A mis siete años, casi ocho, fue la primera vez que desee desaparecer para siempre.
Ese mismo día me habían dado una manta color gris que era rasposa, pero que abrigaba muy bien. Me la dieron para que dejara de temblar, aun cuando no hacía nada de frio esa tarde. A mi lado, estaba mi padre, pero a su vez no estaba. El sol estaba por ocultarse, y las luces de la ambulancia era fuertes y cegadoras. Recuerdo que en cuanto llego quise taparme los oídos para no escuchar esa horrible sirena.
Frente a nosotros dos, estaban dos paramédicos hincados en el suelo con una actitud profesional, tranquila, pero sabía que estaban desesperados. La trataron de reanimar una y otra vez, hasta que anunciaron la hora y la dejaron, sabiendo que no podían hacer nada más por ella
A mis ocho años, casi nueve, creí que iba a morir, y nadie estuvo para mí.Yo recostada en mi cama mientras miraba el techo con el objetivo de dormir, pero, en consecuencia, empecé a pensar de más. Sin darme cuenta, aquellos pensamientos parecían gritarme que esta tenía que taparme los odios para callarlos. En mi pecho había algo pesado que me hacía imposible respirar, sentía la necesidad de respirar de nuevo, como si me estuviera ahogando en lo más profundo y no pudiera llegar a la superficie. Pasaba mis pequeñas manos temblorosas por mi rostro, me levantaba de la cama, me volvía a sentar, me acurrucaba, me estiraba y hacia todo lo posible para que parara lo que sea que me estaba pasando en ese momento.Decidí salir de
A los diez años, admití que me odiaba a mí misma por ser si ple mente yo. No aprendí nada más sobre ello.A mis doce años, casi trece, mis tíos nos visitaron y aprendí que, aunque fuera una niña, tenía el poder de provocar con tal solo mi propia piel y existencia.Era verano, quizás el más caluroso que recuerdo. A mi padre le habían dado días libres, y yo, obviamente, no tenía clases. Estaba en mi habitación cuando él aviso que mis tíos vendrías, yo me emocione como nunca, ya que hace mucho que no los veía. En cuanto entraron por la puerta, una sonrisa apareció en mi rostro y un rostro de emoción en mi pecho. No muy seguido me sentía así, de h
Candace-Pasado-A los catorce creí aprender a no confiar en cualquiera, cuando solo aprendí que, en realidad, era más vulnerable de lo que parezco.Mi primera fiesta, mi primer trago, mi primer beso. Todo en una noche.Llevaba puesto una falda corta, pero no tanto, color negro junto con una blusa pegada al cuerpo que me creaba más cintura de la que yo pensaba tener. Al momento de ponérmelo me sentí incómoda por un segundo, sin embargo, mis amigas solo pudieron decir lo bien que me veía, así que decidí dejarme la ropa. También me había permitido ponerme un poco de maquillaje como brillo labial, rubor
—Candace... —habló mi papá atropelladamente desde el sillón en el que antes estaba dormido—. Mi niña, eres igual de bella que tu madre.Su voz llena de tristeza me hundió el pecho. Me acerque a él y lo empuje con cuidado, ya que había tratado de pararse, pero en realidad solamente se había quedado en la orilla del sillón, a punto de caerse al suelo sucio.—Ya duerme, papá —le ordene con un susurro, cogiendo una almohada para que durmiera más cómodo.—Perdóname, hija. Te quiero mucho.Mis ojos empezaron a arder y en mi garganta se instaló algo parecido como una roca amarga que me evita
Una noche, en la oscuridad de mi habitación de la que no había salido en bastante tiempo, pensé en que si algún día las cosas terminarías. Algún día, encontraría un lugar donde me sentiría segura, fuerte y amada. Donde mi palabra valiera y mi existencia se notará.Donde mi padre no me hiciera más daño de lo que él creía.Justo en ese segundo me di cuenta que la televisión de la sala no se escuchaba prendida. Siempre estaba prendida. Salí de mi habitación para encontrarme que efectivamente la televisión estaba apagada, al igual que mi padre no estaba. Debió de haber llegado unas horas antes.Ahora pasaba la mitad de mi día durm
Arion es un chico bastante cerrado con el mundo, para él sus audífonos y la música lo son todo. Pero al comenzar el verano una persona le hace salir de su burbuja al meterse en su ventana en una noche tranquila. Candace es una chica que parece gritar problemas, una chica que resalta hasta en los peores lugares y que hará girar el mundo de Arion al colarse por su ventana. Y aun que ellos lo traten de ocultar, todos saben la tensión que hay entre los dos, una tensión que muy pronto tendrá explotar. Tw: Se tocarán algunos temas r
Nuestro comienzo. Cuando solía ser niña veía el mundo como algo irreal y bello, en donde yo siempre estaba en el centro de este. Veía a la gente de una manera tan ingenua e inocente, que al final me terminan lastimando de diferentes formas. Por primera vez, mis padres y yo, habíamos decido visitar a mis tíos Lilian y Steve. Mi Tía Lili es hermana de mi mamá; tan parecidas que de espaldas no se podían diferenciar. Y podría decir que mi tía tiene bastantes cualidades, pero mi favorita, sin duda, es la manera en la que hace un pastel de chocolate. Miro por la ventana el pueblo en donde estamos. Pasamos por una linda plaza en donde había niños jugando en el pasto o familias dando un paseo de tarde. Parece ser un lugar muy alegre.
10 años después . . . ¿Creen en el destino? ¿O creen en las coincidencias? Mi mamá solía hablar sobre las almas gemelas; dos personas predestinadas desde que nacieron a estar juntas. Es un vínculo que existe siempre. No importa cuánto tiempo discurre hasta que esas dos personas se encuentran, pero dicho instante se dará en algún momento de nuestra vida más pronto o más tarde. No lo entendí, así que decidí no creerle. Las vacaciones ya habían comenzado. Me sentía aliviado por haberme librado de la escuela y que comenzaran los días de no hacer nada. Aunque no es que odiara la escuela, simplemente no era mi lugar favorito, sin duda. Un lugar lleno de adolescentes fingen ser adultos, cuando solo son personas superficiales. Definitivamente no lo digo porque era un chico aislado sin amigos. Siempre fui el niño que se sentaba en el fondo del salón, el que no le gusta hablar frente a todos y el que se sent