Capítulo VII

Dan continuó caminando por el pasillo en dirección a las demás celdas, los demás presos le veían de una forma muy curiosa, luego este terminó su camino frente a una de las celdas, miró dentro de esta, observó a cada uno de los cuatro reos que estaban en ella, pero al parecer no era ninguno de los que buscaba. 

– Vaya, vaya, vaya… eres un hombre astuto. – dijo Dan para sí mismo en voz alta, a lo que todos los presentes se quedaron con la boca abierta y con una expresión de incomodidad en sus rostros, se preguntaban la razón por la cual el joven había dicho esas palabras. Dan no se molestó en darle explicaciones a nadie, y solo siguió su camino hacia las celdas de lujo, camino hasta la celda principal que era escoltada por dos guardias con un uniforme distinto a los que estaban en todo el recinto penitenciario, Dan se imaginó