Apenas dijo eso, Mateo cortó la llamada de golpe. Su última frase venía cargada con una rabia que me dejó de piedra.Me quedé mirando el teléfono, inquieta por todo ese lío del dinero que mi papá pidió prestado.Cuando Mateo mencionó eso, me vinieron a la mente todos los problemas del pasado.Mi papá debía una fortuna, y toda la presión caía sobre mí.No podía ser que no me hubiera buscado en todos estos días.Y además, Mateo dijo que no le había pedido más dinero.Entonces, ¿a quién más pudo habérselo pedido?Mientras más lo pensaba, más me angustiaba, así que lo llamé.—¿Hola, Aurorita, qué pasa mi niña? —contestó mi papá, y de fondo se oía gente jugando a las cartas.¿Desde cuándo aprendió a jugar eso? ¡Si nunca había sido alguien de ese tipo!Y con tantas deudas encima, ¿de dónde sacó dinero para sentarse a jugar?Tratando de controlar todo lo que me estaba rondando en la cabeza, le pregunté tranquila:—¿No me habías dicho que perdiste siete millones en esa inversión? ¿Ya conseguist
—¿Qué familia ni que nada? —alcé la voz de inmediato, estaba tan molesta que hasta temblaba de la rabia.Mi papá, con una actitud como si nada, dijo:—Michael claramente sigue sintiendo algo por ti. Si tú le hablas, seguro estaría dispuesto a casarse contigo. Cuando se casen, vamos a ser familia, ¿y entonces nada? La deuda ya no tendría sentido, ¿no te parece?Escuchar eso me llenó de rabia, sentí que me iba a desmayar del coraje.Si no fuera por los veinte años que llevo siendo su hija, no lo reconocería como mi papá.Me aguanté y le hablé con un tono firme:—Jamás voy a estar con Michael. Devuélvele el dinero, te lo pido.—¿Devolverlo? ¡Ni pensarlo! ¡Fue muy difícil conseguir ese préstamo! Además, ya me gasté casi todo.—¡Papá! —le grité con la voz quebrada, llena de enojo—. ¿Hace nada no te prestó veinte millones? ¡Veinte millones!—Ay, tú no entiendes de inversiones niñita —dijo, prepotente.—Hija, escúchame, Michael es mucho mejor que Mateo, créeme. Quédate con él, no te vas a arre
Vi a Michael entrar con un traje impecable.Qué raro, ¿qué hace aquí?¿Estará buscando a alguien?Me levanté rápido, pensando en saludarlo, pero lo vi ir directo a la oficina del presidente sin siquiera voltear a verme.Me quedé como una estatua.Parece que me equivoqué. No vino por mí, vino a ver al señor Martínez.Entró como si nada, sin que la secretaria dijera nada. Me sorprendió. ¿No acaba de llegar al país? ¿Desde cuándo tiene tanta confianza con el jefe?Mientras pensaba en eso, escuché voces al lado mío.—Oye... ya había oído que el señor Martínez tiene un jefe.—Sí, sí. Dicen que el tipo que acaba de entrar es importante. ¿Será él?—¿No lo conoces? Es el segundo hijo de la familia Bernard. Es hermano de Mateo, el que está dando de qué hablar en los negocios.Al oír el nombre de Mateo, me azaré un momento.Por suerte, no parecían interesados en su vida personal.Si no, fijo terminaban sabiendo que soy su exesposa.—Ah, con razón tiene tanta presencia. Vieron cómo entró directo c
Michael miró a Javier y le dijo:—Sal un momento por favor, quiero hablar con ella a solas.—De acuerdo —contestó Javier, sonriendo, y se fue sin decir nada.Al pasar junto a mí, me sonrió. Era una sonrisa con un mensaje subliminal.Cuando Javier salió, Michael me agarró del brazo y me llevó a la oficina del jefe.Con apuro, dijo:—Aurorita, estás haciendo muy bien tu trabajo, ¿por qué quieres dejarlo así nada más? ¿Es porque soy el dueño? ¿Y eso qué tiene que ver? Somos amigos, es normal que entre amigos se echen una mano.—Pero no es lo mismo.—¿Qué no es lo mismo? Ya nos tenemos confianza.—Le prometí a Mateo que no tendría nada que ver contigo. Le dije a la cara que no trabajaría para ti. Tengo que cumplir con eso por lo menos.—Mateo, otra vez Mateo... Aurorita, ¿no te hizo suficiente daño la vez pasada con lo de mi abuela? ¿Ese bobo no sabe hacer otra cosa que no sea lastimarte?Me mordí el labio, sin saber qué contestar.En el fondo, no era solo por Mateo. También era por esa nec
