Capítulo XVI

Narra caían.

Salimos temprano en el auto, solo llevábamos un maletín pequeño con algún cambió de ropa. La sede de los Jakä quedaba a ocho horas de la comunidad, se encontraba en un santuario privado y alejado del cualquier pueblo o ciudad terrestre cercana, su ubicación exacta solo era compartida con los alfas de cada manada existente. Mí luna se había quedado dormida en el asiento, se veía tranquila y muy hermosa. Tenía miedo de perderla, porque este sentimiento lo he estádo sintiendo desde que la conocí y no podía entender porque.

***

Habíamos llegado a un camino sin salida, pronuncié algunas palabras para abrir las puertas al santuario, a simple vista solo se visualizaba árboles y un camino de pavimentación estancado, pero mágicamente frente a nosotros apa
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