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Defendiendo a su mujer y a su hijo
Para Violeta, Mariana y Fabio, fue algo difícil hacer que Danilo aceptara el hecho que Fabio era el padre del bebé de su prima, siempre había evitado tenerlo cerca y ahora resultaba que sería su primo político— Cariño, no te pongas así, mira la felicidad de Mariana, Fabio logró que se relajara, él no va a dejarla sola, juntos vivirán está hermosa etapa— Ahh... solo tu puedes ver todo tan positivamente, ¡ese cabrón me jodió, se llevó a mi prima, le hizo un hijo! — Los esposos estaban en la sala de estar, Violeta estaba tranquilizando el fuerte carácter de su esposo, pero la llegada de Braulio lo empeoró aún más— Danilo, ¿cómo está Mariana? ¡quiero verla, quiero saber que le sucede, si está bien de salud!— Hay no, debes estar bromeando, ¿qué diablos hace este tipo Aquí?... te advertí que no te acercaras más a ella, ustedes ya están divorciados, no son pareja y lo más importante, Mariana no quiere verte, veré de aquí Braulio, ya deja de insistir, ella te ha sacado de su vida— No me
Los antojos del bebé
Después de que curaron las heridas de Fabio y que Mariana estuviera estable, salieron del hospital hacia la mansión Ferreira, no sabían con exactitud como llevarían las cosas de hoy en adelante pero comenzarían ya mismoEn la sala de estar, Danilo, violeta Mariana y Fabio, tomaban el té, el gruñón CEO Ferreira no estaba muy contento, pero hacia su mejor esfuerzo por tratar con el CEO Mancini — Danilo, la reunión es en un día, tengo todo listo para la junta, soy una mujer muy profesional, no dejaré el trabajo tirado— Mariana, el médico dijo que debías guardar reposo, tienes que cuidarte y al bebé — Fabio saltó preocupado, no quería que el embarazo se expusiera por exceso de trabajo— ¿Las mujeres embarazadas no pueden trabajar? recuerdo que mi secretaria, Dona, trabajaba mientras esperaba a su hija, ¿cuál es el impedimento? ¿mi bebé corre peligro? — Mariana no sabía mucho de embarazos, siempre se había dedicado a estudiar y a trabajar siendo una profesionista— No precisamente, pero
Torturando a Fabio Mancini
En la mansión Ferreira, después de dejar trabajar a su esposo por un buen tiempo, Violeta entró al despacho buscándolo— Cariño, ¿estás muy ocupado?— Para ti nunca estoy lo suficientemente ocupado, ven aquí, ¿dime qué necesitas? ¿qué puedo hacer por mí esposita?— Tengo una duda, ¿cómo fue que dejaste ir tan fácilmente a Mariana con Fabio? creí que te caía muy mal pero no pusiste objeción— Ah, eso es por qué ese descarado se tiene que hacer cargo del embarazo de Mariana, si hay algo que es casi como una tortura andando, es una mujer embarazada, su cambiante humor y cumplir con los antojos del bebé, ni crea que se va a librar de lo que hizo— Eres malvado, esposo, pero que yo recuerde no te hice sufrir tanto con el embarazo de Valerio— Eso es porque no estabas en mis zapatos, pero definitivamente me torturaste y mucho, tú y ese niño me agotaron hasta el límite — Yo no recuerdo eso, eres un exagerado, tú no eras el que cargaba en su barriga a Valerio— Y te amo por eso, por llevar a
Las noches de pasión de Fabio y Mariana
De madrugada, después de haber hecho el amor apasionadamente, llenándose de besos y caricias, Fabio y Mariana se habían quedado dormidos, el hombre la abrazaba a su pecho, se sentía tan bien tenerla a su lado, aspirar su aroma, sentir su su cálido cuerpo, el CEO estaba profundamente dormido Fabio se sentía en el paraíso, más de pronto una voz lo sacó de los brazos de Morfeo— Fabio, Fabio, ¿estás dormido? — Mariana movía al padre de su hijo para que le respondiera— ¿Dormido? nooo que va, estoy aquí con los ojos cerrados solamente... Mariana, ¿acaso eres un vampiro? duerme, querida, tienes que descansar— Fabio, tengo antojo de fresas con chocolate, intenté ignorar el antojo del bebé y dormir pero no me deja, él quiere lo que quiereEl CEO con un ojo cerrado y otro abierto, miró la hora en su celular, eran las tres y media de la mañana, está mujercita lo iba a trasnochar— Querida, es de plena madrugada, mañana tengo que trabajar, ¿por qué no tratas de volver a dormír? inténtalo, car
