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Capitulo 2: Fuera de los Muros

El grupo se encuentra en camino a las cercanías de Boston, para Duck es un viaje rutinario más del montón, nada nuevo que ver, para David y Verónica un paseo sumamente aburrido, para Sarah un nuevo mundo.

- ¿Y si no encontramos nada? - pregunta David por simple curiosidad, a lo que Duck como líder nato ordena -Llevas preguntando eso desde hace una hora, cállate. -

- ¿Y si encuentro una lata de comida y me da hambre? - vuelve a preguntar David con curiosidad, tentando a la paciencia de Duck, quien solo responde -David…-

- ¿Y si aparece una criatura y me dan ganas de orinar? - vuelve a preguntar David, en este punto Duck y las chicas ya se encuentran un poco fastidiados

-David. - dice Duck algo serio.

- ¿Y si la criatura quiere orinar? - vuelve a insistir Duck, detrás de él, Verónica y Sarah fantasean con ahorcarlo para que se calle, pero David vuelve a las andadas.

- ¿Me tengo que esperar a que termine o corro antes de que termine de orinar? - finalmente Duck pierde la paciencia.

- ¡SI NO TE CALLAS, JURO QUE VIAJARAS ATADO AL CABALLO COMO LAS PIELES DE ANIMALES! -

Finalmente, Duck se calla, tras un largo rato llegan a Boston, al bajar de sus caballos, Verónica abre un mapa donde tienen una zona previamente registrado, expandida a lo que ya han ido a buscar en viajes anteriores.

- Hay sitios donde no hemos ido, una cafetería, una gasolinera, hay mucho que hacer. - dice Verónica mientras observa detenidamente el mapa lleno de garabatos y dibujos mal hechos.

- Entonces, manos a la obra. - ordena Duck, haciendo que todo el mundo se separe un poco.

Sarah se dirige a la gasolinera, es muy grande, las ventanas se encuentras tapadas por dentro pero no hay señales de vida, ella intenta abrir las puertas, pero la cerradura está bloqueada.

Sarah saca su cuchillo e intenta forzar la cerradura con él, pero hay algo raro en el ambiente, al acercarse a la puerta nota un olor putrefacto, ella mira hacia los lados, pero no ve nada más allá de Verónica acercándose.

Sarah no le toma importancia y finalmente hace ceder la puerta, esta se abre de repente y algo cae al suelo, por poco que le cae encima a Sarah de no haberse quitado a tiempo, es una persona muerta en un avanzado estado de descomposición, uno de sus ojos se desprendió de su cuenca por el impacto, las moscas que estaban encima de él hacen un alboroto. Sarah se aleja lentamente, intentando contener el vómito, en eso una mano toca su hombro, ella da un sobresalto.

- Ey ¿Qué pasa? - pregunta Verónica, haciendo caso omiso al cadáver descompuesto.

- Que susto… ¿no…no lo ves? ¡Un maldito cadáver! - dice Sarah exaltada, a lo que Verónica lo mira detenidamente y, con un tono serio pregunta - ¿Trae algo útil?

- ¡¿Qué?! ¿Lo dices en serio? ¡ES UN MUERTO! - contesta Sarah, Verónica simplemente hace un sonido burlón con su boca y dice-Los cadáveres suelen tener cosas interesantes, revísalo…es parte del trabajo. -

Sarah voltea a ver al cadáver y a Verónica varias veces, una cada vez más veloz que la otra.

- ¿Sa…Saquearlo? - pregunta nerviosa

Verónica asiente lentamente y hace un sonido afirmativo con los labios

-: O…k…yo voy a…- dice Sarah mientras acerca su mano temblorosa al cadáver y rápidamente voltea a ver a Verónica.

- Si lo saqueo…- dice Sarah mientras se rasca los brazos, Verónica le contesta –Ok, hazlo-

Sarah acerca su mano temblorosa al cadáver y rápidamente voltea a ver a Verónica de nuevo

-Si lo saqueo…-

- Bueno, saquéalo. - contesta Verónica nuevamente, observando como Sarah acerca su mano temblorosa al cadáver y rápidamente voltea a ver a Verónica de nuevo.

- Si lo saqueo…- dice Sarah muy nerviosa, Verónica ya incluso está mirando un tanto fastidiada

- Ajam…-

Sarah acerca su mano temblorosa al cadáver y rápidamente voltea a ver a Verónica de nuevo

-Si lo saqueo…-

- ¡YA! ¡SAQUEALO PUES! – grita Verónica, asustando a Sarah

Sarah traga saliva y acerca su mano temblorosa al cadáver y mete su mano en los bolsillos, sintiendo algo metálico, es la forma de una pistola, Sarah, aguantando las ganas de vomitar la saca lentamente, pues el olor es insoportable.

