CAPÍTULO 31 Supe la intención de los dos en cuanto vi que se alejaron de mí para quedar estratégicamente ubicados por si el pico de la botella apuntaba a mí. Vi como Hugh miraba analizando a Sebastián en cuanto este estaba distraído mirándome a mí. Vi cuando varios chicos y chicas se besaban y se quitaban alguna prenda sin importar que quedaran desnudos. Vi mi pánico cuando la botella giro finalmente hacia mí y me tocó besar a...una chica. La chica que estaba organizándolo todo. —Bueno, bueno...será mi primer beso con una dama —la chica de cabello castaño y dos colas larga de cabello viene hacia con entusiasmo y una sonrisita. Yo me quedo dura en el lugar sonriendo con cierto nerviosismo. Se pone adelante mío y corre un mechón rebelde pegado en mi mejilla. —¡Me la ponen dura! —grita un chico y el sitio estalla en risas. —También es mi primera vez besando una chica —susurro sólo para que ella lo escuche, es mucho más alta que yo, atractiva y parece unos dos años más grande. —Tra
CAPÍTULO 32 Como si todos estuvieran sacados de una película, las dos patrullas se estacionan detrás del auto de mi padre. Las luces de los faroles me ciegan por momentos, por lo que tengo que ubicar mi mano por encima de mi mente para cubrirme los ojos un poco. Me pongo de pie, deseando que no me maten y rezándole al espíritu santo que no muera a tan temprana edad. Casi de forma sincronizada, Damián y Emma bajan del coche azotando la puerta y ven, boquiabiertos, el desastre entre los muertos de una fiesta sin fin. Cuerpos en el césped, botellas, vasos de plásticos tirados, papel higiénico rodeando los barandales de la escalera y la ensordecedora música se mezcla con el aire a tabaco y marihuana. Mamá es la primera en adelantarse mientras se abraza así misma con un largo saco puesto. —¿Se puede saber por qué toda esta fiesta? —carraspea, furiosa mi madre mirando todo como si fuere una horrorosa escena del crimen. —¿Qué hiciste Alay? —mi padre también viene hacia mí, perplejo p
Capítulo 32 (Parte 2) Dejé el celular cuidadosamente encima de la mesa, pálida. Me temblaban las manos y no es que me doliera el alma por lo que acababa de leer, sino porque ahora entendía la actitud de heladera que tenía mi madre con mi padre en todo el viaje a al palacio cuando fueron a recogerme a las cabañas. Entendí la postura casi sumisa de mi padre con cada palabra que ella soltaba. Como si fuese palabra santa. Busqué el número de mamá en mi móvil y una vez encontrado la llamé. —¿Alay?¿Qué pasó?¿Los de la administración se enteraron de la fies...? —¿Papá y tú se han separado? —la interrumpo bruscamente, dándole luego un trago a mi jugo helado deseando deshacer el nudo en mi garganta. Mamá se queda en silencio al otro lado del celular. Aquel silencio me responde lo que quiero saber. —Tu padre y yo estamos pasando por una fase que pasan todas las parejas, Alay. Es normal. Pero no quiero que estés mal en el palacio por nuestra culpa—suspira, angustiada. —¿Qué fase están p
CAPÍTULO 33 ALAY BENJAMIN. —Tenías que ver la cara de tus padres cuando te vieron en esa fiesta. Es como si hubieras matado a alguien, pero no lo hiciste y eso es horrible. Eso nota lo exigentes que son contigo—se ríe Hugh. Ambos estamos sentados en el césped con los pies descalzos viendo a los patos nadar en un pequeño estante. La hierba es verde, como una postal. Como si hubiese sido sacado de una foto del buscador de internet. Una postal que te demostraba la belleza de naturaleza que tenía el pueblo para tapar sus atrocidades con querer casar a los jóvenes. Como si tuviéramos que preservar una especie de humanos idiotas que lo único en que pensaban era en hacer dinero. —Hugh. —¿Sí? —¿Vas a casarte por amor o por compromiso únicamente? Lo veo. Tiene el rostro dándome de costado. Veo su suave y perfil varonil mirando el agua cristalina que se refleja en el rostro en medio de un precioso e inmaculado amanecer. Gira el rostro para mirarme. Lo hace con seriedad. —Por amor —su
