Entre risa y risa anoche fué la mejor noche de mi vida, no es como que pusiera en duda que lo sería, pero él sabe como sorprenderme.
—¿Qué tanto piensas, Ally? — preguntó mi padre poniendo la mesa para el almuerzo.
—Nada importante, papá. — cojo los utencilios para la comida y me siento en mi puesto de la mesa.
—Hija, tengo una duda y necesito que me la aclares.
—Claro, papá. ¿Qué pasó?— de momento me puse nerviosa, no sabía si te pasaba algo que no me había dicho.
—No es nada de que preocuparse, es sobre tí y este muchacho ¿Sebastián?
—¿Qué quieres saber sobre eso, papá? — y me puse nerviosa y nisiquiera sé porque.
—¿Tienen
Me moví y sentí como mi espalda me dió una punzada. Todo el cuerpo me dolía, sentía como si me hubiese arrollado un camión. Abro los ojos de a poquito y la luz es tan fuerte en la habitación que me obliga a cerrarlos de nuevo. Intenté abrirlos por segunda vez y sentí un peso en mi brazo. Miré y estaba él allí, acostado con la cabeza en mi mano y sentado en una silla. Se veía tan hermoso allí dormido. Con mi otra mano intenté acariciarle el pelo, pero estaba conectada a unas maquinas y no podía hacerlo. Al parecer el sintió mis movimientos y despertó asustado.—¿Qué pasa? ¿Qué pasó? ¿Tienes algo? ¿Te duele algo? — dijo todo bobo y medio dormido. Sonreí al verlo así, pasé mi mano suavemente por su mejilla.—Estoy bien, hermoso.—pude notar como bajó la tensión de sus hombros y besó mi mano.
Cuando las personas llegan a tu vida te da cierto miedo dejarlas entrar porque temes a que se vayan y no regresen más. Ese es mi mayor temor con Sebastián, él se ha convertido en ese "todo" que siempre busque. No eramos nada y ahora somos todo sin serlo. Es un trabalenguas que tengo en mi mente y quizá así como lo pienso de difícil así mismo es plasmarlo en la vida real. ¿Cómo seguirle el juego sin enamorarme? ¿Cómo saber si está jugando o lo está haciendo en serio? Son muchas las preguntas que pasan por mi mente en un momento como este. Es difícil descifrar lo que las personas en la actualidad quieren, pero mi pregunta es ¿Qué es lo que en verdad quiero yo? Es una de las más difíciles de responder porque sé, pero, no sé. Otro trabalenguas que solo yo entiendo.En este momento me encuentro acostada con Sebas en el sofa. Esta posición me acuerda a cuando estaba en el hospital. Él está acostado y yo con mi cabeza encima
Hacen dos días que evito a toda costa encontrarmelo en los pasillos de la universidad, no quisiera verle la cara de nuevo. No quisiera tener que saludarlo y pensar que le dije a lo que temia y sin importarle nada se fué, se fué y no dijo ni adiós y es lo que más dolió.—Tierra llamando a Allyson. Niña, te la pasas en la luna ¿Todavía andas pensando en mi primo? Eres masoquista, bebé.—Es que lo creí diferente. Lo imaginé otra persona, pero una vez más me fallaron.—Ay, Ally. Siempre te dije que creer en hombres nunca ayuda. Siempre hacen la cagada del milenio y nosotras terminamos perjudicadas porque nos enamoramos de esos pendejos. — Anahí siempre sabia sacarme de mi trance emocional con sus locuras.&nbs