- La…tengo…- dice Sarah un tanto asqueada

- Wow ¿Tiene un arma? Bien, ¿ves que no era difícil hacerlo? – dice su amiga impresionada, a lo que Sarah balbucea con un rostro completamente asqueado, hasta el punto de estar al borde de las lágrimas.

Sarah saca el arma de los bolsillos del cadáver, viendo como el arma está pegada a la mano cercenada del cadáver, así que varios gusanos están moviéndose por el arma pasando lentamente por la mano de Sarah, el tacto de estos gusanos es viscoso y asqueroso, aquellos gusanos que tanto se habían alimentado de un cadáver ahora estaban pegándose a la carne del brazo de Sarah, ella simplemente se queda en shock sin parpadear.

-Em…¿cielo?- pregunta Veronica, en eso Sarah suelta el arma y, sin expresar nada con su rostro simplemente camina un par de metros y se queda completamente parada, posteriormente se pone a vomitar.

-No me…prepararon para esto…joder…- sufre ella, a lo que su amiga viene con una sonrisa y apoyándose en su espalda

-Y esto no es nada, amor. Todavía no nos metemos en las alcantarillas, es todavía peor, cielo, imagínate: Las aguas estancadas con quien sabe que m****a hasta nuestras barbillas, el olor putrefacto y no olvidar cuando se te mete a la boca, es algo increíble ¿no lo crees? Mas cuando los cadáveres empiezan a flotar hacia la superficie, que gran sensación- dice Verónica, a lo que Sarah nuevamente vomita.

-Estarás bien. -

Después de unas cuantas horas de búsqueda y saqueo, el botín es casi nulo.

- ¿Esto es normal? - se pregunta Sarah al ver el botín obtenido

- Bastante, ya hemos limpiado estos sectores hace meses, nunca nos dio por revisar donde tú lo hiciste, pero es hora de ir al norte y marcar un nuevo territorio lleno de cosas nuevas para explorar. - contesta Duck, a lo que David no puede contener la emoción de ir a un nuevo sitio.

- Por fin algo de diversión. -

-Pero Duck, no podemos ir a un nuevo lugar sin consultar con Reiner. - dice Verónica con un poco de preocupación, pues sus palabras con ciertas.

- Lo sé, pero desperdiciamos todo el día y no encontramos muchas cosas, aparte todavía hay sol y podemos dar una simple mirada y regresar, después lo discutimos con Reiner.-

Verónica acepta, aunque no le parece correcto romper el protocolo, pero en lo más profundo de ella sabe que Duck tiene algo de razón, pues cada día es valioso y el frio se hace más presente, todos marchan al norte, una zona fuera del mapa que tienen prestablecido, la zona es bastante similar a donde estaban, pero aun así se siente diferente.

- ¡Mierda, LOTERIA! - dice David con mucha felicidad señalando una tienda que se ve bastante segura

- Cuidado, David. - advierte Duck mientras el chico se acerca a la tienda y patea la puerta, su fuerza es suficiente para abrirla, el interior de la tienda tiene muchas latas de comida.

- Repito… ¡LOTERIA! - dice él, mientras abre su mochila y comienza a guardar las latas de comida con suma alegría.

- Vamos a necesitar dos viajes como mínimo para llevarnos todo esto. - dice David

- Si tenemos suerte, todo seguirá cuando vol…- intenta decir Duck, pero un grito de una persona interrumpe el momento, un grito de dolor.

-M****a, hay que volver. - ordena Duck con impacto, aquel grito se escuchó demasiado fuerte, por lo que debería estar muy cerca, seguido del grito se escucha un doloroso -¡NO, BASTA POR FAVOR!-

- No podemos dejarlo, se escucha muy cerca. - dice Sarah preocupándose por aquel o aquella que esté siendo atacada, a lo que Verónica le contesta -Esto no está en el protocolo, solo vámonos.-

- ¡Esto tampoco lo estaba, así que, al diablo con el protocolo, no puedo ignorar eso!- dice David de forma valerosa.

David corre a pesar de la orden de Duck, por lo que el resto lo sigue rápidamente, todos llegan a un lugar iluminado, ocultándose tras un coche, al subir un poco las miradas ven algo aterrador.

Hay varios coches en llamas y dos personas encapuchadas arrastrando a un sujeto con heridas recientes, este sigue gritando por ayuda, sus captores están equipados con unos martillos muy grandes y un revolver en sus cinturas, una tercera persona se presenta ante el pobre hombre, un sujeto encapuchado sosteniendo un libro.

