La plática de los tres CEOS, se puso un poco.... subida de tono, Alessandro, hizo el comentario de la forma más calmada y normal, se preguntaba si a las otras embarazadas cercanas a ellos les sucedía lo mismo Drago, estaba congelado en su sitio, lo último que quería era enterarse de las intimidades de su hermana y de cuánto sexo tenía con ese egocéntrico CEO — ¿Y... te sobrepasa? ¿tú...? ya sabes, ¿no puedes cumplir con tanto? digo, una vez diario está bien, nadie te va a juzgar por qué no puedas dos veces, ¿cierto Drago? — !¿Qué demonios les pasaba ustedes dos?! ¡están hablando de los deseos de mi hermana, que lo más seguro es que sea por él embarazo y el descontrol de hormonas, este CEO, presumido, lo más probable es que no de el ancho y por eso se está quejando! — !Es que dos veces por día también es mucho, Drago, Alessandro, no es un super héroe, es un hombre normal como nosotros! si cumple con su mujer ya es ganancia — Ahh... he tratado lo más que puedo controlarme
Drago, entró a vestirse lo más rápido que pudo, se puso un gorro, una bata y botas azules, apenas así lo dejaron entrar, en la camilla ya tenían a Aithana, conectada a unos monitores, era para medir la presión y los latidos del bebé — ¡Drago, ven aquí, me está doliendo mucho! ¿no sé de qué se trata esto? ¡jamás en mi vida había sentido un dolor tan horrible, siento que me muero! — La futura madre estaba aterrada — Es normal, así es el proceso del parto, por eso es que las madres quieren tanto a sus hijos, por lo mucho que les duele darlos a luz, pero va a estar bien, tenemos todo bajo control, su bebé nacerá pronto — El médico trataba de tranquilizar a la adolorida madre — ¿Lo ves, mi amor? el doctor dice que es normal que te duela, debes ser valiente para que ayudes a nuestro hijo a nacer, solo un poco más, Aithana, son nueve meses que tenemos esperándolo — El CEO, acercó su frente a la de la rubia — ¡¡Aaah!! ¡me duele mucho, quiero a papá! ¿dónde está él? — Ya les est
Drago, estaba muy emocionado, se llevó a todos a la habitación privada que había reservado para Aitana, para una vez que ella diera a luz — ¡No puedo creerlo, mi princesa ya me hizo abuelo, ya quiero conocer a mi nieto, seguro es hermoso como la nena! — Ramsés, comentaba a su esposa — !Por supuesto que será hermoso, vamos a esperarlo, querido — Adriana, ya caminaba hacia él área de las habitaciones VIP de la clínica No pasó mucho tiempo para que una enfermera llegara con él bebé, recién nacido y envuelto en una fina sabana azul, Drago, estaba por cargarlo pero el su suegro se les adelantó — Quiero cargarlo, quiero conocer a mi nieto — el CEO destapó un poquito para ver su carita, el niño estaba despierto pero no lloraba, fue entonces que el abuelo se dió cuenta del gran parecido que tenía a Danilo, ese niño era una gota de agua de su abuelo paterno y de su padre, por un momento se quedó en shock — ¿Qué? ¿qué pasa? se te fué el color del rostro, ¿está mal el bebé? déjame
La familia estuvo un poco más de tiempo disfrutando del bebé, los Ferreira, estaban de lo más felices, sobre todo Drago, no podía dejar de ver a su hijo, cada parpadeo, cada gesto, cada sonido Aithana, conversaba con su padre del bebé — ¿Papá, vas a querer a Dallán, a pesar de que no se parezca a nosotros y sea una gota de agua de los Ferreira? no parece tanto tu nieto como tú querías — No digas eso, es tu hijo y por lo tanto mi nieto, él no tiene la culpa de que los genes acaparadores de Danilo, lo alcanzaran, por supuesto que lo amamos, princesa — Me da tanto gusto escucharte decir que vas a amar a mi bebé aunque no se te parezca, eres el mejor, papá — Aithana, se fué quedando dormida, estaba muy cansada por todo el esfuerzo que había hecho en el parto y por todo el dolor que había soportado, Ramsés la arropó y le dió un beso en la frente, el CEO, desde que conoció a su princesa, la había adorado como a nadie, ahora recién había sido madre, solo podía pensar en que el ti
