Ángel.

Llega la hora de cenar, tomo la cena de Amber y la mia, voy a su cuarto al entrar la miro que está dormida en el sillón, está arropada con mi sueter se mira tan linda usando mi ropa aunque le queda demasiado grande, dejó nuestra comida en la mesita y la tomo con cuidado de no despertarlo pero me e dado cuenta que tiene el sueño pesado ya que solo se acurruca entre mis brazos, me detengo y miro un rato sus delicadas facciones, el pequeño lunar que tienen en el ojo izquierdo, esos hermosos labios redondos y rosados, camino a la cama y la recuesto, le dejo mi suéter y cubro con las cobijas, me quedo mirando la un rato más, mi curiosidad aumenta cada vez más me acerco lo más que puedo a su rostro y sostengo la respiración cuando mis labios rozan los suyos, le robó un beso estando dormida me enderezó y colocó mi mano en los míos, se sienten tan suaves como se vean.

-Dios estoy mal mejor me iré a dormir a mi habitación y le pidire a las muchachas que venga a estar con ella en la noch