Capítulo IV

Capítulo IV 

-Por supuesto que no vamos a permitir eso, ¡Estás loca!- Exclamó la madre de Ivanna, con una expresión sombría en su rostro además de extrema violencia en su forma de hablar, podía notarse a simple vista que realmente estaba muy molesta, por esa razón Ivanna estaba a punto de llorar en frente de ellos.

Por otro lado, su padre estaba eufórico, él sabía que su poder sería indiscutible si era el consuegro de Di Giglio y del señor Benedit, dos personas muy poderosas e influyentes, ya ni siquiera entre ellos se llevarían la contraria, su poder sería absoluto y podría lograr muchas cosas.

-Yo estoy de acuerdo hija, y no abra más discusiones del asunto, Ivanna hazlo, quiero ser consuegro de Di Giglio y de Benedit. Y nadie se va a interponer en esto, además Dan es un excelente muchacho, puede llegar a lograr grandes cosas, y yo también con su influencia, incluso en la P.I.- Habló el señor Socolle con bastante firmeza frente a su esposa, quien le dio una mirada fulminante, mientras se dirigía hacia el medio del salón donde estaban hablando.

-Sobre mi cadáver se va a cometer un acto tan inmoral.- Dijo la madre de Ivanna.

-Pues entonces sobre tu cadáver será.- cada palabra saliendo de la boca del señor Socolle estaba llena de fuerza y dureza, él quería lograr algo, pero ahora su esposa por sus reglas morales estaba interponiéndose en un destino que podía llevarlo a la gloria como uno de los mejores presidentes del mundo.

En ese momento Ivanna estaba desesperada, no sabía qué hacer, ver a sus padres tan enfrentados uno contra el otro, por primera vez en su vida, su padre por el poder y la influencia, mientras que su madre por los valores y la mora, ambos tenían sus razones, pero ninguno le preguntó qué era lo que quería ella realmente, si estaba de verdad de acuerdo o no, por esta razón Ivanna se entristeció aún mucho más, nunca pensó que sus padres fueran tan egoístas y que le dieran prioridad a sus pensamientos, antes que al bienestar de su propia hija.

El señor Socolle y la madre de Ivanna, discutían de forma acalorada, las cosas se estaban poniendo grave, nunca habían discutido así.

-!YA AMBOS HAGAN SILENCIO POR FAVOR¡- gritó Ivanna llena de conmoción y de sentimientos encontrados. –Lo haré porque quiero, quiero estar con Dan, es importante para mí, así tenga que compartirlo, y nadie va a impedírmelo. ¿En algún momento me preguntaron cómo me sentía? ¿Si era realmente eso lo que quería? ¿O qué era lo que realmente pasaba por mi cabeza, o mi corazón? ¡NO! No lo hicieron, solo pensaron en ustedes y en los beneficios o como los verían los demás, yo solo quiero ser feliz, ninguno puede ver eso.- Mientras hablaba las lágrimas se escurrieron entre su hermoso rostro sin compasión alguna, la verdad es que era bastante malo que ninguno pensará en ella. 

Ambos la miraron con tristeza, su hija tenía toda la razón. Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas y no pudo evitar seguir llorando, las cosas estaban mal y ella solo pensó en sus propios contras, lo que le dirían las demás personas, lo que sucedería si sus amigas sabían y demás cosas, pensó en su orgullo y en la imagen que daba la familia Socolle frente al resto del mundo, pero en ningún momento por su mente estuvo el hecho de ayudar a su hija, si ella realmente quería a ese muchacho o el porqué del querer a ese joven, solo pensó en ella, fue muy egoísta y se estaba dando de cuenta debido a que su hija le estaba diciendo, así sin más, sino aún estuviera cerrada en una posición absurda acerca de muchas cosas, pero lo que realmente importaba era su hija, y la había dejado atrás.

