Mi corazón estaba latiendo desbocado, mientras sentía los tibios labios de Iván sobre los míos, dándome esos besos apasionados…—Iván… Dios… Esto está mal… Deberíamos parar… —digo entre los besos.Mi corazón estaba latiendo desesperado, ya que no podía olvidar donde estábamos, en su oficina, con la puerta sin seguro, y Anthony en el exterior. Mi cuerpo estaba muy caliente, yo también quería hacerlo, ¿Pero no era esto demasiado riesgoso? Me sentía aún mucho más nerviosa al considerarlo.—No… —se niega él en rotundo, haciendo que mi cuerpo entero vuelva a estremecerse.Su voz había sonado tan clara en uno de mis oídos que me hizo temblar, ya que aun si mi mente no lo deseaba, mi cuerpo sí.Mis ojos se cierran y un suspiro de placer se escapa de mis labios cuando siento sus besos calientes en mi cuello, mientras sus manos toman mis caderas, masajeándolas con suavidad entre sus grandes dedos. No podía apartar su cuerpo del mío, aunque en realidad… Yo no quería apartarlo. Y a pesar de que
Abrí los ojos encontrándome con un lugar que no conocía.—¿Dónde…? —susurro asustada, sentándome en esa cama de golpe.—Que ruidosa eres…Algo sorprendida, me giro en dirección a la voz masculina que me había hablado, encontrándome con Iván, quien estaba acostado a mi lado en esa cama.¿Dónde estamos?El día anterior literalmente lo hicimos en todos lados en su oficina, sobre su escritorio, en la silla de su oficina, en uno de los sofás… Fueron tantas veces y por tanto tiempo que creo que caí desmayada.No tengo tan mala resistencia en el sexo, pero desde que estoy embarazada creo que todo se ha vuelto más cansado. Vaya… Solo son cuatro meses desde que empecé con esto, si continuo de esta forma, ¿Cómo voy a aguantar nueve meses a su lado? Es una locura…Después de haberme desmayado, supongo que Iván me trajo a su casa. Así que ahora mirando a mí alrededor, me doy cuenta de que estamos en su habitación. Es… Interesante.Cuando éramos niños nunca había entrado aquí, ya que su padre y mi
Después de pasar mis clases matutinas con el profesor Stone regrese a la mansión de mi familia, las cosas han estado un poco más tranquilas, mi padre y yo no hablamos mucho, pero lo prefiero de esa manera, porque no quiero tener más sorpresas desagradables con él sobre la “decepción” que significa mi vida a su lado.Como sea, no es como que está sorprendida del tipo de opinión que tiene mi padre sobre mí, ya lo sabía, pero a veces la verdad duele.Cuando llego a casa me encuentro con mi madre, la cual no está sorprendida de verme fuera con Iván. Creo que volverte un adulto te da este tipo de beneficios, no tener que darle tantas explicaciones a mis padres, ya sea que les gusten o no mis decisiones, creo que ser un adulto me da la posibilidad de tener más privacidad.—Tu hermana vino más temprano queriendo hablar contigo —me dijo mi madre.—¿Alicia? ¿Y sabes que quería? —le pregunto.—No me lo dijo, pero no creo que haya sido tan importante, porque me dijo que podía esperar.—Ya veo… E
Y entonces llegó, el día tan esperado por absolutamente todos en mi familia, el día de mi boda.Pero no era un acontecimiento feliz, en absoluto.Después de mi reunión con Peter, Alicia no volvió a venir a casa o a responder mis llamadas. Al inició traté de contactarme con ella por la furia que sentía, quería gritarle e insultarla, ya que se había atrevido a traicionarme de esa forma al entregarme con Peter. Pero Alicia nunca respondió ninguna de mis llamadas, llenándome de incertidumbre.Ahora ya era claro que mi hermana sabía que estaba embarazada, pero yo no había visto ningún cambio en Iván todos estos días, así que no comprendía porque no le había dicho sobre mi embarazo, ¿Acaso me tuvo algún tipo de piedad?—¿Estas lista, querida? —me preguntó mi madre, abrazándome suavemente por la espalda.Regresando a mis sentidos, recuerdo que estamos en una habitación privada en la parte posterior del salón donde íbamos a celebrar la ceremonia de la boda, habíamos llegado ahí hace un par de
