P.O.V Adrien Como carajos es que termine desnudó y más que Eileen me miro. Ahora veo que no fue buena idea estar con esas chicas. Pero a ver Adrien recuerda que fue lo qué pasó. Me siento en una de las sillas de descanso, colocándome las manos en la cabeza mientras intento recordar los eventos de la noche anterior. **Recuerdo que llegué con ellas, me dieron una bebida, y pasé un rato en el agua con ellas. Una de ellas quiso que la besara, pero yo no acepté. Me sorprendió porque no tenía intención de besarla, pero al menos estaba dispuesto a tocarla. Sin embargo, ella y su amiga se molestaron y se fueron. Poco después, regresaron con otra bebida y me la ofrecieron como una especie de "ofrenda de paz" por el intento fallido. Bebí lo que me dieron, y poco después empecé a sentirme mareado. Luego, mi memoria se vuelve borrosa. ** —Esas dos víboras me drogaron o me dieron algo en la bebida. Estoy seguro de que me desvistieron y me dejaron aquí tirado —murmuro con enojo. Me levanto
P.O.V Eileen Noté que Adrien no apartaba la mirada de mí durante la sesión de fotos. En su mirada había un deseo evidente, casi tangible. Al principio, eso me resultaba emocionante; era halagador saber que mi cuerpo le provocaba esa reacción. Pero ese entusiasmo se desvaneció rápidamente al recordar cómo lo había encontrado la última vez. Después de la sesión de fotos, regresé al hotel y me encerré en mi habitación, dándole vueltas a todo lo que había pasado. Entonces recordé las palabras de Casandra, que me dieron la determinación de actuar. Me di un baño rápido y me puse un elegante vestido de playa blanco con encaje, y debajo, un traje de baño blanco. Solté mi cabello y me apliqué un maquillaje ligero. Antes de salir, le dejé comida y agua a Tom, y tomé mi bolso blanco a juego con mi atuendo. Salí del hotel y me dirigí al minibar junto a la playa. Al pasar por la piscina, vi a Adrien sentado allí. No lo miré directamente, pero pude verlo de reojo. Pasé de largo y llegué a
Mierda, ¿cómo es posible que Adrien esté en mi habitación? Veo una copa y una botella de licor en el buró al otro lado de la habitación. Observé cómo comienza a moverse lentamente. Abre los ojos y me mira.—¿Qué haces aquí, Adrien? —le pregunto, furiosa.Se reincorpora y se sienta en la cama, mirándome intensamente.—¿No es obvio? Estoy esperándote —responde con una expresión seria.—¿Cómo entraste? —le cuestiono, aún molesta.Se levanta de la cama y se acerca a mí. Retrocedo hasta que siento la pared a mi espalda.—Dejaste la puerta abierta —me dice, acercándose aún más.Apoya sus brazos a ambos lados de mi cabeza, en la pared. Nos miramos a los ojos, intensamente.—¿Estás borracho? —le pregunto, notando un ligero olor a alcohol.—No. Estoy consciente. Solo me tomé una copa, al igual que tú. Pero a diferencia de mí, yo estaba solo y tú tenías buena compañía — responde con un tono celoso.Sus celos me dan la oportunidad perfecta para provocarlo.—Qué lástima, ¿no me digas que estás ce
P.O.V Adrien Me dirijo al baño, tomo un poco de papel, envuelvo el preservativo y lo arrojo a la basura. Luego, hago mis necesidades, me lavo las manos y me echo agua en el rostro. Cojo la toalla y me seco, observándome en el espejo. A través del reflejo noto algo rojo sobre mi hombro y, al girarme un poco, veo las marcas de los rasguños que Eileen me dejó. Algunas de las marcas me duelen, confirmando que ella realmente era virgen. Al pensar en lo bien que se sintió, noto cómo mi miembro comienza a despertar de nuevo. Lo tomo con mi mano y acaricio la punta; siento un ligero malestar, no un dolor fuerte, pero sí una molestia sutil. Supongo que es normal, nunca había estado con una virgen y, además, entré en ella con un poco de fuerza. Decido dejar de pensar en eso y salgo del baño. Veo a Eileen, hecha una bolita, cubierta con la sábana. Me acerco a la ventana para cerrar las persianas. Me giro y observo su hermoso rostro, durmiendo tranquilamente. Me siento en el pequeño