El señor Socolle también pensó en otros factores como su posición, su poder y su influencia, estos factores hicieron que se nublará su mente pensado en todo lo que podía hacer, pero no pensó en ningún momento en su hija, y en lo que ella realmente quería, por esa razón el señor Socolle estaba disgustado condigo mismo, miró a su esposa a los ojos, y ambos vieron a Ivanna, cuando iban a hablar, ella solo pudo salir corriendo, desde el salón que era inmensamente grande, se podían observar unas escaleras en caracol blancas prominentes y elegantes que llevaban a la parte superior de la casa donde estaban las habitaciones privadas del presidente y de sus huéspedes, ella subió rápidamente las escaleras y se perdió en pasos, la casa era tan grande que desde allí le tomaba a Ivanna unos dos minutos en llegar a su habitación, corrió por el pasillo y en esta ocasión tan solo le tomó 20 segundos llegar hasta ella. 

Abrió rápidamente su puerta y se encerró en su habitación sin más, llorando deprimida por el comportamiento de sus padres hace unos instantes atrás. Así transcurrió la noche, sus padres intentaron hablar con ella, pero fue imposible para ellos, le verdad Ivanna estaba muy decepcionada por ese comportamiento egoísta, se fue a dormir con dolor en su corazón.

Al día siguiente se despertó temprano, e incluso se fue sin desayunar al instituto, su padre le envió un mensaje de texto.

“Cariño ya hablé con tu madre, si esto es lo que realmente quieres estaremos de acuerdo, además anoche recibí una llamada del señor Benedit, está muy complacido por la noticia, también Di Giglio habló conmigo anoche, los tres estamos de acuerdo con su plan, te quiere tu papá”

Mientras iba en la limusina escoltada de camino al instituto, leyó el mensaje con una sonrisa en su rostro, ella realmente quería vivir esa experiencia, al llegar al instituto observó que en la puerta estaba Andrea junto con la profesora Linda, estaban hablando y sonriendo juntas, Ivanna bajo rápidamente de la limusina y se dirigió hacia ellas, las saludo con un beso en la mejilla.

-Llegaron ambas temprano, eso me alegra, les tengo excelentes noticias, ambas están en la clase 15, y la señorita Socolle es la presidenta de la clase, perdiste algunos privilegios por pasar de ser la presidente 15 después de ser la presidente número uno, pero son cosas mínimas, además algunas de tus responsabilidades, pasaron a manos de la señorita Rupensky, la nueva presidenta de la clase número 1, Virginia fue enviada a la clase 10 como presidenta, además hubieron algunos cambios en el instituto, el director estuvo de acuerdo con sus cambios y luego empezó a realizar algunos cambios drásticos, pero lo bueno es que Dan sigue en la clase 15, junto con todas nosotras.- detalló la profesora Linda.

-¡Oh! Me parece una excelente idea todo esto, nos logramos deshacer de Virginia, y de algunas más, ahora solo queda el paso más importante empezar a conocer a Dan y poder conquistarlo con todo lo que le guste.- Dijo Andrea eufórica, su emoción se notaba mucho, sus ojos brillaban con mucha intensidad.

-A mí también me parece una excelente idea todo esto.- añadió Ivanna.

-Bien chicas, hoy vamos a salir de excursión, todas las cosas están listas, deben de ir a cambiarse la clase 15 irá a las montañas, esto para despejarnos un poco de los acontecimientos de los últimos días, y para poder conocer un poco más a Dan, a ver si le gusta ese tipo de ambiente.- Agregó la profesora Linda.

-¿Qué? Pero profesora, no estoy en condiciones aptas para ir a la montaña, me faltan cientos de cosas que debo de traer antes de ir, además de que solo traje lo esencial en mi bolsa hoy, no contaba que iríamos a las montañas.- Habló Andrea con agitación.

-Está bien profesora, ya nos alistamos, yo ayudo a Andrea, no se preocupe.- Dijo Ivanna mientras le sonreía a la profesora y llevaba a Andrea hacia el edificio de habitaciones estudiantiles.

Durante la primera clase, la profesora Linda le dijo a la clase quince que se irían de excursión a la montaña ese día, era una sorpresa, todos se alegraron, salir del ambiente de estudio por un día era fantástico, e ir hacia la naturaleza lo era aún más. Todos muy emocionados se dirigieron al edificio de las habitaciones, allí muchos de ellos tenían algunas mudas de ropa adicional, además allí estaban sus uniformes de deportes, el cual lo utilizaban para salidas de campo como la del día de hoy.

