Ser coqueto o huraño

Violeta estaba ignorando a Danilo, ella estaba en lo suyo sin voltear a verlo, estaba celosa sí, Adriana era una mujer muy hermosa, no por nada Ramsés estaba tan enamorado de ella

— Cariño háblame, ¿por qué estás tan seria? ¿no me crees lo que te digo? ella me pidió ayuda porque tú imbécil jefe la tenía amenazada con que si se iba del país le pelearía a Aithana con el equipo de abogados de su familia, ella se veía realmente desesperada, como caballero que soy debía auxiliar a una dama

Violeta se detuvo un momento, lo miró por unos segundos y después se encerró en el baño dispuesta a meterse a la tina para relajarse, el agua se llenó de burbujas y recostó la cabeza en una toalla, no quería seguir escuchando a Danilo

Un portazo en las narices fué lo que el hombre recibió, decidió no molestar más a su esposa y aprovechó para convivir con sus hijos y el pequeño Andrés

— Tío, ¿tu también quieres una merienda? hay pastel, gelatina, galletitas, pudín y mucha fruta, ¿qué es lo que te apetece
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