CAPÍTULO 33 ALAY BENJAMIN. —Tenías que ver la cara de tus padres cuando te vieron en esa fiesta. Es como si hubieras matado a alguien, pero no lo hiciste y eso es horrible. Eso nota lo exigentes que son contigo—se ríe Hugh. Ambos estamos sentados en el césped con los pies descalzos viendo a los patos nadar en un pequeño estante. La hierba es verde, como una postal. Como si hubiese sido sacado de una foto del buscador de internet. Una postal que te demostraba la belleza de naturaleza que tenía el pueblo para tapar sus atrocidades con querer casar a los jóvenes. Como si tuviéramos que preservar una especie de humanos idiotas que lo único en que pensaban era en hacer dinero. —Hugh. —¿Sí? —¿Vas a casarte por amor o por compromiso únicamente? Lo veo. Tiene el rostro dándome de costado. Veo su suave y perfil varonil mirando el agua cristalina que se refleja en el rostro en medio de un precioso e inmaculado amanecer. Gira el rostro para mirarme. Lo hace con seriedad. —Por amor —su
CAPÍTULO 37EMMA QUEEN.Damian, Ashton y Emma estaban en la misma sala. Las cosas se habían calmado un poco pero no tanto como para que vuelvan a ser “amiguis”. A Emma le resultaba irreal que estuvieran en la misma sala. Llegaron a un acuerdo de decirle a Alay que Ashton era su verdadero padre. Acordaron que tenía (obviamente) el derecho a saberlo y es por eso que lo harian muy pronto. Tendrian que hacerle una visita de urgencia al palacio.Una vez que Ashton se fue, Emma y Damian se quedaron a solas en la sala mientras el atardecer se asomaba por la ventana. Los tonos rosados y anaranjados iluminaron la habitacion de una forma tan única que fue muy difícil no contemplarla y quedarse maravillado.—Si no te dije lo de Alay fue porque siempre quise que fueras su padre a pesar de su sangre—Emma rompe el silencio—. Siempre serás su padre. Ashton sólo podrá verla si ella lo desea. Si estás enojado conmigo lo entiendo—mira sus manos unidas, temblorosas por los nervios—. Tomes la actitud qu
CAPÍTULO 35 ALAY BENJAMIN. Dejar la bolsita arriba de la cama y simplemente contemplarla. No es normal que sienta que, si la abro y veo el obsequio, estoy traicionando a mi madre. No es normal que sienta curiosidad por querer conocer a mi familia materna. Tampoco es normal lo que le hicieron a ella solo por su beneficio y eso me lleve a pensar qué podrían llegar a hacerme a mí. Entonces, con esas últimas palabras cruzadas por mi mente decido guardar el regalo en uno de los cajones de la mesa de noche y dejarlo allí hasta que quiera hacerlo. Quizás es un anillo, un collar o algo simbólico relacionado con lo familiar. Aprieto los labios. Es normal que desconfíe ¿o no? Mirando el cajón me sobresalto en cuanto escucho que Alan entra a la habitación. Ya son las siete de la noche y pronto oscurecerá. El cielo ya empieza a ponerse oscuro. Alan se frena al mirarme. Lleva trae y maletín y está vestido con el uniforme gris asqueroso del palacio. —Hola—me saluda en un suspiro—¿qué haces
CAPÍTULO 36CHARLOTTE WATTSON SLINDER.Horas antes...Baja del caballo contemplando el atardecer. Se desabrocha el casco por debajo del mentón. Se quita los guantes de cuero y acaricia al animal, tocando su brillante pelaje mientras el resto de los muchachos observaban la sensualidad que irradiaba por tener el uniforme de montura con su blazer oscuro y su breech blanco ajustado a sus tonificadas piernas.Sebastián se le acerca y ella ni se percata de su presencia.—Cabalgas muy bien. Me recuerda a la noche en la que estuvimos juntos —comenta él, provocándole un susto.Charlotte lo mira, casi ofendida al escucharlo decir eso. Observa a su alrededor para ver si alguien ha oído eso.—No vuelvas a dar indicio de que hemos estado juntos, imbécil —carraspea ella, alejándose del caballo para ir al vestuario a cambiarse.Sebastián la sigue a la salida del establo.—¿Qué gran temor causa mi presencia en tu alma como para huir de la tentación? —se sigue burlando él.—¿Te tragaste un libro de ro
