— ¿Todo bien? — preguntó Noah entrando a la oficina. — Tu tiempo ha terminado, Sorni — puntualizó Noah; era evidente que no era una charla amena la que sostenían. El abogado a regañadientes se alejó de Itzam; antes de salir de la oficina, le lanzó una última mirada de advertencia.— ¿Se atrevió a golpearte? Debes despedirlo de inmediato — exclamó Noah furioso.— No lo voy a despedir, es el abogado de la familia. Además, es el único que sabe de Milenka y está a cargo de todo lo que refiere a ella, en el tema legal, claro — explicó Itzam mientras revisaba el golpe en su mentón.— ¿Cuál es su maldito problema?— Cree que me acosté con ella — soltó Itzam.— ¿No? —indagó Noah con suspicacia.— Por s
Los estragos del desprecio e indiferencia de Itzam hacia Milenka comenzaban a notarse en ella. Estaba más delgada y algo ojerosa, se pasaba mucho tiempo encerrada en su cuarto, a veces dormida y a veces llorando. También comenzó a evitar a Itzam; le dolía ver cómo, por más que lo intentaba, él no le dedicaba ni siquiera una mirada, mucho menos un saludo o una sonrisa. Torturaba su mente preguntándose una y otra vez qué error había cometido ella para que él la tratara de aquella manera.— Santurrona, pareces un zombi, ¿qué te pasa? — preguntó Doecchi, su compañero de asiento, durante la clase.— No he dormido bien — había dicho tantas veces esa frase que ya le salía automática.Doecchi la miró con sospecha. — Eso llevas diciendo semanas a las tontas de tus amigas; pero a mí no me engañas, ¿qué te pasa? — la insistencia del joven comenzaba a molestarle.— Nada que te importe, ¿mejor? — exclamó irritada.— Adivinaré, problemas con Balcab — exclamó socarrón. La tomó con la guardia baja, a
Milenka tragó en seco al sentir los dedos de Itzam rondando su zona más sensible.Eran miles de sensaciones las que experimentaba por primera vez, que llegó a sentirse un poco abrumada y con cierto temor a la expectativa de su primera vez.«¿Y si no soy buena?, estoy llena de arena y si no le gusta mi cuerpo», un sin fin de inseguridades invadieron su cabeza. «No, concéntrate, lo tienes donde quieres, es lo que importa.»Percatándose del temor en ella, Itzam se alejó. En realidad, nunca tuvo la intención de ir más allá; la deseaba, no tenía duda, sin embargo, estaba determinado a no sobrepasar la línea en su papel como tutor.— Tienes suerte de que sea un caballero y no un cobarde como dices &mdas
— Te dije que no era buena idea — reclamó Milenka a Doecchi mientras esperan en la oficina del director a que sus respectivos tutores se presentaran y recibir junto a ellos el castigo correspondiente por estar fumando y bebiendo dentro del colegio.— Nadie te obligó santurrona — respondió él despreocupado, desparramado en su asiento. Se veía más aburrido que temeroso.Mientras tanto Milen se moría de los nervios y aun más de la pena, Rigo movió mar y tierra para que pudiera entrar a aquel colegio, usó sus influencias, pidió favores, en incluso le prestó su propio apellido y con ello el prestigio y el respaldo de la familia Sorni y ella lo estaba haciendo quedar muy mal.<< En qué estaba pensando>> se reprochaba la joven.Comenzaba a considerar seri
En el instante en que el auto se detuvo, Milenka bajó apresurada de el, Itzam la había ofendido, no de una, sino de muchas formas, no podía esperar que por temor a un castigo ella volvería a idolatrarlo como una tonta.Pero tenía dudas y no pensaba quedarse sin respuestas así que una vez entraron al departamento enfrentó a Itzam.—¿Por qué lo hiciste? — quiso saber.— ¿Hacer qué? — quiso saber él serenamente.— Decir que soy tu prometida — reclamó ella.— ¿Estás molesta por eso? — Itzam apenas y podía creerlo, unos meses atrás e
Hay quienes creen que en la vida no existen las casualidades, cada suceso estáescrito ya, Itzam Balcab era uno de ellos.— Te digo que de cualquier forma siempre termina mal— discutía con Noah mientras bebían un par de tragos en el privado de un aclamado bar de la ciudad.— Claro que sí, mientras sigas rechazando la cura seguirás enfermo, Cham — alegó su amigo.— Eh intentado de todas las formas hacerla entender; pero no, es más terca que una mula, ¿qué piensa conseguir comportándose así?, echar a perder su futuro, ¿sabes que me dijo?, que no soy su padre y que no tengo derecho de meterme en su vida, estoy seguro de que con mi padre no se comportaba de esa manera — Itzam exhaló con fuerza.— Ella tiene razón, no eres su padre y
Cuántas mujeres había besado Itzam en su vida, muchísimas y nunca experimentó placer más grande como el que sentía en ese momento, el mundo junto a todos sus prejuicios desapareció en el preciso instante en que sus labios se unieron a los de Milenka.Solo basto con que ella confesara su deseo por que fuera él quien la besara por primera vez, para que Itzam derrumbara todas las barreras que él mismo interpuso entre ambos, bastó con que la besara para que se derrumbara el mismo a sus pies.La inexperiencia de Milenka pasó desapercibida, trascurrieron apenas segundos antes de que la joven se amoldara a los labios de Itzam y le siguiera el ritmo dejándose guiar por su experiencia, mientras tanto Itzam, chupaba y mordía, disfrutando al máximo de cada milímetro de los labios de ella.Tomó entre sus manos el rostro de Milenka para profundizar el beso, al mismo tiempo que ella lo abrazaba por la cintura, ya no le bastaba con solo la tibieza de sus labios, ansiaba el calor de su cuerpo, el mis
— ¿A qué hora llegaste? — preguntó Milenka a Itzam, este se encontraba bebiendo café en la cocina mientras revisaba su tablet, como lo hacía todas las mañanas.— Tarde — respondió él sin más detalle.— ¡Ahh! — se quejó Milenka al incorporarse del sofá.— ¿Estás bien? — preguntó Itzam con un tono natural.— Si, solo un poco adolorida, este sillón no es tan cómodo como parece — respondió mientras estiraba su cuerpo.Después de que Noah la dejo en el departamento, no podía dormir, tenía demasiadas dudas, la actitud de Itzam y la información que Noah reveló no coincidían; pero como ella siempre elegía lo más conveniente para sí misma, Milenka decidió confiar en lo que Noah l