Veo a Victoria descontrolada y la punzada de culpabilidad me invade, yo soy quien ha provocado que ella esté así.

Sus exigencias y demandas por tenernos en otro momento me habrían puesto feliz.

Pero se que no es ella quien manda en su cuerpo y sus deseos, es esa maldita droga la que la hace actuar como un animal en celo!

No se ni que hacer, trato de calmarla, pero no lo logro. Es mas fuerte y temperamental de lo que parecia y la palabra no es algo que en este momento no admite.

Y si a su ansiedad le sumamos que los dos estamos desnudos y con una fuerte erección solo hace que sea más difícil convencerla.

Pronto mis argumentos se vienen abajo y ella cabalga desesperada sobre mi miembr*.

Dios!!! Como disfruto de esta versión cachonda y caliente de mi Victoria!

Sus movimientos me hacen venir en cuestión de minutos, y eso siendo honesto y sin nada de ego es algo que no me había pasado nunca antes! Pero en mi defensa es una fiera en la cama hoy.

Ella quisiera que fuera rudo pero no puedo