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El amor existe, pero me odia - Parte I

“A veces ser un hermano es aún mejor que ser un superhéroe”.

Marc Brown

(1946 – Actualidad)

Autor e ilustrador estadounidense de libros infantiles.

El corazón roto de Matt, y que él mismo me lo confiese es, en extremo doloroso.

Matt se recuesta en el espaldar de la cama, me uno a él, y me meto debajo de su brazo, nos abrazamos otra vez, y miramos el techo. A Matt le apasionan las galaxias, y todo lo que tiene que ver con planetas, estrellas y todo el tema espacial, tiene pintado en el techo de su habitación un cielo estelar, con un montón de estrellas de plástico que brillan en la oscuridad. Es hermoso, y fascinante. Y en este momento, a pesar de su confesión lo hayo relajante, el poder mirar las estrellas.

Me cuenta lo que pasó con Rose. Y con cada palabra intenta mantener su respiración en calma para continuar, aunque no veo su expresión por la posición en la que estamos, sé que sus mejillas ya están húmedas, siento un peso en mi pecho, una sensación de ahogo, porque no puedo consolar su roto corazón, por mucho que quiera sanarlo. Me siento inútil por lo que no dejo de abrazarlo. Matt es mi otra mitad, y sentirlo así, me rompe el corazón también.

Me contó que Rose desde hace días que estaba distante con él, que se comportaba de manera extraña, pero él asumió que era a causa del estrés por el regreso a la universidad.

Yo solo escuché y cada vez que sentía que se le iba la voz por el llanto reprimido lo apretaba más fuerte por la cintura en un abrazo. No es tan malo tener un corazón roto como que tu otra mitad lo tenga deshecho, a pesar de eso, quería ser fuerte para él.

La ida al Muelle de la Armada fue idea suya, para intentar hablar con ella, preguntarle qué le sucedía, por qué estaba así de tensa con él, estaba preocupado por ella y decidió sacarla a divertirse para que no siguiera preocupándose por la universidad. Pensar en la bondad de mi hermano, en cómo no es correspondido, escuchar su voz cada vez más rota, más débil, me hace llorar en silencio. No puedo contenerme más, lloro por lo bajo sin dejar de abrazarlo. Jamás pensé tener que consolar el corazón roto de Matt, la verdad es que creía que él y Rose serían un amor para siempre.

Rose lo llamó luego de llevarla a su casa, después de ir al hospital ese día. Me contó sobre la conversación que a medias escuché más temprano, los reclamos y reproches de su parte fueron por lo que Rose le dijo, y es que se va del país.

Pienso en mi mejor amiga Rose, nuestra relación hacía tiempo que se había zanjado y hasta ahora me doy cuenta que ya no éramos tan amigas. Ya no compartíamos tanto tiempo, ni secretos, ni aventuras, ni salidas, ya no compartíamos ni siquiera la pasión por los libros, no sé qué le sucedió, y no quiero averiguarlo, ya no éramos amigas, y ahora mucho menos.

Pienso en cómo esa Rose, la niña con la que crecí destrozó el corazón de mi persona favorita en el mundo. Matt es un chico como ningún otro, y sí, tiene sus defectos, pero serás  afortunado de ser su amigo, y ella fue capaz de deshacer lo que él creía seguro, su futuro, sus esperanzas y su amor.

Ninguna emoción de las que siento sobrepasa la rabia mientras lo escucho hablar. Quisiera tenerla enfrente y preguntarle el porqué de todo, no soy una persona violenta, pero sería capaz de sacarle los ojos ahora mismo.

Ella y Matt planearon graduarse de la universidad, y luego viajar y conocer las siete maravillas del mundo moderno, ¿Cómo pudo dejarlo así sin más? ¿Cómo pudo no corresponder su amor? ¿Cómo fingió tan bien todo este tiempo? Un viaje así no se planea de la noche a la mañana. Lo dejó culpándose y con el corazón en miles de pedazos.

Matt, cesa de hablar. Y solo respira con pesadez. Luego de un rato continúa contándome que ella se disculpó millones de veces, por teléfono, ni quiera fue valiente de decírselo cara a cara, me contó que le pedía que la perdonara, que lo quiere, pero no lo ama. Y sigo cuestionándome. ¿Cómo puedes no amar a este chico que con solo sonreír ilumina tu día lluvioso? Así es de increíble Matt.

Rose se va al otro lado del mundo. A Málaga, España. Y su vuelo saldrá en dos días. Está todo planeado. Ella no le dio explicaciones de por qué hizo lo que hizo, solo le dijo que se va, y por supuesto, a mí no me dijo nada, supongo que imaginaba las consecuencias de sus decisiones.

