Me quedé en estado de shock, viendo a mi padre caer al piso, como si todo estuviera en cámara lenta.

—P… papá… —dije asustada, intentando sentarme en la cama.

Pero tenía problemas más graves ahora. Ya que la mujer que había atacado a mi padre ni siquiera me miró, como si yo no fuera importante, y caminando hacia el otro lado de mi cama, tomo la cuna de mi bebé para alejarla de mí.

—¿Qué hace? ¡No! —grito alterada, viendo como ella se lleva a mi hija.

¿Qué hago? ¡Esta demente está llevándose a mi niña!

A duras penas me siento en la camilla, cada segundo cuenta y se vuelve un infierno, mientras desde mi posición veo como ella toma a mi bebé en sus brazos, sacándola de su cuna. Me encuentro alterada, pero como puedo tomo el comunicador del hospital, y presiono el botón que llama a las enfermeras con fuerza y varias veces, intentando que alguien viniera a ayudarme.

—¡Espera, por favor no te la lleves! —le suplico aterrorizada.

Con los ojos llenos de lágrimas, veo como la mujer me da una m