Piero acaricia mis piernas, levantando poco a poco el vestido, mis palabras han sido como combustible para la pasión que su cuerpo me ha transmitido desde que llegué, y para negarlo, el mío está igual.
Ver sus bellos ojos azules, al lado de los de mi hijo. Ese pequeño traidor, pero por más que quisiera sentirme molesta con él, siento que lo amo más. No sé de dónde ni cómo, pero encontró a su padre, a mi amor y lo trajo de regreso a mí.
Y aquí estoy, cediendo a lo que llevaba dormido por más de dos décadas.
Sus labios me exploran, como si nunca me hubiesen tocado. Este reconocimiento es necesario, pero no por eso menos importante. Mi cuerpo arde bajo el suyo, lo único que quiero es quitarme la ropa para ver si así se baja un poco este fuego.
-Mi Jazmín, mi bella, te amo, te he amado todos estos años…
Sus
Sale de la cama, la veo desnuda y, ay universo, líbrame de caer en su cuerpo otra vez los próximos cinco minutos… aunque creo que igual no sucederá. Toma su vestido y se viste rápidamente.-No lo puedo creer… Piero, te acostaste con una modelo, luego de estar conmigo y jurarme que era la única.-¡No! ¿Como haría eso?, anoche te dije que fuiste la última y así es.-¡Mentira, yo misma lo oí cuando fui a buscarte a Cavalcanti Moda! – se viste rápidamente, mientras que con suerte consigo ponerme el bóxer y el pantalón-. Fui a buscarte, mas bien a pedirle a Massimo que te llamara, porque quería decirte que estaba embarazada… hasta que una de las modelos dijo que te había encerrado… ¡con las escobas!-Sí, eso es verdad – sale de la habitación hecha una furia-.-¡Te odio, P
Acompaño a Pía a ver el avance de su vestido de novia y de paso ver el que llevaré yo a la fiesta de matrimonio. Pero primero, hay que ver a la novia.-Hija, te ves tan hermosa… mi hijo se enamorará más de ti, si es que eso es posible – me acerco para abrazarla, ella comienza a llorar -. No, cariño, ¿dije algo malo?-No… es que tengo miedo.-¿De casarte? – se me hace un nudo en la garganta, ¿Pía se está arrepintiendo del matrimonio?-¡No! Tengo miedo de verme mal con este vestido, que su hijo deje de quererme cuando mi panza crezca… son tantas cosas en tan poco tiempo.-Pero para las mujeres, desde cierta edad el tiempo va en contra – me mira con tristeza -. Tú eres joven, puedes tener hijos, todos los que quieras de momento con Alex, algo que no todas pueden gozar con su amor.-Lo siento tanto, señora…-Jazmín, solo Jazmín ¿o acaso crees que olvidé nuestros juegos en el jardín de mis padres? – le acaricio la mejilla y ella sonríe -.
Si alguien me hubiese dicho que, luego de mi reencuentro con Jazmín, ella volvería a quedar embarazada… me habría reído en su cara.Pero aquí estoy, en la boda de mi hijo, separado por él de la mujer de mi vida, la que no quiere verme ni en pintura. Aunque no la culpo, porque otra vez nos pasó lo mismo, esta vez ella pudo detenerme, decirme que había riesgo de embarazo, que usara protección… incluso pudo haber tomado la píldora del día después, qué sé yo.Pero no es momento de sentirme mal ni mucho menos pensar que ella tiene la mitad de la culpa por eso, estoy en la boda de mi hijo, uno de los acontecimientos más importantes de su vida y estoy aquí para él.En el momento en que los declaran marido y mujer, una sonrisa sincera y feliz escapa de mí. Ya quisiera yo estar así pronto con mi Jazmín, pero esa mujer s
Gabriel no ha querido irse de la casa familiar, por lo que yo he preferido quedarme aquí. Mi hermano está pasando por una crisis en su vida, y es que no es fácil cuando te enamoras de la persona equivocada, esa que no te ve igual a como la ves tú y te duele.A regañadientes, pero sin llevarme mucho la contra, Piero se queda aquí conmigo, aunque de todas maneras tiene una habitación en un hotel de lujo, en caso de que quiera escapar de la bruja de mi madre. Y debo decir que nos ha servido para nuestras escapadas románticas.Ahora mismo, estoy en el jardín, disfrutando de los colores y aromas, acariciando mi vientre que se ve algo abultado para el tiempo de gestación que tengo. Estoy con mis ojos cerrados, acostada en una tumbona muy cómoda, de pronto siento unas manos que me acarician los hombros, haciendo suaves masajes. Yo ronroneo feliz por el placer que aquel mimo me produce, sus labios toc
