CAPÍTULO 26 ALAY BENJAMIN. Si de jugar se trataba en este manicomio social, algunas mujeres y hombres eran perfectos locos. De esos que sabían lo que querían y si debían aplastar a alguien que se interpusiera en su camino para hacerlo desaparecer, ni siquiera lo pensarían dos veces tras llevar a cabo esa acción. El simple hecho de nacer en este pueblo te ataba a cosas horribles y a tener malos tratos con las personas que quieres. Y allí estaba yo, golpeando con fuerza la puerta de Charlotte para que salga al pasillo a hablarme. Los postulantes que pasaban me miraban con cara extraña, como si estuviera loca. Charlotte no abría la puerta, cosa que me desesperaba demasiado, pero no me quede allí lo suficiente como para humillarme. La quería, pero que tuviera estos arranques de ignorarme (esto ya ha pasado varias veces cuando hacía algo que no le gustaba, incluso desde niñas cuando mamá me compraba una muñeca mejor que la suya), me dolía muchísimo porque sabía que era una capricho
CAPÍTULO 27.EMMA QUEEN.Condujo hasta su casa, estacionó y cuando entró, observó que todas las luces del interior estaban apagadas y que en el sofá estaba Damián, dándole la espalda, sentado con la cabeza algo agachada. La mitad de su cuerpo parecía estar alumbrada por una de las pequeñas luces Emma creyó que seguiría en la reunión, no lo esperaba allí para nada. Tenía que recibir a los Bedolla, y allí estaba él.Su corazón se estrujó.—Si quieres dejarme, lo entenderé y te daré la libertad de no amarme —le dijo él, con su voz grave y serena llena de angustia —. Pero no me pidas que intenté volver a conquistarte, no me supliques que intenté hacer lo posible para no amarte, Emma. Porque estoy tan enamorado de ti como el primer día en que te vi y si tengo que pelearme contra otra persona para pisar más fuerte que él...simplemente lo haréEmma entendió que Damián había comprendido que lo estaba dejando por la llegada de Ashton. Cosa claramente errónea.—No hay ningún tercero en esto, D
CAPÍTULO 28Muevo la cuchara, mirando un punto fijo. Distraida viendo el paisaje qué hay detrás de ese enorme ventanal. No paro de pensar en lo que acaba de pasar en el tercer piso con un desconocido. Mi mente va a mil por hora, el olor a ensalada de frutas se mete en mi nariz. Mi corazón palpita lentamente, relajado, pero con muchas inquietudes. Mi mentón reposa sobre mi mano en un leve descanso.Estoy desayunando sola.Veo mi tazon. Hay, creo, diecisiete rodajas de manzana, veinticinco pequeñas bananas y alguna que otra uva flotando en jugo de naranja en mi tazón. Ni Charlotte ni Sebastián han bajado aún. La mayoría se encuentra durmiendo debido a la fiesta de anoche. Aunque está prohibido, sabía que la mayoría estaba tratando de recuperarse de las fiestas privadas que se hicieron en algunas habitaciones después de la fiesta oficial.Y como siempre, yo no fui invitada a ninguna como todo el periodo escolar. Era algo que no iba a cambiar por más que deseaba ser integrada algún grupo
CAPÍTULO 29 Charlotte me mira desde la distancia con rabia. Me mira como si fuese una persona que le disgustara y eso me tiene intranquila. —No me vuelvas a hablar en tu vida—espeta ella, con lágrimas en sus ojos que no caen en su mejilla—. De verdad te lo digo. Y se marcha, dejándome más triste de lo que pensé que estaría. Si ella quiere estar así está bien. Yo no soy el maldito problema. —¿Todo bien?—me pregunta Hugh, asomandose por la puerta. Asiento con la cabeza porque no soy capaz de articular palabra por el horrible nudo en la garganta que me ha dejado esto. Hugh me estaba esperando en la planta baja, en uno de los jardines escondidos para irnos juntos en auto a dicha fiesta. Me estaba alistando en la habitación. Me puse una falda corta de cuero, medias red negras, unas converse, un top oscuro que levantaba mis pechos un poco y dejaban ver mi fina cintura de reloj. Los pedí todo por internet y al instante me llegó utilizando la tarjeta de papá con el monto que cada mes m
