CAPÍTULO 36CHARLOTTE WATTSON SLINDER.Horas antes...Baja del caballo contemplando el atardecer. Se desabrocha el casco por debajo del mentón. Se quita los guantes de cuero y acaricia al animal, tocando su brillante pelaje mientras el resto de los muchachos observaban la sensualidad que irradiaba por tener el uniforme de montura con su blazer oscuro y su breech blanco ajustado a sus tonificadas piernas.Sebastián se le acerca y ella ni se percata de su presencia.—Cabalgas muy bien. Me recuerda a la noche en la que estuvimos juntos —comenta él, provocándole un susto.Charlotte lo mira, casi ofendida al escucharlo decir eso. Observa a su alrededor para ver si alguien ha oído eso.—No vuelvas a dar indicio de que hemos estado juntos, imbécil —carraspea ella, alejándose del caballo para ir al vestuario a cambiarse.Sebastián la sigue a la salida del establo.—¿Qué gran temor causa mi presencia en tu alma como para huir de la tentación? —se sigue burlando él.—¿Te tragaste un libro de ro
Cuando Damián le ofreció esa difícil tarea a Hanna, estaban sentados en un café con vista al río. Junto a la ventana, Hanna miro al hombre que tenía frente a ella como si no lo reconociera del todo. La chica estaba distinta. Seguía teniendo aquel fleco que la caracterizaba. Un fleco negro recto que resaltaba sus ojos azules. Tenía una blusa rosa y el rostro libre de maquillaje. —¿Por qué vienes a mi a pedirme semejante cosa,Damián?—le pregunta la chica casi ofendida. —Porque tú sí puedes salir del pueblo y no tengo otra persona con la cual contar—le explica, apenado —. Voy a pagarte, voy a compensarte si lo haces. No será tomado como un favor, sino como una oportunidad de que vivas libremente como una millonaria mientras crias a mi hijo, Hanna. Hanna lo mira mientras sus dedos acarician la taza de café. Titubeante, responde: —No lo sé, Damian —mueve la cabeza de manera negativa —. Te sigo queriendo y criar a tu hijo será algo muy fuerte para mí. Y más sabiendo que proviene del fru
CAPÍTULO 37 La idea de Hanna era que cuelguen a Emma y a Damián por haber sacado a un bebé del pueblo más cotizado de la historia. Un hijo del pueblo era del pueblo y para el pueblo, nada más. Fue ese pánico mismo que sintió la pareja en cuanto todas las alarmas se encendieron y todo el maldito pueblo se enteró de una visita inesperada nunca antes vista. No era un postulante que venía de otro pueblo. Era una persona cuya existencia provenía de otra parte del mundo y nada más. Emma y Damián estaban atrapados en su casa, con llave, mientras miles de periodistas pretendían saltar los muros de su mansión e invadir su privacidad. Se enteraron tres horas después de esa llamada. La noche cayó al igual que el miedo que ambos sintieron. Damián y Emma se miraron y se abrazaron con fuerza, aquella sensación de pelea o discordia se había desvanecido mientras de fondo se escuchan las noticias: Un chico dice ser hijo de Emma Queen y Damián Benjamin. Las autoridades están yendo a su domicilio.