Llega un momento en la vida en que escojes arriesgar todo por alguién y ese alguién se convierte en tu todo en tan poco tiempo que ni te das cuenta cuando te enamoraste y te preguntas ¿Cuando sucedió? Y ves que ocurrió antes de que te dieras cuenta que siempre estuviste enamorada y solo era cuestión de abrir un poco los ojos para darte cuenta de que siempre estuviste amarrada a esa persona.—Mi reina ¿Qué tanto piensas? — estabamos en la sala de espera del hospital, esta vez quien se enfermó fue él y es tan terco que tuve que chantajearlo para que viniera conmigo.—En nada. —mentí, últimamente en lo único que pensaba era en él, solo en él y nada más que él. Lo sentia como mi oxígeno, pero algo me decía que era malo darle ese puesto en mi vida, aún así me arriesgaré.&nbs
Desperté porque por alguna razón el sol daba en mi cara, pero en mi habitación NO me daba el sol en la cara, siento un brazo super gigante que pasa por mi cintura. Intento voltearme, pero al moverme este me pega más a él, apretando el agarre. Y me pongo a pensar, si estoy en casa de Sebas.—¡Oh no! ¡Sebastián! ¡Despierta!—grito y este despierta asustado.—¿¡QUÉ PASÓ, AMOR!? — se le veía bien exaltado.—¡Mi padre! Me matará porque no avisé que me quedaría aquí a dormir.—Ay por Dios, Allyson ¿Para eso me despiertas? — lo miré mal.— Mi reina, tu padre llamó anoche y mi papá lo contestó y me pasaron el teléfono a mi. Le dije que l
Dicen que el amor cuando es puro y verdadero sobrepasa todo obstáculo, todo límite. Creo que en eso tienen razón, las cosas con Sebas van extraordinariamente bien. Dentro de poco cumplimos un mes y somos la envidia de toda relación en la universidad. Muchos apuestan que terminaremos la carrera y nos casaremos, otros dicen que nuestros hijos serían hermoso, pero estan locos apenas tenemos semanas casí un mes, en todo este tiempo pueden pasar muchas cosas, que claro. Espero sean todas buenas.—¿Quieres la tarta de chocolate o de vainilla o ambas?—estabamos comprando tarta porque se me antojó de la nada.—¿Se puede de ambas? O ¿Una y una? Es que quiero mucha mucha, para mi solita.—me miró mal— Bueno, hermoso. La compartiré contigo ¿Te parece? —me miró por unos segundos, asintió y regresó a pedir las tartas.<
Ha pasado un mes desde que escuché esa conversación de mi papá y Sebas. Con esa conversación se aclararon mis dudas, pero aún tengo ese miedo que no doy a notar. Un miedo existencial que me impide seguir adelante, ese miedo a que él me deje, se vaya y no regrese más. Él prometió no irse nunca, siempre estar ahí, pero ¿De verdad debo creerle? Son este tipo de preguntas que vagan por mi mente la mayor parte del tiempo, pero aveces decido solo ignorarlas y vivir al máximo los pequeños momentos que el destino me dá al lado de él.—Allyson siempre está en las nubes, Sebastián. No me sorprende. — dijo Anahí parándose del sofa.—Dejala, An. — le respondió Marcos que estaba allí.No sé porque cada vez que regreso de mis pensamientos ellos estan hablando de mi dejadez, para mi suerte siempre escuc
Continuación...Veo la rayita y no puedo creer lo que estoy viendo, mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón late cada vez más rápido, mis manos sudan y siento como las rodillas se me debilitan. Al parecer Sebas se desesperó y se paró a ver que sucedía, pero yo seguía ahí, parada. Sin saber que hacer o decir.—¿Qué pasó, hermosa? —preguntó al entrar al baño y yo solo le pasé la prueba, él me miró y me acercó a su pecho. —Ya hermosa, todo está bien. Solo fue un mal susto ¿Okey? Nos cuidaremos más para la próxima, lo prometo. —yo solo estaba ahí, sin decir o hacer nada. La verdad que me asusté bastante al pensar que estaba embarazada, pero no. No fué así.—Ay Sebas. —digo entre sollozos. Él entiende mi tristeza y alegría. Son dos sentimientos que nadie ligaria, pero que se unen para dest