Las clases virtuales para Evangeline se habían convertido en una pesadilla. Tener que estar encerrada, salir a lo necesario, se estaba volviendo tedioso para ella.Había podido dormir bien, Thalia le preparaba un té de manzanilla que quitaba sus malestares. Los vómitos habían aumentado casi con cada comida, eso sí.Se había estado sintiendo intranquila cada que los Keller al llegar se arrodillaban y hablaban a su vientre como si realmente el bebé pudiera escucharlos. Se sentía sensible y con ganas de comer cosas saladas siempre también.Pero peor aún: había estado sintiendo "nada" por la vida que crecía dentro de ella. Lloraba en las noches por sus pensamientos crueles. Ella no tenía problema en saber que estaba ahí, pero, no sentía lo que se supone muchas madres debían y eso la tenía preocupada. Una tarde, decidió hacerle ese comentario a Thalia y Víctor, los cuales almorzaban con ella cuando ninguno de los Keller estaba. Entonces la señora le dijo:—Sólo estás en un estado de shock.
Conforme fueron pasando los meses, con cada mes más cumplido, casi como una religión, tras salir de la consulta y verificar que el bebé estuviera en buen estado, preparaban sus maletas para visitar un nuevo país.Para el segundo mes decidieron llevarla a Tokio, Japón. Allí Evangeline se enamoró de la cultura japonesa e incluso obligó a Irina vestirse junto a ella como una Geisha para un pequeño concurso entre los turistas. Ellas no ganaron, pero les dieron mucha comida y todos salieron felices.Magnus estaba encantado por la energía de la chica y cómo hacía de los momentos más simples los más bonitos.Para el cuarto mes llegaron a Milán, Italia. Evangeline se sintió encantada con los colores y el hecho de que parecía estar en un cuento de hadas. Las personas eran amables, alegres y cálidas, y los platos exquisitos.En el teatro en donde tuvo la oportunidad de ver una obra con los Keller, conoció a una de sus cantantes de música pop favoritas. La mujer reconoció a los Keller, y se tom
Magnus tuvo un leve mareo cuando vio las fotografías del estado en que encontraron el cuerpo de su padre. Los ojos de su padre y Alexa se le cruzaron por la mente y sintió que quería correr. La policía de Washington lo encontró embolsado en la cueva de un vagabundo demente que dijo haber encontrado la bolsa como un regalo. Se descubrió que dos días después de volver a la ciudad, su auto se accidentó cerca de una calle peligrosa. No había cámaras, y el auto fue quemado por unos vándalos al notar que era de un tipo rico. Se concluyó que el vagabundo con antecedentes psicóticos lo había descuartizado. Magnus no quería saber si había estado vivo o ya muerto cuando lo picaron. Tenía el remordimiento pero esperaba que hubiese sufrido, como él y Alexa lo hicieron por tanto tiempo.Le entregaron las cenizas de lo que pudieron cremar de su cuerpo y este se las envío a su madre. No tuvo que dar explicaciones a nadie, ni siquiera se mostró dolido. Se sentía frío y tenía pensamientos profundo
Lo único que puede verse en la habitación es el cuerpo de la castaña suspendido en el aire gracias al columpio sexual. Tiene las manos atadas al arnés de sus propios muslos mientras su coño es comido lentamente por la rubia. Esta última, arrodillada en el suelo, gracias a la presión de la correa y las cadenas atándola también a sus manos y pies, tiene el cuello dolorido.El hombre pasa la fusta por todas las piernas y nalgas de las mujeres; estas ya están rojas y arden debido a los continuos azotes anteriores.Magnus se agacha para quitar de un golpe las bolas anales en el agujero de su esposa y el grito que pega esta hace eco en toda la habitación. La castaña quiere llorar cuando ve las bolas ahora rozar su zona íntima, aun con Irina lamiéndola. Entonces él hace que Irina las meta a su boca, casi atragantándola, y azota con el fusto toda la intimidad expuesta de la castaña. Arde, pica y sus jugos quieren salir pero necesita más.Los ojos de Magnus son mucho más expresivos de lo norm