El sujeto mira hacia arriba, observando al sujeto, el libro que sostiene con una mano no es nada más ni nada menos que La Santa Biblia, el sujeto se saca su capucha, es un hombre caucásico, con una barba muy bien cuidada y con el cabello castaño, el rehén es colocado de rodillas por sus captores y lo sueltan, pero el hombre no se mueve por el miedo.

-Po...Jack…Jackson…por favor…- suplica el pobre hombre, aquellos hombres patean al pobre hombre dejándolo boca arriba y estirando su brazo el sujeto ahora denominado Jackson se arrodilla ante él.

-Jackson…tienes que entender…yo…tenia…yo. - suplica el hombre, pero es silenciado por el sacerdote.

- “Aquel que secuestre a una persona, ya sea quien la venda o que la misma sea hallada en su poder, ciertamente morirá”: Éxodo 21:16- dice el sacerdote citando a la Santa Biblia, al terminar su frase sus dos acompañantes terminan la frase –Amén-

- ¡Por favor, Jackson……tenía hambre, no sabía lo que le harían a la niña…Jackson, por favor…Jackson! - llora el pobre hombre mientras suplica clemencia.

Uno de los acompañantes de Jackson le pasa su martillo, Jackson lo bendice y lo levanta

- ¡POR FAVOR, JACKSON!- grita el hombre pero sus suplicas son respuestas en forma de un gran martillazo en su mano, se escuchan los huesos romperse hasta el lugar donde el grupo se oculta, el sujeto grita de dolor, Jackson vuelve a golpear con su martillo, la mano del hombre se deforma tras cada martillazo, después de eso sigue su brazo, los gritos se hacen más fuerte, el brazo del hombre empieza a quedar deformado.

Los golpes paran, el sujeto está destrozado, pero vivo

- ¡Ladrones, violadores y asesinos, los pecadores nos condenaron a este mundo, y yo…Jackson, voy a púrgalo de ellos! - grita él. En eso los acompañantes sujetan una soga alrededor del cuello del pobre hombre y lo levantan, en eso Jackson se acerca al sujeto muy lastimado y levanta su brazo.

- ¡Por la Legión! - sus compañeros repiten sus palabras y la cuerda empieza a ser jalada, asfixiando lentamente al pobre hombre, quien empieza a patalear sin cesar.

El grupo se encuentra horrorizado por lo que acaban de presenciar, cada uno empieza a arrepentirse de acercarse a la zona, todos en silencio deciden regresar, pero al voltear ven a uno sujeto adicional tensando un arco y apuntando a ellos.

- ¡APOSTATAS! - grita el sectario, tras esto David intenta dispararle, pero el Sectario dispara su flecha, atravesando el pecho de David, tirándolo al suelo.

- ¡EL INFIERNO ES PARA LOS PECADORES! - grita el sectario, pero Duck le dispara dos veces seguidas, acabando con él, rápidamente toma a un herido David.

- ¡VAMONOS DE AQUÍ! - grita Duck, quien ayuda a David a caminar mientras que Sarah y Verónica los siguen por delante, en eso unos silbatos se escuchan, seguido de un - ¡APOSTATAS! -

- ¡Mierda, Sarah, Verónica, adelántense! - grita Duck, pero una rápida flecha impacta su cuello, matándolo al instante, David también cae al suelo, ambos se desangran rápidamente, Sarah se aterroriza por lo que pasa.

- ¡VAMONOS! - grita Verónica.

Ambas empiezan a correr del pánico, un fuerte trueno se escucha en el cielo mientras que la lluvia comienza, tomando ventaja de ella y corriendo con más fuerza, al mirar atrás ven demasiados sectarios, más de 10 o quizá más. Verónica rápidamente se esconde bajo un coche

- ¡Sarah, escóndete!-

Sarah le obedece y entra a una pequeña librería frente al coche donde se oculta Verónica, Sarah corre hacia una habitación, pensando ocultándose bajo un mueble, pero todo está muy oscuro y debe esconderse rápido.

En eso alguien la toma por la espalda y cubre su boca, Sarah entra en pánico y se asusta, mientras las lágrimas caen por sus ojos, no puede moverse, simplemente está a merced de la fuerza superior de esa persona desconocida, en su mente pensaba que su primera expedición iba a ser la última.

-Shh…están cerca- dice la voz masculina, de alguna forma eso calma a Sarah, extrañamente se siente a salvo.

-Tranquila, estas a salvo conmigo

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