La Asistente celosa
Después de que Danilo ánimo a Mariana a ir a la compañía Mancini, por el hecho de que debía estar al pendiente de todo y que su mujer y su hijo podían visitarlo cuando quisieran, la mujer embarazada llegó hasta la oficina de Fabio— Buenas tardes, puede decirle por favor al CEO Mancini, que Mariana Ferreira lo busca — pidió la CEO a la secretaria, ella fué y no trajo buena respuesta— Lo siento mucho, el CEO está en una junta importante, no lo puedo interrumpir— Bueno, esperaré aquí a que se desocupe — Mariana se sentó en el sofá que estaba en una pequeña sala, ella sacó su celular y envió mensajes a su equipo, preguntaba como iba todo en el trabajo, los mensajes no tardaron en ser respondidos, cuando de pronto una mujer de aspecto profesional, bella, sí, pero nada del otro mundo, se acercó a hablarle— Buenas tardes, creo que voy a tener que pedirle que se retire, el CEO no estará disponible esta tarde, puede poner cita con la secretaria para ver si la puede atender otro día — Laris
Ella es mi tesoro
Fabio escuchó las palabras de Larisa, tenían sentido, el debió de haberles dicho a todos ahí que tenía una mujer y que si ella venía debían darle las atenciones necesarias, por qué ella era muy especial para él— Solo por qué tiene sentido lo que acabas de decir lo dejaré pasar esta vez, pero sigo muy molesto por la forma en la que trataron a mi mujer, aprovecho para que sepan que cuando Mariana venga aquí, deben atenderla mucho mejor que a mí por qué es mi tesoro, ella y mi hijo lo son, quien los ofenda, me ofende a mí, ¿está claro? — la voz de Fabio retumbó en el lugar— Está claro, CEO Mancini — afirmaron a coro la secretaria y la asistente — Ven aquí cariño, vamos a mi oficina, Fabio quiso abrazar a Mariana pero ella no se dejó, parecía un erizo enfadado— Siento mucho el mal rato que te hicieron pasar esas dos, no le tomes importancia, aquí la mujer más importante para mí eres tú, fué toda una sorpresa que vinieras a visitarme— No debí venir, estuvieron a punto de echarnos al b
¡Cásate conmigo!
El CEO Mancini estaba profundamente dormido, a lo lejos escuchaba un voz que lo llamaba y lo hizo despertarse— Fabio... ¿estás dormido? Fabio, responde— Estoy dormido, cariño, ¿qué te pasa? ¿te sientes mal?— Siii... siento muchas náuseas, yo... ¡creo que voy a vomitar! — Mariana vomitó todo lo que había comido en el restaurante, el pecho le ardía, al igual que la garganta— Sácalo todo, te vas a sentir mejor después de que dejes salir lo que el bebé no quiere — Fabio le recogió el cabello y le pasaba la mano por la espalda— Dios, esto de estar embarazada no es tan lindo como lo imaginé, creo que el bebé tiene algo contra mí, le doy lo que quiere, le hago cariños, pero él me hace pasar por estos momentos — Mariana estaba desplomada en la taza del inodoro, apenas podía hablar— No digas eso, es muy pequeño todavía, no sabe lo que hace, cuando crezca más te va a adorar, tenle un poco de paciencia... iré a traerte una botella de agua, no te muevas de aquí — Fabio no se demoró nada en
La boda
Muy en contra de su voluntad, ese mismo día, Mariana y Fabio fueron a visitar a los esposos Ferreira, a su mansión, Violeta y Mariana tomaban el te en la sala mientras que los hombres habían ido un momento al despacho— Entonces... ¿viniste a pedir la mano de Mariana, Mancini? ¿no te parece que vas muy rápido? tienen poco tiempo de conocerse— ¿Y cuál es el tiempo perfecto para pedirle la mano a una mujer, según la gente? el destino nos puso cerca del otro, nuestros caminos se juntaron es por algo, ahora ya estamos en la espera de un bebé, ella es libre, yo soy libre, nada nos impide unir nuestras vidas en matrimonio— Bueno, siendo así, si los dos están seguros de dar este paso, yo no me opondré, solo deseo lo mejor para Mariana, si su felicidad eres tú, ¿qué le vamos a hacer? espero que sepas ser un magnífico esposo y que no la hagas sufrir, ella no se lo merece, ya ha pasado por mucho, Mancini, hazla feliz— Lo haré, y por cierto, ahora entiendo por qué cuando le propuse a Mariana