Un dolor inexplicable

Sara llegó al siguiente día desesperada, pues recordó el error que había cometido al no sacar los papeles del montón de documentos que tenía que firmar Emily la noche anterior, tanto así que le rogaba al cielo porque ella no los hubiera firmado o los hubiera descubierto.

Esa mañana tenía un semblante terrible, no concilio el sueño, no sabía cómo decirle a Emily lo que estaba pasando.

—Sara ¿estas bien? —Emily le pregunto confundida

—Si, Emily ¿en dónde están los documentos que debías firmar anoche?

—Ya el mensajero vino por ellos, tranquila ¿Por qué? ¿quedo algo pendiente?

Sara palideció en ese instante.

—No, solamente preguntaba…bueno voy a trabajar

—¿estas bien?

—Si, solamente amanecí un poco indispuesta de salud, es todo.

Sara maldijo para sus adentros, no sabía de que manera le iba a explicar a Emily lo que le había acabado de hacer, ahora tenia que convencer a David de que no la fuera dejar en la calle, que todo tenía solución.

Con sus manos temblando, saco