Danilo tenía a su mujer abrazada a él, el CEO besaba su frente cariñoso y tierno, tenerla con él era su mayor premio, su mayor logro, ella lo hacía feliz, su frío corazón se derretía con el amor que ella le daba

Violeta lo era todo para él, con ella se sentía pleno, dichoso, solo su frágil y perfecto cuerpo lo consumía de deseo, podía pasar cada noche por el resto de su vida haciendo el amor con su esposa, la madre de sus hijos se le había metido a lo profundo de su alma, por esa razón es que estaba dispuesto a enfrentarse a la poderosa y perversa familia Palacios, y al mundo entero también, no permitiría que le arrebataran su felicidad

Violeta se había quedado dormida por media hora en los brazos de su amado

— Danilo, ¿qué horas son? los niños no han cenado y todavía tengo que ver unas cosas de la oficina en mi computadora

— Tranquila, solo has dormido media hora, además no tiene nada de malo que un día te quedes dormida hasta la hora que tú quieras, tenemos servidumbre que se pue