Rose solo lo echó de su vida, sin razones, sin motivos. Lo echó de su vida de la manera más egoísta posible. Mi hermano hipa de vez en cuando, y su pecho se remueve con dolor cada vez que respira una bocanada de aire para continuar.

Le susurro que todo estará bien, como él lo hizo cientos de veces conmigo, más de las que puedo contar, pocas fueron las ocasiones en las que al crecer tuve que consolar a Matt, en realidad, no recuerdo ninguna.

Tenerlo hecho pedazos a mi lado hace que me duela el alma, él es mi roca angular, lo que me sostiene cada vez que tengo miedo, mi pilar, y verlo así, sentirlo solo, cuestionándose sobre sí mismo, me molesta y me duele como ningún otro dolor que haya sentido.

No sé cómo es que te dejen, que creas amar infinitamente a alguien y al final te saque de su vida como si fueses b****a, pero ahora sé cómo se siente un corazón roto. En este momento, tengo el corazón roto por mi hermano, y es todavía más duro.

Está débil, tembloroso, y quiero ser fuerte por él, así que ideo un plan en mi cabeza para hacerlo salir de éste amargo momento, no sé si funcionará, sin embargo, debo intentarlo.

Matt es siempre tan valiente, fuerte, y caballero. ¿Cómo Rose le hizo esto? ¿Cómo dañará esto a Matt y su forma de ser?

Pasado un tiempo, seguimos en su habitación mirando las estrellas de plástico brillar.

—Quédate, Bee —pide aún con voz débil.

No lo dudo. Estaré toda mi vida atada a él si es necesario.

—Aquí estaré, Ooogie boogie.[1]

Sé que no piensa en nada más que en Rose, en lo que ha hecho mal y no puedo culparlo. Tiene que pasar por esto, solo espero que el daño no sea permanente es él.

—¿Matt?

—¿¡Uhm!? —apenas intenta mascullar.

—Matthew, el amor sí existe. —digo con la firmeza de saber que el amor existe y lo puedo sentir.

La lluvia cesa, así como las lágrimas de Matt.

En poco tiempo nos quedamos dormidos, abrazados como cuando éramos niños y nos asustaba la oscuridad, pero con la seguridad de que estamos juntos, siendo siempre dos, y el uno para el otro.

Siempre será mi hermano, mi amigo, y mi roca fuerte. Mi Matt.

***

—¡Buenos días, dormilones! —Es el casi grito de mamá desde la puerta de la habitación de ¿Matt…? Recapitulo la noche anterior y por qué me encuentro en la habitación de mi hermano.

Rose.

Me duele el pecho al recordar.

Matt se agita del susto con la voz de mamá, y me tira al suelo de nuevo, en menos de veinticuatro horas.

—Estar en tu habitación se está volviendo peligroso. —comento, y me levanto del piso masajeando mi trasero. Otra caída más y me negaré a pasar por la puerta.

Matt solo se carcajea, y esa risa me hace sentir un poco mejor. Es mi gusano, mi persona favorita, y sentirlo feliz me hace feliz.

Matt y yo nos vemos como alienígenas, con los ojos hinchados por el llanto de anoche, sin embargo, mamá no señala nada sobre nuestro aspecto.

Ella preparó el desayuno favorito de Matt, huevos, tocino, ensalada de pollo con manzanas y panqueques, por supuesto con mi favorito, jugo de naranja.

Durante el desayuno el ambiente es menos hostil que el de anoche, mamá nos advierte sobre su estancia en casa durante tres días más, y que debemos ayudarla a hacer una limpieza total al departamento. Será una buena distracción para Matt, aunque nos reviente la espalda. Conversamos de cualquier trivialidad, y Matt se ve un poco mejor.

Hoy saldremos a pasear, quiero que se divierta, sé que no dejará de pensar en Rose y su viaje, una distracción no estará nada mal en este momento, además de que nos quedan pocos días de vacaciones.

Cerca de una hora después del desayuno, le informo a Matt que vamos a salir, y aunque no estaba muy convencido, accedió. Ya con los ojos de vuelta a la normalidad, nos preparamos para salir.

Iríamos al paintball, lo decidí anoche, así que me vestí para la ocasión, vaqueros, mis Converse, y una camiseta rosa, de esas que me encantan que profesa:

“El amor existe, pero me odia”.

[1]) Oogie Boogie: Mr. Oogie Boogie (pronunciado "Ugui-Bugui") es el villano principal en la película de Disney Pesadilla Antes de Navidad, El Extraño Mundo de Jack o The Nightmare Before Christmas, producida por Tim Burton.

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