CAPÍTULO 37EMMA QUEEN.Damian, Ashton y Emma estaban en la misma sala. Las cosas se habían calmado un poco pero no tanto como para que vuelvan a ser “amiguis”. A Emma le resultaba irreal que estuvieran en la misma sala. Llegaron a un acuerdo de decirle a Alay que Ashton era su verdadero padre. Acordaron que tenía (obviamente) el derecho a saberlo y es por eso que lo harian muy pronto. Tendrian que hacerle una visita de urgencia al palacio.Una vez que Ashton se fue, Emma y Damian se quedaron a solas en la sala mientras el atardecer se asomaba por la ventana. Los tonos rosados y anaranjados iluminaron la habitacion de una forma tan única que fue muy difícil no contemplarla y quedarse maravillado.—Si no te dije lo de Alay fue porque siempre quise que fueras su padre a pesar de su sangre—Emma rompe el silencio—. Siempre serás su padre. Ashton sólo podrá verla si ella lo desea. Si estás enojado conmigo lo entiendo—mira sus manos unidas, temblorosas por los nervios—. Tomes la actitud qu
CAPÍTULO 35 ALAY BENJAMIN. Dejar la bolsita arriba de la cama y simplemente contemplarla. No es normal que sienta que, si la abro y veo el obsequio, estoy traicionando a mi madre. No es normal que sienta curiosidad por querer conocer a mi familia materna. Tampoco es normal lo que le hicieron a ella solo por su beneficio y eso me lleve a pensar qué podrían llegar a hacerme a mí. Entonces, con esas últimas palabras cruzadas por mi mente decido guardar el regalo en uno de los cajones de la mesa de noche y dejarlo allí hasta que quiera hacerlo. Quizás es un anillo, un collar o algo simbólico relacionado con lo familiar. Aprieto los labios. Es normal que desconfíe ¿o no? Mirando el cajón me sobresalto en cuanto escucho que Alan entra a la habitación. Ya son las siete de la noche y pronto oscurecerá. El cielo ya empieza a ponerse oscuro. Alan se frena al mirarme. Lleva trae y maletín y está vestido con el uniforme gris asqueroso del palacio. —Hola—me saluda en un suspiro—¿qué haces
CAPÍTULO 36CHARLOTTE WATTSON SLINDER.Horas antes...Baja del caballo contemplando el atardecer. Se desabrocha el casco por debajo del mentón. Se quita los guantes de cuero y acaricia al animal, tocando su brillante pelaje mientras el resto de los muchachos observaban la sensualidad que irradiaba por tener el uniforme de montura con su blazer oscuro y su breech blanco ajustado a sus tonificadas piernas.Sebastián se le acerca y ella ni se percata de su presencia.—Cabalgas muy bien. Me recuerda a la noche en la que estuvimos juntos —comenta él, provocándole un susto.Charlotte lo mira, casi ofendida al escucharlo decir eso. Observa a su alrededor para ver si alguien ha oído eso.—No vuelvas a dar indicio de que hemos estado juntos, imbécil —carraspea ella, alejándose del caballo para ir al vestuario a cambiarse.Sebastián la sigue a la salida del establo.—¿Qué gran temor causa mi presencia en tu alma como para huir de la tentación? —se sigue burlando él.—¿Te tragaste un libro de ro
Cuando Damián le ofreció esa difícil tarea a Hanna, estaban sentados en un café con vista al río. Junto a la ventana, Hanna miro al hombre que tenía frente a ella como si no lo reconociera del todo. La chica estaba distinta. Seguía teniendo aquel fleco que la caracterizaba. Un fleco negro recto que resaltaba sus ojos azules. Tenía una blusa rosa y el rostro libre de maquillaje. —¿Por qué vienes a mi a pedirme semejante cosa,Damián?—le pregunta la chica casi ofendida. —Porque tú sí puedes salir del pueblo y no tengo otra persona con la cual contar—le explica, apenado —. Voy a pagarte, voy a compensarte si lo haces. No será tomado como un favor, sino como una oportunidad de que vivas libremente como una millonaria mientras crias a mi hijo, Hanna. Hanna lo mira mientras sus dedos acarician la taza de café. Titubeante, responde: —No lo sé, Damian —mueve la cabeza de manera negativa —. Te sigo queriendo y criar a tu hijo será algo muy fuerte para mí. Y más sabiendo que proviene del fru