Luego de una ardua conversación con Jazmín, entre Gabriel y yo pudimos convencerla de que la ceremonia se hiciera en el jardín de su casa. Si no aceptaba, se arrepentiría después, porque este era uno de sus sueños.Desde que salió ese día, luego de la pelea con su madre, no había regresado, por lo que Gabriel se encargó de todos los arreglos en el jardín. Luca me acompaña en este momento, ya que mi hijo espera a su madre para acompañarla al altar.-Gabriel tiene buenos gustos con la decoración – me dice en un tono burlón -.-¿No te gusta estar cerca de Gabriel por sus inclinaciones sexuales?-No es eso, es solo que… no sé.-No te creía con problemas de prejuicios – se encoje de hombros -. A menos que hayas tenido una mala experiencia – abre los ojos y se sonroja un poco -. Ya veo. Te involucraste con una Andrea y terminó siendo Andrés.-Claro que no… - baja la vista y niega con la cabeza -. Fue una María que terminó siendo un Mario… mala his
Estoy recostada en el jardín de la casa de los Cavalcanti. Tanto Pía como Luca nos pidieron quedarnos acá, para mantener la casa con vida y, al decidir quedarnos un buen tiempo aquí.Cierro mis ojos, dejo que el sol me de un poco de su calor y mis recuerdos van viajando por cientos de momentos de mi vida, como cuando me enteré que esperaba a Alex, su nacimiento, sus enfermedades, sus logros, sus penas.Por supuesto, no puedo dejar atrás el recuerdo de esa noche en que lo volví a ver, el único hombre que he amado con intensidad, al único que he entregado. Cuando supe que otra vez estaba embarazada, las palabras de ese pésimo doctor…Y sonrío, porque nada se cumplió. Mi embarazo ha sido tranquilo, excepto hasta la primera ecografía, la que postergué por miedo y por la luna de miel.“-Muy bien, señora Castelli, descúbrase el vientre &n
-Muy bien, Jazmín, ahora vamos a hacer lo que ya sabes – me dice el doctor Jiménez sin dejar su sonrisa de lado -.-Pujar… sí, creo que lo recuerdo – le respondo con cansancio y dolor -.-Nada más que esta vez será el doble – levanta ambas cejas -, pero no estás sola.-No, esta vez no – me dice Piero, rodeándome con sus brazos, para ayudarme a mantenerme sentada, dándome apoyo, su calor y todo el amor que siente por mí -.Se acerca ese dolor que ya reconozco, Piero me da un beso cargado de ansiedad, amor y tranquilidad, todo eso de una vez, suena contradictorio, pero la tranquilidad de ese beso es para mí.Se me va todo el miedo, las ganas de gritar y de decirle a Piero que se vaya, es momento de pujar. -Vamos, linda, puja… - hago lo que el doctor me dice y sonríe -. Eso es, respira… ¡otra vez!Unos minutos después tengo entre mis brazos a nuestro José. Tiene unos hermosos ojos azules, como su padre, pero esta vez no se parece tanto
Miro a mi familia y sonrío feliz.Luego de ser por años solo Alex y yo, ahora tenemos a los mellizos, tratando de correr tras sus sobrinos, que son un poco mayores a ellos, y a su padre.En la celebración de su cumpleaños número uno, Piero no ha escatimado en gastos y sorpresas. Castillos inflables, camas elásticas, carritos de carreras… lo más gracioso de todo es que al parecer los más emocionados son los adultos, porque los niños aún son pequeños para disfrutar de todo eso.Veo a Luca ir con su hijo a todos lados, mientras mima a Emily con postres y bebidas. Alex cuida de Alex Luciano y Lorenzo, Gabriel del pequeño Ángelo. Ver a mi hermano feliz con su hijo me hace sonreír.Y mi Piero.Se acuesta cada noche agotado, pero sonriente. José y Alejandra se han convertido en sus tesoros, en especial su niña.Carga a José, mientras &l