A veces me pregunto… ¿Por qué siempre huyo de mis problemas?Nunca he sido una persona especialmente buena en los confortamientos o las peleas, tengo una personalidad más calmada, y por eso no me gustan los gritos o los insultos, me ponen demasiado mal. Es por eso que a veces reacciono… De una forma algo cobarde.Por ejemplo cuando descubrí que Peter me estaba engañando, no realicé la típica escena de las telenovelas, en las que entro gritando a la habitación y armo un escándalo. Lo que pasó fue un poco más deprimente, llegue a mi departamento por que salí temprano del trabajo, los encontré en mi cama, llore un momento en el pasillo, y luego me fui.Peter no supo que lo había descubierto hasta que un abogado de mi padre lo contactó para hablar del divorcio, solo entonces fue a buscarme a la casa de la amiga con la que me estaba quedando para tratar de resolver la situación, le importó tan poco que en más de una semana ni se le ocurrió buscarme. E incluso cuando vino por mí, yo solo es
—¿Tu ya sabias de mi embarazo?Al hacer esa pregunta, siento como si el aire escapara de mis pulmones a una velocidad anormalmente rápida, ¿Qué demonios está ocurriendo aquí?Ni en mis más salvajes sueños creí que Iván podría llegar a saber que yo estaba embaraza, ¿Desde cuándo? ¿Cómo lo supo? ¿Está enfadado?Y aunque todas esas preguntas están enloqueciéndome por dentro, hay otra duda más importante aún que necesito descifrar cuanto antes: ¿Cuál va a ser su reacción?Pero para una sorpresa aun mayor, Iván luce extrañamente calmado. Esta sentado a mi lado en la playa, admirando el mar en silencio, como si esperara pacientemente a que yo le dijera algo. ¿Acaso este tipo es inmune a la ansiedad? No puedo comprender como es posible que vaya así por la vida, diciendo este tipo de cosas, y luego luciendo tan tranquilo.Esto no es para nada lo que yo había imaginado.—Sí, ya lo sabía —respondió Iván, con cierta obviedad.—¿Pero cómo? —en mi mente muchas posibilidades se hicieron— ¿Te lo dij
Se siente… Sumamente bien. Poder besar sus labios, y nuevamente volver a tocar su cuerpo, si hubiéramos estado en un lugar algo solitario, no dudaría en abalanzarme a él y hacerlo mío, pero tenía que recordar que estábamos en una playa, con bastante gente a nuestro alrededor.Después de varios segundos de un intenso beso, los dos nos esperamos, mirándonos a los ojos muy enamorados. Nunca había sentido esto por un hombre, ni siquiera por Peter que consideraba mi primer gran amor, este sentimiento mutuo de enamoramiento, nunca había sentido que alguien me ame de la forma en la que lo hace Iván.—¿Qué haremos entonces? —me pregunta él mirándome a los ojos.—¿Yo seguiré tomando las decisiones?—Tal vez deberías… Porque si empiezo a tomarlas yo, probablemente pediría ir a una habitación de hotel para quitarte ese vestido…No puedo evitar reírme con las tontas palabras de Iván, ¿Acaso me deseaba tanto? Se sentía muy bonito ser amada y deseada de esta forma por un hombre.—Tal vez es algo ta
¿Así es como se siente la verdadera felicidad?—Ahora esto puede reemplazar tus malos recuerdos, cuando te casaste con ese idiota, y no conmigo —me dijo Iván con firmeza, tomando mi mano para ponerme un anillo de oro, sellando así nuestros votos de la boda.Antes solía pensar que el día más feliz de mi vida fue el momento en el que me casé con Peter en la alcaldía de Nueva York, rodeada de sus amigos, quienes aplaudieron e hicieron un escándalo cuando él y yo firmamos los papeles del casamiento.Pero esa no era la verdadera felicidad…Ahora que he firmado los papeles de nuestro matrimonio con Iván, diciendo nuestros votos frente a un hombre cansado en una ventanilla, en este lugar tan solitario, nadie había celebrado o aplaudido por nuestra boda, solo estuvimos él y yo, diciendo que nos amábamos y dándonos un beso al terminar todo.Esto es la verdadera felicidad.—Te amo… —dije finalmente mirándolo a los ojos, buscando sus labios para besarlo otra vez.No sé si mis recuerdos de mi pri