Todos estaban emocionados, pero también algo confundidos, aunque no les importaba mucho porque la profesora Linda había tomado esa decisión, generalmente las salidas eran planeadas con tiempo para los estudiantes, esta era la primera vez que salían de esta manera, y debido a la naturaleza de la institución de ricachones, estos con la excusa de que estaban ocupados todo el día habían resuelto por el consejo de padres y representantes legales, que las excursiones podían realizarse sin ningún aviso previo o autorización por parte de ellos. Así la institución no los iba a molestar para pedirles algunos permisos sobre sus estudiantes, hacia alguna salida de campo.

Las primeras horas de la mañana transcurrieron en los preparativos y en la salida, el director Morgan personalmente estaba a gusto con la idea, y estaba ayudando a los preparativos de la salida, incluso dio la orden de que no podían volver el día de hoy, que se tomaran un día de descanso y que acamparán en la montaña. Para el director Morgan las salidas eran un escape de algunos alumnos traviesos, y eso le ayudaba a tener más control acerca de los demás, él prefería que los alumnos se dirigieran diariamente a excursiones en vez de solo quedarse en los salones escuchando clases todo un día.

Cuando las primera horas de la mañana estaban culminando, eran alrededor de las 9 am, cuando el autobús con los alumnos de la clase 15 del instituto de Hamityville, partió hacia la montaña más cercana, la Morgelus, una belleza de la naturaleza, poseía el título de patrimonio de la humanidad decretada por la asociación del primer mundo, el viaje duro aproximadamente una hora, mientras salían de la ciudad, y cruzaban algunos pueblos cercanos.

Eran las 10 am, cuando estaban ya avistando la hermosa montaña, se podía observar su verde intenso y hermoso, algunas aves iban en su dirección, algunas de color rojo, otras de color azul y cada una con un pico distinto, los chicos iban cantando distintas canciones, mientras algunos grupos hablaban, en ese instante Dan estaba sentado en uno de los últimos asientos del bus de dos personas, y él estaba sentado allí solo, se había dirigido allí como siempre lo hacía en las salidas, con sus paz imperturbable por acciones banales, solo acontecimientos de gran magnitud hacían mover a este joven.

Linda no desaprovecho la oportunidad, y fue a sentarse a su lado, aún quedaban unos minutos de viaje hasta llegar al pie de la montaña, ella fue y se sentó a su lado, ella tenía puesto un conjunto deportivo, que le hacía lucir muy hermosa, un top que le dejaba al descubierto su hermoso y definido abdomen, el conjunto era de color rosado y le quedaba además de ajustado muy bien, era la envidia de algunas chicas, la admiración de otras además de volver loco a uno que otro estudiante.

-¿Cómo has estado?- Le preguntó con voz dulce y agradable a Dan.

Dan la miró a los ojos, le pareció extraño que la profesora se sentará junto a él, cuando el viaje estaba casi por terminar, en su mirada se notaba curiosidad.

-Bien profesora. ¿Y usted?- le devolvió Dan.

-Yo bien. ¿Y tú?- respondió nuevamente Linda. Mientras que los ojos de Dan se llenaban de risa, y sus labios empezaron a arquearse por la risa interna, luego de ver los ojos de Dan y que este terminará de soltar una sonrisa silenciosa, se percató que había hecho la misma pregunta dos veces.

-Jejejeje, lo siento es que estaba pensando en algo.- añadió Linda para no quedar mal.

-Si se nota profesora. ¿Puedo ayudarla con los pensamientos que le atormentan?- 

-Bueno realmente sí, pero no, jejeje, es algo difícil de explicar Dan, oye por cierto ¿Te gusta esta salida?-

-Realmente sí profesora, es bueno cambiar de aires, además me gusta mucho estar en contacto con la naturaleza entera, es algo muy bonito, soy súper fan de esto.- le dijo Dan mientras le dedicaba una sonrisa calurosa que hizo que la profesora Linda se ruborizará de forma muy visible. -¿Está bien profesora? Su cara está de repente muy roja.- 

-¡Oh! Si, este… estoy bien, este… bien, sigue enfocado en el viaje.- Dijo la señorita Linda, tenía que alejarse estaba siendo demasiado obvia, además de estar muy nerviosa, pocas veces había intercambiado palabras de forma tan cercana con Dan.