Otra de las cosas en que Magnus había cedido era a que la chica retomara el contacto con su mejor amigo. Sucedió cuando Eva se enfermó gravemente con neumonía tras vacaciones en Dubái con los Keller. Los médicos dijeron que su gravedad se debía a que la antigua gripe le había dejado los pulmones bastante débiles.Los recuerdos de sus padres volvieron, para ese momento con más dolor porque no quería dejar a su pequeño. Estuvo días metida en una tristeza en donde ni la voz de su mismo hijo la sacaba, entonces fue cuando con voz triste, dijo:—Quiero ver a Jack. Si voy a morir al menos necesito despedirme.El ojiazul no pudo negarse, y cuando vio que Jack era incapaz de ver a Evangeline con ojos de deseo, le dijo al hombre:—Quiero que te trasladen de nuevo, Jack. Tendrás el mismo cargo que tenías en Londres. Irina, y yo necesitamos apoyo aquí, y Evangeline también te necesita.Jack supo que finalmente podía tener la oportunidad de desenmascararlos, y aceptó regresar. Es por eso que se e
—Tengo algunas pruebas de algo que... es realmente terrible —le dice Jack—. Antes de irme escuché algo en el departamento de producción... Pensé que estaban delirando, pero luego estando en Londres lo volví a escuchar.Evangeline, atenta y con su pecho dolorido por toda la carga de sentimientos, lo ve confundida.—¿Qué es Jacky?—¿Recuerdas aquella vez, cuando recién llegaste, en que Control de Calidad visitó la empresa?Evangeline asiente rápidamente. Lo recuerda perfectamente porque ese día ocurrieron muchas cosas importantes, cosas que la hicieron llegar hasta aquí, y eso le duele.—Recuerdo que tuve que llamar a Nev Track. Irina estaba molesta porque Magnus me pidió hacerlo. Pero él se veía preocupado... como si escondieran algo.Entonces Jack exhala.—Lo hacen, amiga mía... ocurrió ya hace tiempo —le dice—. Pero... Hay un lote de vacunas Keller que de la noche a la mañana... desapareció. No hay ningún registro actual de ellas, ese primer lote, esa primera muestra que salió a la c
Milán llora cuando Eva le dice que ya ha comido demasiadas gomitas por hoy. Se encuentra en la cocina haciendo el almuerzo, ya que Thalia se ha resfriado y le han dado la semana libre, por lo que su esposo se ha quedado también a cuidarla.—¡Quiero a mami Irina! —refuta él cruzando sus brazos.Evangeline lo mira y se siente aterrada de solo pensar en la probabilidad de que cuando quiera huir, el pequeño escoja estar con ellos.No sabe qué decirle a su hijo ahora porque sus sentimientos se encuentran al ver a Magnus, sin camisa y con su pantalón de oficina, caminar hasta ellos. Se le corta la respiración porque el cuerpo que este ha conseguido con estricto ejercicio los últimos años, no le es indiferente.—¿Por qué lloras, hijo? —le pregunta, pasándose al lado de Eva pero frente a frente con el niño—. ¿Qué te ha hecho mami Eva?—No le he hecho nada —dice ella entre dientes, mientras corta los tomates—. No va a comer más gomitas por hoy. Ella escucha a Magnus chistar pero no le hace ca
—Wow —ella dice—. ¡Doctor Dexter French...!—Ay, basta. —Él sonríe sin dejar de verla—. Licenciada Evangeline. Es un gusto volverte a ver.Ambos asienten y se quedan unos segundos en silencio, mirándose, sin aún creer que de verdad están ahí. Es el pelirrojo quien rompe el hielo, y con una risa nerviosa, le arrima la silla para que esta se siente, y luego alza la mano para llamar al mesero.—¿Comiste?—La verdad no... —Eva responde, y se muerde el labio con disimulo.Él se siente intimidado, pero le preocupa ver que ella tiene puntos en su frente y una pequeña cinta que se deja ver debajo de ese gorro pastel.—Ah, entonces, dos almuerzos e... ¿que nos sorprendan? —cuestiona a Eva, y esta recostando el mentón de su propia mano asiente hacia al mesero.Dexter sonríe de nuevo. Tiene las mejillas rojas. Eso le conmueve a la castaña, pues al menos en eso sigue siendo el mismo.—Felicitaciones. Eres una mujer de negocios ahora.—Y tú todo un gran especialista —lo elogia—. ¿Estás aquí por