CAPÍTULO 38 CHARLOTTE SLINDER. Charlotte salía de la ducha del gimnasio cuando Sebastián se chocó accidentalmente contra su cuerpo sudoroso. La joven sintió rechazo al instante, pero apenas notó que estaba encuerado se le cayó la saliva allí mismo. —Bueno, bueno. Tan lejos que me quieres y me sigues —se burla Sebastián con tono irónico mientras sostiene una seductora sonrisa. Charlotte pone los ojos en blanco mientras se quita la toalla de la cabeza para escurrirse el cabello. —Para tu información, yo no te estoy siguiendo —la chica se mantiene en raya, pero mucha paciencia no le tiene —. El que me está siguiendo eres tú. El baño de chicos queda en la otra punta. —Te mueres porque entre al baño contigo, no te hagas —se ríe él. Charlotte se enoja, pero eso no evita que se ruborice por su comentario. —¿Por qué mejor no te mueres? —la chica lo empuja con el hombro, pero Sebastián la tomo del brazo impidiendo que se vaya. —Si me muero me vas a llorar y yo no quiero que esos ojito
CAPÍTULO 38 (PARTE 2)ALAY BENJAMIN.Me trataron como si fuese basura.Los uniformados que eran parte de la policía del pueblo me agarraron del brazo sin importar mi ropa magullada y desastrosa. Descalza me bajaron por las escaleras sujetándome como si fuese una criminal mientras Alan exigía que se me respete, bajando detrás de nosotros desesperados. La mayoría de los postulantes se asomaban por las puertas de sus habitaciones para saber qué demonios estaba ocurriendo. La tensión era tan latente que llore en silencio al ver cómo me miraban. Había dejado de ser una postulante más para sus ojos y ahora estaba en el ojo de la tormenta junto a toda mi familia.—¡¡Suéltenla!! —gritaba Alan, siguiéndome a mí y a los cinco oficiales que me resguardaban mientras bajábamos las escaleras que daban a la primera planta.—Lo siento señor. Debe volver a su habitación ahora mismo y no meterse en los asuntos que no le competen —le insiste uno de los oficiales, pero Alan sigue bajando junto a nosotros
CAPÍTULO 39 Charlotte y Sebastian estaban en su mundo. Ajenos a lo que le había pasado a Alay y a su familia. Estaban tan atentos a la película que él había escogido que ninguno de los dos quería romper el momento mirando sus celulares llenos de notificaciones en silencio. La joven estaba acurrucada en su pecho mientras él le daba palomitas en la boca. Pero en un descuido, la joven, juguetona, succionó la yema de sus dedos. Sebastián se puso tenso…y el amigo de abajo también reaccionó palpitando. La chica sonrió con cierta satisfacción. Sus dedos, finos, se deslizaron sobre la tela de su pantalón hasta llegar a la pequeña montaña que se estaba formando debajo de este. Sebastián supo al instante lo que ella deseaba y estaba dispuesto a dárselo debido a que ya estaban por el final de la película. La boca del joven se formó en una cerrada O, bajando la vista, al ver que Charlotte había empezado a frotar con la palma de su mano su miembro que no paraba de crecer y querer escapar, rom
CAPÍTULO 40 Un disparo en la cabeza...una bala pequeña, dorada, que entra en tu cráneo, destroza tu cerebro y te deja un dolor insoportable que luego se calma. Pero antes de eso, escuchas un zumbido, como si se tratara de dos abejas peleando en tu oído. Un zumbido, similar al de un timbre roto, que no funciona, pero chilla, chilla y chilla porque está defectuoso. Como si el botón del timbre se hubiese hundido y no puede parar de sonar. Sientes una presión muy fuerte en la cabeza, te quema. Como si la llama de un fuego inicial entrara para quedarse en tu cerebro. Pierdes el equilibrio, no puedes evitar caer sobre algo que puede llegar a lastimar tu cuerpo. Este impacta en donde sea. No importa. Total...toda tú ya no funciona. Tu vista se nubla, se apaga poco a poco y la oscuridad llega. Finalmente llega. Te desconectas del mundo por completo. No hay tiempo para llorarle a tus seres queridos, no hay tiempo para suplicarle a Dios que no quieres morir y
CAPÍTULO 41ASHTON ECKER.Esa misma noche que le conté a Madeleine que Alay era mi hija, decidí tomarme algo de tiempo en el despacho de la casa sólo para pensar mejor a solas, lejos de sus ojos juzgadores de ella y de todo el mundo.Debian decirle que yo era su padre o todo acabaría mal. Sabía que Emma seria inteligente y le diría la costosa verdad como me lo dijo a mí. Ella no se andaba con rodeos, aunque sabía que le había costado porque había formado una familia con Damian. Un hombre mejor que yo que iba a poder amarla sin lastimarla como yo nunca pude.La quería con el alma. Nadie podría hacerme cambiar de parecer. Se había vuelto una mujer atractiva, fuerte y me daba algo de gracia que aún tuviera carácter serio y silencioso.Y es por eso que me alejé. Porque no supe aceptar que esa era su forma de ser. Porque sus acciones hablaban más que sus palabras, mientras que con Cassy era al revés. Cassy hablaba más de lo que me demostraba.Era contradictorio pero entendible si se tratab