El solo la observó mientras ella se levantaba del asiento apresuradamente y se caminaba hacia la parte delantera del autobús, se rio para sí mismo, y continuo observando por la ventana sin quitar la vista del horizonte. Era una vista maravillosa, grandes árboles, mientras más tiempo pasaba y más avanzaban en dirección a la montaña más exquisito era el paisaje, más verde, más natural y aire más puro.

Luego de unos minutos más llegaron al lugar de destino, bajaron del bus, y empezaron a arreglar las cosas, las cocinas eléctricas, las sillas, las carpas, las mesas, una especie de mini tarima, entre cientos de cosas más, todos estaban en lo suyo en un ambiente muy animado, todos estaban realmente contentos con la salida a las afueras de la ciudad, respirar el dulce aroma de los árboles frutales.

Dan estaba armando una de las carpas él solo, como de costumbre cuando se acercó Andrea.

-Hola Dan. ¿Qué tal estás? ¿Necesitas ayuda?- Le dijo Andrea.

-Hola Andrea, Bien ¿Y tú? ¿Cómo estás? No necesito ayuda por el momento gracias.- le devolvió Dan con una sonrisa tan cálida que hizo a su corazón saltar en su pecho, de inmediato se puso roja.

-Oye ¿Estás bien? Te acabas de poner tan roja como un tómate.- añadió Dan con una sonrisa burlona pero que denotaba cariño, ella se puso aún más roja y los nervios le empezaron a recorrer por todo el cuerpo, quería decir unas palabras más, pero no salían de su boca, en cambio hacia sonidos extraños. En ese momento se ella se sintió tan avergonzada que salió corriendo hacia sus amigas, dejando a Dan allí solo e intrigado, este lo único que hizo fue reírse y volvió a terminar los preparativos de la carpa.

Después de que todos habían terminado los preparativos para su día de camping además de una noche en la montaña era muy divertido, algunos jugaban con cartas, otros estaban corriendo por los alrededores como niños pequeños, era muy divertido, otros estaban ayudando a preparar la comida para el almuerzo, otros estaban hablando y riendo mientras tomaban algo refrescante.

Dan estaba acostado a las faldas de un árbol, mientras leía un libro titulado “El arte de la Guerra” un libro interesante para un joven de 18 años, con muchas cosas en mente, estaba absorto totalmente en su lectura, casualmente una de las chicas que estaba ayudando en la cocina iba a pasar por allí llevando una cantidad de platos enorme además de algunas ollas y cucharillas, pero nadie había ido a ayudarla, estaba caminando en dirección del árbol y la gran torre de utensilios que llevaba no le permitían observar que estaba a punto de chocar contra el árbol, así que sucedió, ella chocó totalmente de frente contra el árbol mientras que todos los utensilios caían al suelo haciendo un sonido ensordecedor e incómodo.

En ese momento Dan no dudó ni un segundo se levantó de donde estaba y fue en ayuda a la joven, ella Cindy Oharan, una de las chicas más tímida del instituto, no hablaba mucho aunque si tenía un amplio grupo de amigos, Dan se acercó a ella.

-¿Estás bien?- Preguntó rápidamente Dan mientras la ayudaba a ponerse de pie.

-Estoy bien.- Respondió Cindy con una sonrisa, pero al tratar de agacharse a recoger los platos, y demás, sintió una molestia en su tobillo y no pudo evitar dar un pequeño grito.

-¡Ay!-

-¿Qué sucede?- Cuestionó Dan de inmediato. - ¿De verdad estás bien?-

Algunos estudiantes se acercaron hasta ellos, para ver qué había ocurrido y como estaba Cindy ya que el sonido del golpe fue fuerte.

-Tengo una molestia en mi tobillo- Dijo Cindy señalando su tobillo izquierdo.