Angeles, estaba perpleja con lo que estaba sucediendo, Eliot, la estaba defendiendo de su abusiva jefa, y había dicho que él bebé era suyo, todo estaba pasando tan rápido que estaba aturdida — ¡Ahhss! !me duele, me duele el vientre! — La pelirroja, se dobló del dolor, había estado soportando pero ya no podía, Eliot, de inmediato la tomó en sus brazos para salir de la plaza, había contratado a dos guardaespaldas por insistencia de Stéfano, ellos al verlo de inmediato le abrieron pasi entre la gente y trajeron el coche — !Calma, ahorita te voy a llevar al hospital, todo va s estar bien! — el CEO, estaba nervioso — ¿Qué haces? ¡bájame, Eliot, yo puedo ir al hospital sola, no te necesito, me estás secuestrando! — Angeles, iba a los gritos, las personas volteaban a verla, se quedaban pensando entre su ayudarla o no — !Angeles, guarda silencio, la gente está pensando que de verdad te estoy secuestrando, deja de patalear, vas a hacerte daño o al bebé! — Con mucho trabajo, Eliot,
Eliot, todavía no recuperaba el color en su rostro, se pasaba la mano por el cabello una y otra vez, era tan increíble todo lo que estaba sucediendo, tan maravilloso, tan inesperado — Stéfano, ¿dónde estás? — En la oficina, sigo trabajando, ¿por qué? no te escuchas nada bien, ¿qué te sucede? — !Es que no lo vas a creer, pero escucha, salte de ahí y ve a una tienda para bebés y compra ropa y mantas para recién nacido, también pañales y biberones, te ocupa con mucha prisa, el bebé ya nació y no tiene nada, solo compra lo indispensable para recibirlo, con más tiempo le daré todo lo que necesite! — ¿Pero que bebé? ¡yo no sé nada de compras para un recién nacido! Eliot, ¿qué carajos pasa? cuéntame — ¡No tengo tiempo, te espero aquí en media hora, te enviaré la dirección del hospital, apresúrate, hombre! — el CEO, cortó la llamada y se dispuso a reservar una habitación privada VIP, y estar pendiente — ¡Carajo, mejor me apuro, ese bebé no puede estar desnudo! — Stéfano, rec
Angeles se quedó dormida, la pobre mujer había ya pasado por mucho, ni el ruido del exterior o interior la despertaban — ¿Qué pretendes, Eliot? no puedes obligar a Ángeles, a qué se case contigo, estás pasando por encima de sus derechos y de su opinión, me rehúso a ser cómplice de algo así — ¿Y tú por qué estás tan interesado en lo que sucede con la madre de mi hijo? ¿qué pasa, Stéfano? ¿es qué Ángeles, te interesa como mujer? — ¿Pero que carajos te pasa, Eliot? ¡yo solo la aprecio mucho, trabajamos juntos y sé que es una gran persona, una buena mujer, ella no se merece todo esto que le ha pasado! y si, me parece muy atractiva, pero ella se enamoró de tí, no de mí — Discúlpame, es que no sé que me pasa al verte tan cerca de ella, y todavía más por qué Ángeles preferiría mil veces que el niño fuera tuyo y no mío, y de deso solo yo tengo la culpa, no ví la oportunidad que tenía de ser feliz en el momento que la tenía frente a mí — Así es, solo tu eres el culpable, pero
Drago, se levantó y fue a hacerle el biberón a su hijo, preparó la fórmula, checó que estuviera tibia y lo cargó para alimentarlo, pero sorpresa que se llevó, el nene, rechazaba, no quería el tetero, Aithana no le había dado de comer de su seno más el astuto niño, quería no se conformaba con él biberón — Dallán, ¿qué te sucede? por lo menos prueba la leche, te había gustado hasta ahora, ¿por qué no la quieres más? — el CEO, trataba de que comiera pero el niño se seguía negando — Cariño, dámelo, creo saber que es lo que quiere — Al hombre no le quedó más remedio, se lo dió a su mujer para ver si con ella si quería comer Aithana, se destapó los senos y puso al bebé a que comiera, el niño comenzó a mamar del pezón, apenas así de calló y se quedó quieto — Pero que astuto es ese niño, ¿cómo es que sabía que había algo más, el padre se le quedaba viendo como tenía los ojitos verdes abiertos y como movía la manita, a él parecía gustarle mucho la leche de su madre — Eres un cons