~Pov del Narrador~
Ese fin de semana fue una tortura para Mike Dittrich. Estuvo en su departamento devanando sus pensamientos en la cama cómo un muerto viviente.
No dejaba de pensar en Helena, no entendía porque ahora después de volverse a encontrar con ella no había sentido mas que un ambiente familiar, entonces no entendía que era lo que sucedía.
Y su situación empeoraba... Se había acostado con su jefa.
>>Ahora sí están en el fondo imbécil<<
La mañana del domingo se levantó algo tarde se organizo y después de vendar su mano por el golpe del día anterior salió de su departamento rumbo a la casa de Helena.
Necesitaba aclarar la situación. Si enfrentaba de cara sus sentimientos podría hallar una respuesta. O ese creía.
Estacionó con sus emociones siendo un remolino en sus entrañas, paso su mano por su cabello tomando aire para descender y llegar a la casa de Helena.
—Mike , Bienvenido— exclama el padre de Helena que se encontraba en su jardín delantero.
—Buenas tarde