Dan no dudó más y la tomó en sus brazos, cruzo una mano sobre su cabeza y la otra sobre su cintura y sin mediar más palabras la cargó hasta la carpa donde se encontraba la profesora junto con unos alumnos hablando muy animadamente, él se acercó con ella en sus brazos, todos voltearon en su dirección, la profesora estaba realmente enfadada y celosa, al ver a Dan cargando a esta chica. 

Dan termino de acercarse, bajo a Cindy con mucho cuidado y luego tomó la silla vacía más cercana a él e hizo que ella se sentará.

-Profesora, Cindy se lastimó el tobillo, la traje directamente para acá para poder tratarla de inmediato e inmovilizarle para que no se le perjudique el pie.- habló Dan mientras miraba fijamente a Linda.

A ella le tomó unos instantes en reaccionar e ir a por el botiquín de primeros auxilios, tomó las llaves de una mesa que estaba cerca de la entrada de la carpa y entró, salió inmediatamente con uno de los botiquines de primeros auxilios con una llave pegada en su cerradura. Se la acercó a Dan quien la tomó inmediatamente, la coloco en el suelo y la abrió totalmente, saco de allí una gasa, y procedió a quitarle el zapato a Cindy. Ya para ese momento todos los alumnos de la clase quince presentes en esta salida de campo, estaba alrededor de Dan y Cindy observando con atención, Cindy se convirtió rápidamente en la envidia de todas las personas que le gustaba Dan en ese momento tanto chicas como de algunos chicos, todos estaban celosos de Cindy.

Dan desató el cordón del zapato blanco de marca de Cindy, sus medias eran blancas, con un bordado en la parte superior, Dan subió sus manos hasta la parte superior de la media y empezó a sacarle el calcetín con mucho cuidado, al terminar de descubrir su pie, este era una hermosura total, muchos se quedaron boquiabiertos, su pie desnudo era totalmente hermoso con las uñas de sus pies perfectamente arregladas y pintadas de color blanco, además de tener una tobillera muy linda, con tema del mar, tenía algunos delfines, ballenas y caracoles marinos. Dan colocó una rodilla en el suelo, y la otra la acomodo para poder colocar el hermoso pie de Cindy, ahora la envidia también recayó sobre Dan, estaba tocando los pies más hermosos del instituto, todos los chicos heterosexuales estaban viendo a Dan con rabia y celos, como era posible que lo tocará y tan descaradamente.

Cindy estaba encendida de color rojo, realmente apenada y muy nerviosa, el comportamiento de Dan le había hecho saltar el corazón, Cindy era una chica muy tímida, y también tenía un color de piel muy blanco, algunos de sus amigos le jugaban bromas diciendo que ella era muy blanca, e incluso uno de ellos llegó a dibujarla sobre una hoja en blanco y no coloreo su piel, pero su cabello era negro y suave, podías quedarme dormido en un segundo si te arrecostabas sobre él ya que entre su aroma y su suavidad te perdías en un mundo intenso, sus ojos eran marrón claro, incluso algunos días eran color miel, pero realmente intensos y hermosos, su cuerpo era sexy, estaba rellenita, pero se veía muy bien su figura hacía un contraste perfecto aun así tenía cintura, una muy delgada, toda ella podía describirse como una obra de arte absoluta, era realmente y totalmente hermosa. 

Ivanna, Andrea y Linda estaban a más no poder de rabia pero no podían hacer nada, estaban que le cortaban las venas y no botaban una pizca de sangre, era realmente cómico ver las caras de ellas tres mientras Dan trataba a Cindy, pero no eran las únicas con molestias, muchas de las otras chicas también estaban muy molestas, no era nada raro.

A Cindy sus padres la querían mucho y la consentían también mucho, a pesar de ser una niña mimada era una joven realmente madura, no era de excelente calificaciones, pero no estaban nada mal, además de ser una de las chicas más colaboradoras del instituto, pocos le acosaban, algunos abusadores como Sean, si les gustaba fastidiarle la vida de vez en cuando, pero desde el día del incidente con Xen, y que Dan se incorporó y no le dejó hacer lo que quería, Sean no se había vuelto a molestarla, por esa razón internamente, Cindy estaba muy agradecida con Dan. 