CAPÍTULO 29 ALAY BENJAMIN. Me escapé el palacio eso de las 00:00 hs. Hugh me esperaba dentro de un auto a escuras. Apenas subí sentí el olor a cuero y a aromatizante para coches. Hugh no me hablaba y yo menos porque estábamos demasiado tensos y nerviosos por lograr atravesar los muros el palacio. Llegamos hasta el sector de seguridad. Él paró el coche y bajó la ventanilla. El oficial lo miró con mala cara hasta que está desapareció para reemplazarla con una sonrisa al ver el fajo de billetes que yo saqué de mi cartera. Hugh estaba por hacer lo mismo, pero le gané de mano. —Que tengan buenas noches —nos saluda el oficial levantando la valla de seguridad. Una vez cruzado los muros, dejé salir el aire de mis pulmones que no sabía que estaba sosteniendo. Hugh encendió el estéreo táctil y me miró, con los hombros relajados. La iluminación roja del tablero le iluminaba en la mita del rostro en medio de la oscuridad del coche. Una canción de Imagine Dragons sonaba ni muy baja ni muy al
CAPÍTULO 30 CHARLOTTE WATTSON SLINDER. —Un Ecker y un Martin. Esta chica nos quiere ver fundidas, Charlotte —se le acerca Delly —. Hay apellidos importantes este año y ella...simplemente ella tiene a los mejores merodeando a su alrededor. —Te dije que tirarla abajo con su cuerpo no serviría de nada sabiendo que tiene un apellido importante, potente. Es un apellido femenino fuerte y todos los chicos van a querer tenerla como esposa —le dice Charlotte a través de la música mientras ven a Alay bailar encima de una mesa junto a Sebastián Martin, hijo de Galilea Martin y Hugh Ecker, hijo de Ashton Ecker. Sabían que iba a ser épicamente única una fiesta hecha por una Benjamín. Y más si llevaba a su lado el apellido Queen. No sólo por su poder económico, sino porque eran apellidos famosos envueltos por el escándalo de años anteriores. —No sé qué pretende hacer. Alay no es una chica que quiere llamar la atención de los hombres. Y que ahora lo haga “sin querer”...no me cierra —piensa Char
CAPÍTULO 31 Supe la intención de los dos en cuanto vi que se alejaron de mí para quedar estratégicamente ubicados por si el pico de la botella apuntaba a mí. Vi como Hugh miraba analizando a Sebastián en cuanto este estaba distraído mirándome a mí. Vi cuando varios chicos y chicas se besaban y se quitaban alguna prenda sin importar que quedaran desnudos. Vi mi pánico cuando la botella giro finalmente hacia mí y me tocó besar a...una chica. La chica que estaba organizándolo todo. —Bueno, bueno...será mi primer beso con una dama —la chica de cabello castaño y dos colas larga de cabello viene hacia con entusiasmo y una sonrisita. Yo me quedo dura en el lugar sonriendo con cierto nerviosismo. Se pone adelante mío y corre un mechón rebelde pegado en mi mejilla. —¡Me la ponen dura! —grita un chico y el sitio estalla en risas. —También es mi primera vez besando una chica —susurro sólo para que ella lo escuche, es mucho más alta que yo, atractiva y parece unos dos años más grande. —Tra
CAPÍTULO 32 Como si todos estuvieran sacados de una película, las dos patrullas se estacionan detrás del auto de mi padre. Las luces de los faroles me ciegan por momentos, por lo que tengo que ubicar mi mano por encima de mi mente para cubrirme los ojos un poco. Me pongo de pie, deseando que no me maten y rezándole al espíritu santo que no muera a tan temprana edad. Casi de forma sincronizada, Damián y Emma bajan del coche azotando la puerta y ven, boquiabiertos, el desastre entre los muertos de una fiesta sin fin. Cuerpos en el césped, botellas, vasos de plásticos tirados, papel higiénico rodeando los barandales de la escalera y la ensordecedora música se mezcla con el aire a tabaco y marihuana. Mamá es la primera en adelantarse mientras se abraza así misma con un largo saco puesto. —¿Se puede saber por qué toda esta fiesta? —carraspea, furiosa mi madre mirando todo como si fuere una horrorosa escena del crimen. —¿Qué hiciste Alay? —mi padre también viene hacia mí, perplejo p