Cuando Damián le ofreció esa difícil tarea a Hanna, estaban sentados en un café con vista al río. Junto a la ventana, Hanna miro al hombre que tenía frente a ella como si no lo reconociera del todo. La chica estaba distinta. Seguía teniendo aquel fleco que la caracterizaba. Un fleco negro recto que resaltaba sus ojos azules. Tenía una blusa rosa y el rostro libre de maquillaje. —¿Por qué vienes a mi a pedirme semejante cosa,Damián?—le pregunta la chica casi ofendida. —Porque tú sí puedes salir del pueblo y no tengo otra persona con la cual contar—le explica, apenado —. Voy a pagarte, voy a compensarte si lo haces. No será tomado como un favor, sino como una oportunidad de que vivas libremente como una millonaria mientras crias a mi hijo, Hanna. Hanna lo mira mientras sus dedos acarician la taza de café. Titubeante, responde: —No lo sé, Damian —mueve la cabeza de manera negativa —. Te sigo queriendo y criar a tu hijo será algo muy fuerte para mí. Y más sabiendo que proviene del fru
CAPÍTULO 37 La idea de Hanna era que cuelguen a Emma y a Damián por haber sacado a un bebé del pueblo más cotizado de la historia. Un hijo del pueblo era del pueblo y para el pueblo, nada más. Fue ese pánico mismo que sintió la pareja en cuanto todas las alarmas se encendieron y todo el maldito pueblo se enteró de una visita inesperada nunca antes vista. No era un postulante que venía de otro pueblo. Era una persona cuya existencia provenía de otra parte del mundo y nada más. Emma y Damián estaban atrapados en su casa, con llave, mientras miles de periodistas pretendían saltar los muros de su mansión e invadir su privacidad. Se enteraron tres horas después de esa llamada. La noche cayó al igual que el miedo que ambos sintieron. Damián y Emma se miraron y se abrazaron con fuerza, aquella sensación de pelea o discordia se había desvanecido mientras de fondo se escuchan las noticias: Un chico dice ser hijo de Emma Queen y Damián Benjamin. Las autoridades están yendo a su domicilio.
CAPÍTULO 38 CHARLOTTE SLINDER. Charlotte salía de la ducha del gimnasio cuando Sebastián se chocó accidentalmente contra su cuerpo sudoroso. La joven sintió rechazo al instante, pero apenas notó que estaba encuerado se le cayó la saliva allí mismo. —Bueno, bueno. Tan lejos que me quieres y me sigues —se burla Sebastián con tono irónico mientras sostiene una seductora sonrisa. Charlotte pone los ojos en blanco mientras se quita la toalla de la cabeza para escurrirse el cabello. —Para tu información, yo no te estoy siguiendo —la chica se mantiene en raya, pero mucha paciencia no le tiene —. El que me está siguiendo eres tú. El baño de chicos queda en la otra punta. —Te mueres porque entre al baño contigo, no te hagas —se ríe él. Charlotte se enoja, pero eso no evita que se ruborice por su comentario. —¿Por qué mejor no te mueres? —la chica lo empuja con el hombro, pero Sebastián la tomo del brazo impidiendo que se vaya. —Si me muero me vas a llorar y yo no quiero que esos ojito
CAPÍTULO 38 (PARTE 2)ALAY BENJAMIN.Me trataron como si fuese basura.Los uniformados que eran parte de la policía del pueblo me agarraron del brazo sin importar mi ropa magullada y desastrosa. Descalza me bajaron por las escaleras sujetándome como si fuese una criminal mientras Alan exigía que se me respete, bajando detrás de nosotros desesperados. La mayoría de los postulantes se asomaban por las puertas de sus habitaciones para saber qué demonios estaba ocurriendo. La tensión era tan latente que llore en silencio al ver cómo me miraban. Había dejado de ser una postulante más para sus ojos y ahora estaba en el ojo de la tormenta junto a toda mi familia.—¡¡Suéltenla!! —gritaba Alan, siguiéndome a mí y a los cinco oficiales que me resguardaban mientras bajábamos las escaleras que daban a la primera planta.—Lo siento señor. Debe volver a su habitación ahora mismo y no meterse en los asuntos que no le competen —le insiste uno de los oficiales, pero Alan sigue bajando junto a nosotros