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Después de tantas preguntas realizadas por parte de la mayoría de los funcionarios del hospital, seguíamos ahí sentados, esperando que curaran las heridas de los chicos o que al menos les dieran algún medicamento para el dolor.

Matt a mi lado, lucía aburrido mientras hacía no sé qué con su teléfono. Su cabello caía sobre su frente desordenadamente mientras distraído repiqueteaba una y otra vez su pierna sobre el suelo.

Solté un suspiro mientras echaba mi cabeza hacia atrás, descansándola sobre la pared tras de mí. Ni siquiera había pasado la mitad del día y ya estaba hecho un caos.

No podía entender como una chica como Jessica, que siempre se ve tan feliz, pasara por cosas como esta en su día a día ¿Era realmente posible que un alma con tanta luz en su interior no se vi

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