Dan se mantenía firma con el pie dulce y delicado de Cindy en su rodilla mientras que le colocaba una crema que obtuvo del botiquín y luego procedió a colocarle el vendaje en su tobillo, por ser una torcedura menor, con solo inmovilizarlo y que ella no lo forzará estaría bien en unos pocos días, todo lo hizo sin la más mínima perturbación y con una concentración increíble, al terminar le coloco nuevamente la media y con mucho cuidado el zapato, le desató la trenza hasta llegar a un punto que le pareciera cómodo para que Cindy no se lastimara y se lo coloco con suavidad.

Ya había terminado, guardó lo que utilizó en el botiquín y se levantó para devolvérselo a la profesora, antes de hacerlo, apartó con mucho cuidado el pie de Cindy y lo coloco en el suelo, luego se levantó con el botiquín en la mano y se lo entregó a la profesora.

-Debes tener cuidado de no forzar el pie, pero tranquila no es nada grave, mañana o pasado a más tardar estarás bien.- Le dijo Dan de forma calurosa a Cindy quien se sonrojo aún más.

Luego de haber entregado el botiquín camino nuevamente en dirección al árbol y comenzó a recoger todos los utensilios que había dejado caer sin querer Cindy, al terminar fue hasta la cocina, todos lo único que hacían era seguirle con la mirada, mientras este se acercaba y empezaba a acomodar los utensilios en la cocina, al ver las acciones de Dan, todos empezaron a volver lentamente en lo que estaban haciendo, excepto Ivanna, Linda, Cindy y Andrea. 

Ivanna, Linda y Andrea se acercaron lentamente a Cindy quien aún estaba sentada en la silla, esperando que su dolor pasará, ellas no se veían nada amigables, tenían la palabra furia escrita en su rostro, para ellas las cosas no estaban bien, como pudo Cindy lastimarse así de repente y exactamente al frente de Dan, ellas estaban más que molestas por las acciones de Dan con Cindy frente a la multitud, al punto de estallar de rabia frente a Cindy y bombardearla con preguntas absurdas.

-Lo hiciste apropósito ¿Verdad?- Preguntó Andrea primero mientras sus ojos solo transmitían rabía.

-¿Aún piensas preguntarle? Es obvio que lo hizo a propósito frente a Dan para que este la ayudará eso es todo, es una más que quiere conquistar a Dan, lo más seguro es que su padre o su madre se lo haya ordenado.- Añadió Linda.

-De verdad no fue así chicas, lo juro. Solo iba pasando y no me di cuenta que iba a chocar contra un árbol, eso fue todo de verdad lo siento, no pensé que fuera a suceder todo esto de verdad lo juro.- Respondió Cindy antes los cuestionamientos de las demás, su rostro estaba suplicando disculpas.

-¿De verdad no te gusta Dan?- Cuestionó Ivanna.

-No me gustaba antes, pero hoy se portó muy lindo conmigo, ahora creo que tengo sentimientos por él, pero de verdad no pienso hacer nada, para conquistarlo o algo por estilo, de verdad, eso puedo jurarlo.- respondió desesperada Cindy, la pobre chica estaba casi llorando.

Justo en ese momento Dan lanzó una mirada hacia Cindy para saber cómo se encontraba, observó a detalle las expresiones faciales de Cindy como si fuera a llorar, mientras que las expresiones de las chicas que estaban con ella era de enfado. Dan se tocó la cintura, e hizo como si se acabará de Dar cuenta que no tenía consigo el cuchillo, observó de forma disimulada hacía donde se había tropezado Cindy y luego fue hasta ella sin más. 

-Oye ¿traías algún cuchillo? – Cuestionó Dan mientras observaba a Cindy con los ojos lagrimosos con ganas de llorar como una niña pequeña. -¿Estás bien? – 

- Si ella está bien, solo que se siente un poco mal debido a su dolor ¿Verdad? – Añadió la profesora Linda.

Dan las observó a todas. - ¿Ustedes creen que yo me chupo el dedo?

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