[SANTIAGO]
La siento apoyada sobre mi torso mientras dibuja figuras sobre mi piel con su dedo índice; de está manera abro mis ojos para encontrarme con los suyos azules que se han vuelto la luz de mi vida. Me lanza una sonrisa sugerente y se muy bien que es lo que me propone.
— ¡Buenos días! — Le digo mientras que hago que su cuerpo quede debajo del mío y la besó entrelazando nuestras manos a cada lado de nuestros cuerpos.
— ¡Bueno días amor! — Me saluda.
Entre nosotros las palabras sobran en este momento porque nuestros cuerpos hablan por si solos, me necesita y yo a ella. Nuestras manos se deshacen de las pocas prendas que lleva puesto el otro y así quedamos de la manera que más nos gusta.
— Te amo tanto...— Pronuncia a mi oído mientras que la hago mía.
— Y yo a ti... — Susurro.
Nos
[SANTIAGO]Esperarla a que termine de hablar con Pedro ha resultado más aburrido de lo que creía, pero según él antes de tomar una decisión definitiva en cuanto a la oferta que ella le hizo de que se hiciera cargo de la empresa, él necesitaba hablar a solas con Azul. Afortunadamente el café de la empresa hace más amena está espera y mientras tomo un exquisito café revisó mis redes sociales y correos electrónicos. La noticia de mi casamiento con ella no ha tardado nada en filtrarse en la noticias y asimismo los comentarios en mis redes sociales. Las repercusiones son variadas, mucha gente está feliz porque estoy feliz y otros cuantos están indignados o sorprendidos de que haya mantenido esta relación en secreto. Me limito a leer y mantenerme al margen de contestar mensajes hasta que de repente, la pantalla de mi móvil me notifica de un mensaje de mi prometida y
[SANTIAGO]Abro el sobre que me ha entregado bajo su atenta mirada y puedo sentir que no está cómoda con este asunto. Saco los papeles y detenidamente comienzo a leer. ——¿Un contrato prenupcial?— Pregunto mirándola.— Amor, de en serio que no es algo mío; estaba en el testamento de mi padre... Yo estoy dispuesta a firmar uno igual para ti, ya sabes división de bienes y todo eso— Dice bastante apenada.Sus palabras me toman por sorpresa «¿de verdad cree que necesito que firme un contrato prenupcial?» La amo y tengo muy en claro como es ella.— Tranquila, yo no necesito nada.— Le respondo sonriente. — Por lo que entiendo en estos documentos esto es algo que tu abuela y tu madre han firmado; al parecer es una exigencia de las juntas directivas desde los inicios de la formación de la empresa.— Le explicó.—
[AZUL]Finalmente, después de haber regresado a Barcelona luego de haber estado en Los Ángeles por casi tres semanas, hoy llega el gran día de elegir el vestido de novia. Con mis piernas temblando entro al local que hemos elegido con Lucia e Isabel, afortunadamente ellas están en mi vida y tengo alguien que quiero mucho con quienes compartir este momento tan importante.La asesora se acerca a nosotras y me comienza a hacer varias preguntas acerca del tipo de vestido que quiero. Claramente se ha dado cuenta de mi embarazo ya que hace pocos días entre en el tercer mes y ya se nota algo. Le doy una idea del tipo de vestido que me gustaría bajo las atentas miradas de ellas e Irene, la asesora sonríe; aparentemente tiene algo como lo que le estoy describiendo. Ella se retira en busca de los vestidos para que me pruebe y nos invita a tomar asiento mientras nos ofrecen algo de tomar.— ¡Estoy tan
[AZUL]Tal cómo lo ha prometido lo veo llegar mientras estoy desayunando. Demasiado emocionada por la sorpresa que me ha dejado anoche en nuestro cuarto me levanto y camino rápidamente hacia el bajo la atenta mirada de toda su familia.— ¡Mi amor, no tienes idea de cómo te he extrañado!— Le digo mientras prácticamente me cuelgo de él.Puedo sentir su sonrisa sin siquiera verlo, él me abraza cuidadosamente ya que últimamente ha tenido mucho miedo de hacerle daño al bebé.— ¡Yo también te he... los he extrañado mucho!— Me responde contento.Sus manos suben por mi espalda hasta llegar a mi cuello y cuando lo hacen se posicionan a cada lado de mi rostro, lo toma y hace que nos miremos. De está manera mi boca le da la bienvenida a la suya, un bello reencuentro que dura hasta que su familia comienza a aplaudir tal como si est
[AZUL]Santiago no me ha dejado ver nada durante todo el camino ya que ha vendado mis ojos y aquí estoy caminando a ciegas siguiéndolo. La verdad es que no temo en seguirlo ¿cómo no hacerlo? Lo amo tanto que soy capaz de hacer cualquier cosa por él.— Quiero que sepas que lo que verás es mucho más importante de lo que tú crees. — Me dice y puedo sentir sus nervios en su voz.— Ya te dije que seguro que me encantará tu sorpresa sea lo que sea.— Le respondo entre risas intentando darle seguridad.— Es que cariño, hay algo que debes saber...—— ¿Qué?— Pregunto con dudas mientras que con mis manos intento encontrarlo, pero al parecer él está a varios pasos de distancia de mi.— Antes de que veas el lugar quiero qué sepas que es muy especial ya que es un proyecto que tu padre y
[SANTIAGO]La veo sentada en el asiento del pasajero en el auto mientras se mira en el espejito de la visera y se arregla su cabello; luce tan preciosa que solo tengo ganas de perderme en sus labios. Si fuera por mi, la llevaría de regreso a nuestra futura casa para recorrer todos los rincones mientras le hago el amor, la he extrañado tanto en esté corto tiempo que estuvimos alejados que siento que la necesito más que nunca... sin embargo mi familia nos espera para almorzar; cosa que ella no se imagina.— ¿Dónde me llevas ahora?— Me pregunta al ver que he tomado otro camino.— A almorzar... mi hija y tú deben alimentarse.— Explico.&
[SANTIAGO]Con sus manos entre las mías y sus ojos vendados desde hace mas de 10 minutos la ayudo a bajar del auto después de aparcar enfrente de nuestro destino.— ¿Dónde me estás llevando amor mío?— Me pregunta con esa sonrisa que se ha convertido parte esencial de mi vida.— Tres pasos más y te prometo que te quito la venda.— Respondo entusiasmado.— Uno... dos... tres...— Cuenta mientras sigue caminando.Su acción me hace reír y por ende desconcentrarme un poco de este momento romántico. — Vaya que eres literal eh... — Le digo sin poder parar de reírme.— Tú fuiste el que me dijo tres pasos... — Se defiende inocentemente mientras intenta buscar mi rostro con una de sus manos.Esquivo su mano para que no pueda tocarme y hago que siga caminando hasta que finalmente llegamos al sitio ad
[AZUL]Estoy en mi lugar favorito en el mundo, sus brazos. Estamos en la tina que extrañamente esta dentro de la habitación a pocos metros de la cama en dónde hace pocos minutos hicimos el amor de una manera única. Creó que este es el mejor momento para hablar del tema.— Mi amor...— Le digo para llamar su atención ya que está perdido dibujando figuras imaginarias sobre mi espalda.— Dime mi niña.— Me responde volviéndome a acercar sobre su pecho y apoyando su cabeza sobre mi hombro.— He estado pensando bien lo del nombre de nuestra hija y creo que he encontrado uno que nos gustará a ambos.— Comento sonriente al recordar nuestros desacuerdos en este tema.— Soy todo oídos... —Expresa y sé que está sonriendo por el tono de su voz.Realmente espero que le guste el nombre porque he estado d&iacu