—Aurorita, no te voy a mentir, este proyecto no es nada normal. Casi todos piensan que va a fracasar y por eso hay muy pocos inversionistas dispuestos a poner dinero. Pero yo creo que tiene mucho potencial. Si sale bien, las ganancias se van a multiplicar y la empresa va a ganar mucha reputación. Tienes que saber que esta empresa no lleva mucho tiempo y yo acabo de volver al país, no tengo muchos recursos, así que este proyecto es mi única oportunidad. Por eso, Aurorita, en serio espero que me ayudes a cerrar esta inversión.—Pero... yo no sirvo para este tipo de cosas.Pensé que Michael tenía demasiada fe en mí.Sí, nací en una familia rica, pero ahora no tengo nada, no tengo plata, ni conexiones, ni habilidades. ¿Cómo voy a ayudar en algo así?Además, hay tanta gente buena en la empresa, ¿por qué no dejarles eso a ellos?Por lo que dijo, este proyecto es clave para la empresa, y yo, que apenas entré y no tengo experiencia, no me siento capaz de meterme en algo así.Si lo arruino, el p
Michael y yo íbamos sentados atrás.Me miró y con un tono de disculpa dijo:—Perdón, Aurorita. Pero esta vez necesito que me ayudes con tus contactos.—No tienes que disculparte. Al final, nos hiciste un favor enorme a mi papá y a mí —le contesté.Me quedé pensando un momento y luego agregué:—Pero, para ser sincera, no soy tan cercana a Alan. No puedo asegurar que logre conseguir algo.—No te afanes, haz lo que puedas —dijo Michael mientras me daba un golpecito en el hombro, con esa expresión cálida que siempre tiene.Lo miré unos segundos, después giré la cabeza hacia la ventana. Tenía la cabeza llena de dudas.Alan parecía relajado, medio bromista, y no era fácil hablar con él.Además, disfrutaba provocar a Mateo.Suspiré. Tenía que encontrar la forma de hablar con Alan y pedirle que no dijera nada.Mientras pensaba en eso, vi a Javier, reflejado en el vidrio.Volteé por reflejo, y en ese instante nuestras miradas se cruzaron.Sentí un pequeño brinco en el pecho.Lo miré y le pregunt
Vi a Mateo entrar, con su traje tan elegante.Su presencia era fuerte, y con esas cejas pobladas y esa mirada tan amenazante, imponía respeto.Me miró con una sonrisa apenas marcada, con ese aire burlón que tanto conocía.Sentí que se me helaba el cuerpo de arriba abajo.¿Qué está pasando?¿Qué estás haciendo por aquí?¿No se suponía que el inversionista importante era Alan? ¿Qué hace Mateo apareciendo?Miré a Michael casi por reflejo.Tenía la mirada baja, no se podía ver su expresión.Entonces, ¿alguien me puede explicar por qué estábamos esperando a Alan y apareció Mateo?En ese momento, quise desaparecer, pero sentía los pies como pegados al suelo.Apenas Mateo entró, los otros dos empresarios se pararon y lo saludaron con respeto.Recién cuando él se sentó, ellos se animaron a sentarse también.Eso dejaba clarísimo quién mandaba ahí.Mateo me miró rápido y, con esa sonrisita, le dijo a Michael:—¿Así que ella es tu nueva asistente?La palabra "asistente" venía con veneno, se le not
Miré a Michael, con la cabeza vuelta nada.Pensando en lo insistente que fue para que buscara la inversión, sentí nervios por un momento.¿Era cierto no sabe que el verdadero dueño de Horizon International Group es Mateo?¿O no se imaginó que él sería el que aparecería?Al verlo con esa cara tan tranquila, me recorrió una sensación helada.Michael bajó la mirada y dijo con una sonrisa muy suave:—Creo que mi hermano está confundido. Cuando me fui al extranjero a estudiar, le dejé la empresa a Javier para que la manejara. Con el tiempo, él terminó siendo el presidente. Y sobre la relación de mi hermano con el señor Ferrucho, la verdad no sabía nada. Si hubiera sabido que él vendría, ni habría armado todo esto, ¿no te parece?Mateo soltó una risa seca y dijo con tono sarcástico:—¿Entonces por qué la trajiste a ella para hablar del proyecto? Si no me equivoco, apenas lleva unos días aquí, sin experiencia ni preparación. ¿Y tú la mandas a negociar un proyecto tan importante? ¿Es que no val