Las razones por la cual Magnus está molesto, son muchas, tanto, que puede hacer una lista ahora mismo mientras conduce solo hacia su club.The Tempting Night Club. El lugar que su padre muerto y su suegro también muerto construyeron. Uno de los clubes sucios más importantes, lo sabe, del cual ha sido descuidado desde que Evangeline llegó a su vida.Simple. No quiso llevarla allí tan seguido como quizás en el pasado lo hubiese pensado. Y es que ese club le trae muchos recuerdos; su primera vez con Alexa, su padre pretendiendo que estaba bien eso, luego su primera vez con Irina, y además, el lugar en donde la castaña los conoció por primera vez.Siente que se le revuelve el estómago al estacionar el auto y ver de reojo cómo uno de esos tantos hombres de dinero se intenta limpiar sangre de la camisa blanca.Si hay algo que no tolera es saber que las chicas salgan heridas más de la cuenta porque eso no es bueno para el negocio. A mucha gente podría parecerle que es mentira, pero actualmen
Son las cinco en punto de la mañana cuando Evangeline se remueve en la cama junto a su hijo. No ha podido dormir nada. Tiene el corazón hecho un nudo de dolor. Llora de impotencia, miedo y decepción.Escucha ruido, pasos, y luego, la puerta de la habitación de Milán. Se queda estática al saber que se trata de Magnus. Su corazón se acelera mientras su rostro se hunde en las manitos de su hijo. Siente cuando el ojiazul se va, y exhala un poco el temor.Entonces, curiosa, se levanta y abre la puerta un poco. Todos duermen en el mismo piso, así que puede ver cómo Magnus entra a la habitación principal. Eva cierra la puerta, recuesta su frente de esta, con la garganta seca, pensando cómo diablos podrá huir. Pierde algunos minutos allí, solo pensando, y quiere intentar dormir, pero escucha gritos en la habitación continua.—¡¿Que hiciste qué?! —es la voz de Irina.—¡Amenazó con delatarnos por las vacunas, y por haber mandado a matar a mi padre!, ¡no iba a dejarlo ir!El corazón de Evangelin
El ojiazul conduce de regreso a la mansión cuando siente que su cuerpo y cerebro va a colapsar.Su crisis aumentó en la madrugada al tener que esconder el cuerpo por sí solo. Mientras lo hacía, veía a Alexa, a su padre, y diferentes rostros desconocidos. Estuvo intentando todo el día actuar normal, olvidarse de lo que hizo, pero no ha podido. Cada llamada que le hacían y cada toque en la puerta esperaba que fuese la policía o alguien diciendo que Track había desaparecido, pero nada.Al entrar a la mansión se encuentra con el silencio. Las habitaciones también están vacías. Entonces se da una ducha, limpia la herida en su pierna y baja de nuevo. Ordena comida rápida aunque la deteste, y al salir al patio se encuentra con Irina en bikini, dentro de la piscina de plástico, con Milán. El niño ríe mientras la rubia le echa chispas de agua en la cara, y el ojiazul sonríe.Sin embargo, esa sonrisa disminuye al ver que el golpe que le dio a la rubia aún sigue allí. Él había prometido jamás a
En cuanto Dexter siente sus labios contra los de la castaña, se paraliza. No puede mover sus labios para dejarse caer en el que posiblemente sería el mejor beso de su vida. En cambio, da un paso atrás y coloca sus manos en los hombros de la chica.Está completamente seguro de que tiene toda la piel colorada ahora mismo.—Evangeline... Esto está mal.Confundida, la castaña aparta su toque.—¿Por qué?, te gusto, ¿no?—Eva... —Y exhala, frustrado—. Echaría a la borda todos mis conocimientos y experiencias como psicoterapeuta si dejo que esto suceda, justo hoy, justo ahora.—No lo entiendo...Juntos siguen caminando sin dirección alguna, mientras el pelirrojo piensa muy bien lo que le dirá.—Puede que para ti sea un beso, Eva; pero más allá de que para mí no significaría solo eso, estás tú. No es bueno que tras tanta carga de emociones quieras tener este tipo de intimidad con alguien más. Esta energía, esa acción; denota más que un "somos amigos que nos gustamos". Significa, después de to