P.O.V Eileen Veo que Adrien se ha marchado, así que suelto un suspiro y me siento en la cama. Mi mente empieza a revivir los recuerdos de lo ocurrido anoche. Me sorprendió mucho encontrar a Adrien aquí. Pensé que se iría después de conseguir lo que quería. Incluso intenté hacer que se fuera al decirle eso, pero parece que no era su intención. Sin embargo, siento una mezcla de culpa y confusión. Él fue mi primera vez y no puedo entender cómo sucedió. ¿Cómo me entregué a él? Siento que he decepcionado a Christian, a quien le prometí que él sería el primero. Mira lo que acabo de hacer. Lo que más me sorprende, y también me asusta, es que todo lo que hizo Adrien me gustó mucho. Fue muy atento y gentil conmigo. No sé cómo enfrentaré a Christian, pero sé que tendré que decirle la verdad. Mi mente está hecha un mar de dudas. Lo que tengo claro es que no permitiré que Adrien juegue conmigo. No puedo permitirme ser una mujer tímida. Sé que él tiene una novia o algo por el estil
P.O.V Eros Han pasado varios días desde que mi hermana se fue de viaje de negocios. Debo admitir que ella es excelente en su trabajo; me dejó casi todo listo. El casting es mañana, así que he decidido adelantarlo un poco. Me siento algo decepcionado por no poder participar, pero primero está el negocio familiar. —Señor Eros, ya todo está listo para el casting de mañana —escucho la voz de la asistente de mi hermana, Katia. —Gracias, Katia. ¿Cuántas participantes hay este año? —le pregunto mientras reviso unos papeles. —Como ordenó la señorita Rossi. Primero será el turno de las mujeres mañana y, la siguiente semana, el de los hombres —me responde. —Perfecto. Entonces puedes marcharte, Katia. Nos vemos mañana en el casting —le digo. Escucho el sonido de sus tacones alejándose a medida que sale de la oficina. Dejo el documento que estaba revisando y pienso para mí mismo: "Mi hermana tuvo una gran idea al incluir más hombres este año. Esto nos permitirá expandirnos mucho más.”
P.O.V Adrien Observo cómo ese hombre está hablando nuevamente con Eileen. La frustración me embarga al ver que ella sabe que estoy aquí y continúa conversando con él. Cuando ella se va, él también lo hace. Decido seguirle rápidamente para alcanzarla, pero veo que entra al hotel y luego al elevador. Intento seguirla, pero las puertas se cierran antes de que pueda entrar. —¡Maldición! —los celos me consumen. Entonces, veo al señor Abadí acercándose a la recepción. Se me ocurre un plan y espero que él pueda ayudarme. Corro hacia él para alcanzarlo. —Señor Abadí —le llamo, deteniéndose de inmediato. —¿Señor Giordano? —me saluda, algo sorprendido. —¿Puedo pedirle un favor, señor Abadí? —le digo, notando que me mira con curiosidad. —Claro, ¿en qué puedo ayudarle? —Sé que no es conveniente pedir esto, pero ¿podría darme una copia de la tarjeta del cuarto de la señorita Eileen? —¿Por qué debería dársela? —me pregunta, con una expresión de desconfianza. —Le seré sincero,
El ambiente en la habitación se torna tenso y cargado de emociones. Mientras Adrien se acerca, no puedo evitar sentir una mezcla de confusión y desafío. —Sabes, existen calzoncillos para tu información —le digo, intentando mantener mi postura firme a pesar de la situación. —No creo necesitarlo esta noche —responde con una determinación que solo acentúa el desafío en el aire. Adrien se acerca aún más, con una mirada que mezcla enojo y una intensidad depredadora. Me observo en el espejo, dándome cuenta de la situación: él está completamente desnudo, y yo estoy en una posición en la que no tengo mucho margen para moverme. —Dime, ¿te gustó lo que te hizo él? —pregunta, su voz cargada de una tensión que no puedo ignorar. Decido aprovechar su confusión para jugar un poco más. —Y si te digo que sí, ¿qué harás? —le contesto, provocadora. Veo cómo aprieta la quijada y antes de que pueda reaccionar, Adrien me carga de manera inesperada. Coloca mis piernas alrededor de su cintura y