Por fin!
Mis dedos recorren su piel y me siento novato, nervioso.

No me canso de ver ese cuerpo que me despierta tantos sentimientos y pasiones.

Si ella fuera consciente del poder que tiene sobre mi.

Me pongo a horcajadas sobre su cuerpo fragil y su calor hace que mi miembr* de por sí duro como una roca se levante hasta ser doloroso por las ansias de penetrarl*.

Su cuerpo parece moldeado justo a la medida, esos pechos duros y deseables que me invitan a tocarlos, su vientre plano y esas caderas que son mi perdición.

Paso mis dedos por sus labios carnosos que hace tan solo unos minutos me han echo ver estrellas al darme tanto placer. Al sentir el roce ella los atrapa chupandolos con fuerza y gimo al recordar la sensación de su lengua en mi punta ¿Si así es siendo inexperta, como será cuando se tome más confianza?

Pego con fuerza mis labios a los suyos saboreando cada centímetro con hambre y necesidad de retener su aliento, de que no quede un espacio que mi lengua no pruebe.

Su respiración agit
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