Esa mañana, en cuanto Magnus estuvo listo para ir a trabajar, se encontró con Irina intentando animar a Milán. El niño tenía las rodillas raspadas y el rostro lleno de lágrimas, unas que se detuvieron al ver a su padre.—¿A dónde vas? —le preguntó Irina, pero este la ignoró—. Recuerda que la junta con Evangeline es dentro de diez minutos.Magnus resopló y acercándose a su hijo sonrió. El niño pidió su bendición y él estuvo animándolo esos diez minutos de espera mientras no dejaba de pensar en que sería cuestión de tiempo para que sospecharan de la desaparición de Nev.Irina lo observaba, estaba molesta con él por la terrible noche que la hizo pasar, pero también estaba preocupada. Pues este realmente había jugado con fuego.El ojiazul se preparó en la oficina de su casa para presenciar en línea el discurso de Evangeline. Y en cuanto la vio allí, desenvolviéndose y luciendo tan bien, sus labios se hicieron agua. La extrañaba tanto rodeándolo con fuerza, sus besos húmedos y el sonido de
—¿A dónde estamos yendo ahora mismo? —cuestiona Evangeline con Milán en brazos, mientras suben a un taxi.A penas acaban de desayunar y Eva quería mostrarle el parque privado del hotel a Milán.Irina llegó muy tarde anoche. Casi no tuvieron tiempo de interactuar porque después de una llamada grupal con Magnus se quedaron dormidos. Hasta ahora la rubia no le ha dicho nada sobre el gobernador, y Eva tampoco piensa preguntar. Sólo se han limitado a hablar de la sucursal.—Solo calla y espera —la rubia le dice.—¡Calla y espera! —repite Milán con una sonrisa divertida, por lo que Eva le toma los labios entre sus dedos y se divierten entre cosquillas el resto del camino.Irina los ve con una sonrisa en la cara, y suspira. No sabe cómo en algún momento cuando sintió que iba a perder a Milán, pensó que podría deshacerse de Evangeline. Si ve en los ojos de ambos lo mucho que se aman. Si sabe lo mucho que desearía estar con su madre, si sabe lo importante que es que el niño crezca con tanto a
La rubia pone un pie fuera del aeropuerto de Virginia y sostiene su cartera fina con fuerza. Usa lentes de sol porque no pudo evitar llorar en silencio durante el viaje. De nuevo tiene un nudo en la garganta porque ya sabe cómo podrá sacar a su esposo del conflicto en el que se encuentra y no le gusta la idea. Pero lo hará, porque ama a su familia.Toma un taxi en dirección al Pentágono, especialmente al departamento de defensa, y llama a su esposo.—Hola cariño, ¿cómo te sientes?—Tenemos la coartada perfecta. ¿Y Evangeline y Milán?—Estamos tomando un helado antes de que me acompañen al aeropuerto —miente, pues sabe que Magnus no la sigue—. Pero Evangeline ya sabe lo que ocurre. Lo vio en las noticias ayer.—¿Y qué te ha dicho?, ¿duda de mí?—Por supuesto que no... —responde ella—. Nos quiere tanto que dijo que debo regresar rápido a Washington para apoyarte en su nombre.La rubia escucha un suspiro de su esposo, y sonríe un poco mientras una lágrima le baja por la mejilla.—Te amo,
Son las tres de la mañana y la castaña no logra conciliar el sueño. Descansa su cabeza en el pecho de Dexter mientras ve de lejos a su hijo en medio de la cama.El niño le había suplicado al hombre que se quedara a ver una película con él. El día anterior después de la llamada de Renaud, los tres tuvieron cosas por hacer.Milán pensaba que era un juego. Que su mami Eva lo cambiara de ropa a cada nuevo lugar que visitaban y le tomara fotografías con su teléfono nuevo, comiendo cada cosa, incluso riendo, era divertido.Casi se acercaba la noche cuando Evangeline quiso tomar una fotografía. Dexter cargaba al niño en su cuello y ambos tenían una sonrisa radiante.Ella se encuentra viendo esa foto justo ahora. Tiene ese mal presentimiento, pero sabe que lo logrará. Podrá irse lejos con Milán y Dexter, hasta que todo sea seguro y ella pueda declarar en la corte todo lo que sabe.Pero entonces cierra los ojos y de nuevo todas las cosas que ha vivido con los Keller, cada caricia, buenos y mal