensas.

Aunque cada día tenía presente las enseñanzas de Sasha, Aiko sentía que estar cerca de un hombre como Karim a diario era una tarea complicada, no caer en sus redes era imposible, el hombre no la había cortejado y ella sentía que la tenía en sus manos, por eso pudo entender de inmediato la mirada y actitud de la empleada, se dio cuenta de que era presa de su naturaleza y estaba cautivada por su socio.

Aiko pensaba en todas estas cosas y un suspiro salió de sus labios, Karim la observaba con detenimiento, la mujer era un enigma para él, callada, reservada, trabajadora, parece sumisa pero no lo es, inmune a sus encantos y ese suspiro… ‹‹¿qué significaba?,